
La sala cinematográfica del CBA Santa Cruz, estaba llena. El murmullo inicial dio paso a un silencio expectante. No era solo curiosidad lo que se respiraba, era una necesidad urgente de entender, de escuchar más allá de los datos. De conectarse con lo esencial.
Las protagonistas de Mi cuerpo, mi territorio son seis mujeres indígenas chiquitanas que, con la fuerza de su palabra y la profundidad de sus vivencias, sostienen la columna vertebral del documental. Rosa Pachuri, presidenta de la ORMICH, lidera con firmeza una organización que alza la voz de las mujeres desde el corazón del bosque seco chiquitano. Marina Justiniano, bombera voluntaria, resiste al fuego mientras teje justicia desde su rol como secretaria de Participación Ciudadana, Control Social y Justicia Originaria Indígena. Dorys Chacón y Seferina Tomichá Surubí, también integrantes de la ORMICH, son guardianas activas de la tierra y la cultura que las vio nacer. Eva Melgar, presidenta de la OMIR, y Aylín Vaca Díez, cacique de Género y Juventud de la CICOL, completan este círculo de voces poderosas que, desde distintos rincones del territorio chiquitano, construyen puentes de resistencia, esperanza y dignidad.

Detrás de Mi cuerpo, mi territorio late el corazón de un equipo diverso y comprometido que une la narración periodística, el conocimiento científico y la fuerza comunitaria. El documental es una coproducción entre Revista Nómadas y el proyecto BioKultDiv de la Universidad Leuphana de Lüneburg (Alemania), en estrecha colaboración con la Organización Regional de Mujeres Indígenas Chiquitanas (ORMICH).
La dirección estuvo a cargo del periodista y documentalista, Roberto Navia, con una potente fotografía de Karina Segovia. La postproducción de sonido y la edición fueron realizadas por Andrés Navia, quien también acompañó con precisión narrativa el montaje de la obra. La voz en off, cálida y firme, fue interpretada por Carla Arana, y el guion fue afinado con sensibilidad por Isabel Díaz Reviriego. La identidad visual del cartel fue creada por el ilustrador Jan Hanspach. Un agradecimiento especial a Maicol Albert, de Fundación NATIVA, y Alejandro de los Ríos, cuyas contribuciones ayudaron a hacer posible esta historia viva y urgente.
Las seis mujeres chiquitanas, tejedoras de palabra y memoria, compartieron sus testimonios desde el alma, en un documental que dura apenas 18 minutos, pero que deja una huella imborrable. Allí están sus voces, recogidas con respeto y sensibilidad que conmueven, interpelan y despiertan.

Las llamas de 2024, que devoraron 12,6 millones de hectáreas, aún podían sentirse en la pantalla. El humo parecía filtrarse entre los asientos. En cada plano, en cada rostro, latía una historia marcada por los incendios forestales y la resistencia.
Durante días, el equipo de Revista Nómadas caminó junto a ellas por sus territorios. Filmó sus jornadas, sus heridas, su amor profundo por la tierra que habitan. Y ellas fueron abriendo su historia, soltando su verdad. Porque su territorio —la Casa Grande— no es solo un mapa. Es una extensión viva de sus cuerpos.
Allí estaban Rosa Pachuri, Dorys Chacón, Seferina Tomichá, Eva Melgar, Marina Justiniano y Aylín Vaca Díez. Con la palabra como lanza y escudo. Lideresas, guardianas, mujeres de bosque y raíz profunda para soportar las peores tormentas.

El público las esperaba desde temprano en la sala del Centro Boliviano Americano (CBA) de Santa Cruz. Fue el martes 24 de junio que la ciudad fue testigo del estreno del documental. Pero el viaje de esta obra comenzó días antes, con cine bajo las estrellas: el jueves 19 en Concepción y el viernes 20 en San Ignacio de Velasco, con funciones ambulantes que acercaron la pantalla a las propias comunidades chiquitanas.
El lugar rebalsaba de gente. Universitarios, docentes, representantes de ONG, académicos, jóvenes con sed de verdad, ciudadanos que habían escuchado hablar del documental y vinieron a presenciarlo con el alma abierta.
Tras la proyección, llegó el conversatorio. Rosa, Dorys, Aylín y Marina tomaron el micrófono. La bióloga Pamela Rebolledo, con sensibilidad y oficio, tejió las preguntas como quien cose un tejido fino. Y la conexión se mantuvo intacta.
En la sala no volaban discursos vacíos. Volaban raíces. Volaban preguntas con cuerpo y verdad. ¿Qué hacemos frente a esta realidad que arde? ¿Quién responde por la tierra que se muere?
Las protagonistas no callaron. Hablaron con firmeza, con el coraje que solo da la verdad vivida. Denunciaron la indiferencia de las autoridades nacionales y locales. Señalaron la ausencia de políticas reales. Denunciaron el olvido institucional en un país donde la economía extractivista manda y lo demás, simplemente no entra en agenda.
Pidieron lo justo: que el gobierno departamental les entregue la personería jurídica que les adeuda como organización de mujeres líderes. No para adornar papeles, sino para defender con más fuerza su derecho a existir, a organizarse, a decidir.

Una pregunta desde el público —hecha por un niño— abrió una rendija más. Permitió que se supiera lo que no suele contarse: que las mujeres chiquitanas no solo luchan contra el fuego, también contra el silencio impuesto. Que se organizan, alzan la voz, toman la palabra. Que libran batallas no solo contra las llamas, sino contra el machismo que aún sobrevive en las estructuras comunales.
Una de ellas lo dijo con claridad estremecedora: “Tuve que elegir entre ser bombera comunal o quedarme en la choza con mi compañero. Elegí el fuego. Elegí defender lo que aún respiraba entre las cenizas”.
Hablaron del bosque como se habla de un hijo. Contaron cómo, a pesar de todo, la vida insiste. Cómo brotan los retoños donde antes solo hubo brasas. Cómo la esperanza también se siembra.
Y mientras hablaban, la sala entera se llenó de un mismo sentimiento: esa mezcla de admiración, rabia, ternura y urgencia que solo provocan las causas verdaderas.
Porque sí: Mi cuerpo, mi territorio es un llamado. Es una plegaria. Es un rugido. Es el grito el Bosque Seco Chiquitano que se quema cada año.
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Sinopsis de Mi cuerpo, mi territorio
En 2024, Bolivia ardió como nunca antes. Más de 12,6 millones de hectáreas de bosques y sistemas no boscosos fueron arrasadas por incendios forestales, muchos de ellos provocados, en una devastación sin precedentes que dejó cicatrices profundas en el Bosque Seco Chiquitano, uno de los ecosistemas más singulares del planeta.
Pero en medio del humo, las cenizas y el silencio impuesto, se alzan voces que no se rinden.
Mi cuerpo, mi territorio es un documental que sigue la lucha de las mujeres indígenas chiquitanas por defender su tierra y su identidad frente a la destrucción ambiental y la violencia estructural. A través de testimonios íntimos, escenas poderosas del bosque en llamas y la fuerza espiritual de la resistencia comunitaria, la obra visibiliza una lucha que es cuerpo y territorio al mismo tiempo. Este documental es un llamado urgente a escuchar a quienes resisten en el corazón del Bosque Seco Chiquitano.
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Con los testimonios de:
- Rosa Pachuri, presidenta de la ORMICH
- Marina Justiniano, bombera voluntaria y secretaria de Participación Ciudadana, Control Social y Justicia Originaria Indígena Chiquitana
- Dorys Chacón, miembro de la ORMICH
- Eva Melgar, presidenta de la Organización de Mujeres Indígenas de Ramada (OMIR)
- Aylín Vaca Díez, cacique de Género y Juventud de la Central Indígena de Comunidades de Lomerío (CICOL)
- Seferina Tomichá Surubí, dirigente de la ORMICH
Ficha técnica del documental
Producción: Revista Nómadas y el proyecto BioKultDiv de la Universidad Leuphana de Lüneburg (Alemania), en colaboración con la Organización Regional de Mujeres Indígenas Chiquitanas (ORMICH).
Financiamiento: Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania (BMBF) a través de FONA – Investigación para la Sostenibilidad.
Año de producción: 2025
Dirección: Roberto Navia
Fotografía: Karina Segovia
Producción y postproducción de sonido: Andrés Navia
Edición y montaje: Andrés Navia
Narración de voz en off: Carla Arana
Edición de guion: Isabel Díaz Reviriego
Ilustración del póster: Jan Hanspach
Agradecimientos especiales: Maicol Albert, Alejandro de los Ríos
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