Una de las fortalezas del proceso de cambio fue el discurso poderoso de que sus promotores eran fervientes defensores de la Madre Tierra, la Pachamama. Sin duda, caló hondo en el sentimiento colectivo esta declaración de amor hacia el espacio que nos cobija, nos da vida y nos da los recursos para afrontar la vida. Y donde vamos a dejar nuestros huesos.
La Madre Tierra o Pachamama está protegida por las leyes en Bolivia y por la Constitución Política del Estado. Incluso se ha constituido la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, pero ahí está sin cumplir una real función, ni hacer gestión frente a los atentados que sufren los seres vivos y recursos naturales.
En las celebraciones de los 16 años del Estado Plurinacional (22 de febrero), el presidente Arce planteó un pacto social de cinco puntos, siendo uno de ellos de la agenda, el medio ambiente y pidió no ahondar más esta crisis que hay en el ámbito nacional e internacional, con incendios y desastres naturales a raíz del cambio climático.
Este discurso revolucionario fue contaminado por las pasiones y ambiciones de quienes usaron un cargo público, pero ¡vaya paradoja¡, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, se convirtió en carta blanca para corromper y corromperse. Los medios para tal fin existen y si no los hay, los responsables se encargaron de inventar, porque para hacer dinero fácilmente y mucho más a costa del Estado, la imaginación del ser humano trasciende y lo más vergonzoso, que ellos no son culpables ni asumen ninguna cuota de responsabilidad. Como dijo Albert Schweitzer: “El hombre difícilmente puede reconocer los daños de su propia obra”.
Ojo que la Madre Tierra en Bolivia no solo está sufriendo los estragos de la contaminación a sus ríos, la destrucción de sus bosques y áreas protegidas, la quema de la fauna y flora cada año, la implementación de políticas extractivistas, tanto en el occidente como en el oriente, con el llamado modelo económico cruceño, como por la minería ilegal del oro, el avasallamiento de tierras fiscales y de propiedades ganaderas. Está siendo golpeada por el afán desmedido del ser humano de acaparar bienes, dinero para asegurar su presente y futuro. La Madre Tierra se ha convertido en un botín económico para llenarse las alcancías familiares de forma rápida y hay dos claros ejemplos de ello, sin duda, hay muchos otros casos más.
No otra cosa significa que dos ministros de Medio Ambiente y Agua han utilizado ese despacho para enriquecerse de la noche a la mañana. Coimas, sobornos, chantajes, cuotas y tantos otros mecanismos que se pueden usar en esa cartera de Estado, que había sido fundamental para el Estado Plurinacional en lo que respecta a normar y regular las licencias ambientales, los contratos, pero que sus autoridades hicieron lo contrario.
La Madre Tierra en el Estado Plurinacional de Bolivia tiene sus propios enemigos internos, que no habían sido los depredadores, los incendiarios, los que no respetan las pausas ambientales; sino que son ellos los que fungen como ministros, viceministros o directores del Servicio Nacional de Áreas Protegidas, que según las denuncias están salpicados de hechos de corrupción, desde usos de bienes del Estado hasta acumular millones en sus cuentas bancarias personales. “Me hacía comprar condones y lo llevaba a los lenocinios”, denunció el ex chofer del ahora exdirector del SENAP.
Así fue el discurso revolucionario de los pachamamistas, que nos hacían emocionar de lo hermoso que le hablaban a la Madre Tierra y que serán sus cuidantes, sus vigilantes, pero era solo maquillaje para otros fines. Que según las palabras del ecólogo Paul Shepard, “idealizan la vida permitiéndole tan solo que saque la cabeza fuera del agua, unos centímetros por encima de los límites de tolerancia de la corrupción de su propio medio ambiente”.
El ser humano ha adquirido mucho poder para hacer frente a la Madre Tierra y lo ha demostrado de forma permanente. “El hombre ha adquirido significativo poder para alterar la naturaleza de su mundo. Este poder no solo ha sido incrementado hasta una inquietante magnitud, sino que ha cambiado en características. El más alarmante de todos los atentados del hombre contra su circunstancia, es la contaminación del aire, la tierra, los ríos y el mar con peligrosas y hasta letales materias. Esta polución es en su mayor parte irreparable; la cadena de males que inicia, no solo en el mundo que debe soportar la vida, sino en los tejidos vivos, en su mayor parte es irrecuperable”, señala Rachel Carson en su clásico Primavera silenciosa.
Ese poder que ostentan algunas de las personas que llegan al Ministerio de Medio Ambiente fue bien aprovechado para sus propios intereses. Pero no solo se trata de destituir a los acusados de corromperse, el ex ministro Santos está en Chonchocoro, cobraba coimas caras; el otro ex ministro Alan Lisperguer, con nueve inmuebles y más de un Bs 1 millón en su cuenta, ya dijo que es inocente, se trata de procesarlos y que devuelvan todo el dinero robado. Pero como está la justicia en Bolivia y el poder que apaña, protege y es cómplice de tantos hechos de corrupción y corruptos, reinará la impunidad a favor de ellos y la indignación ciudadana.
En este caso, debe hacerse notar la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra y por lo menos tratar de justificar en algo su existencia y funciones. Ojo que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua está contaminando a la Madre Tierra con enormes y vergonzosos asuntos de corrupción, a la vista y paciencia del gran Jilakata vicepresidente, que no dice ni pio cuando sus hermanos pachamamistas son encontrados in fraganti.
El escritor y ensayista E.B. White, nos dejó esta poderosa reflexión y se lo dedico a los “hermanos” “revolucionarios” del gobierno:
“Soy pesimista respecto al género
humano porque es demasiado
ingenioso para su propio bien.
Nuestra aproximación a la naturaleza
consiste en derrotarla
hasta la sumisión. Nosotros
encontraríamos mejor oportunidad
de sobrevivir si nos acomodáramos
a este planeta y lo consideráramos
con aprecio en vez de escéptica y
dictatorialmente”.
***
Sobre el autor
-
Hernán Cabrera M.
Licenciado en Filosofía y periodista. Ciudadano de la democracia y activista de derechos humanos, de la Madre Tierra y sus seres vivos.