
El documental Mi cuerpo, mi territorio, sigue viajando por el territorio boliviano. Esta vez, vuelve a Cochabamba donde será proyectado en La Facultad de Teología San Pablo de Cochabamba, de la Universidad Católica Boliviana. La iniciativa busca generar un espacio de reflexión crítica y compromiso académico frente a la crisis ambiental, en sintonía con el llamado a cuidar integralmente la creación. La actividad girará en torno a una obra que recoge los testimonios de mujeres chiquitanas que defienden con fuerza sus territorios frente a la devastación de los bosques.
El teólogo y filósofo de la UCB, Iván Jesús Castro, organizador de la proyección y del conversatorio, resalta la dimensión espiritual de este trabajo: “Mi cuerpo, mi territorio ha dejado una impronta no solo en mi ser y conciencia humanas acerca de la innegable pertenencia del ser humano a la tierra, sino también sobre el problema de nuestra relación fracturada con el entorno natural. El testimonio de mujeres hijas del bosque en la Amazonia, frente a una realidad desarrollista agresiva para con la Biósfera, me ayuda a comprender mejor aquello que decía el apóstol San Pablo: ‘la esperanza no nos defrauda’ (Rom 5, 3-5)”.
El documental fue producido por Revista Nómadas, en alianza con el proyecto BioKultDiv de la Universidad Leuphana de Lüneburg (Alemania) y la Organización Regional de Mujeres Indígenas Chiquitanas (ORMICH). La dirección estuvo a cargo del documentalista y periodista de investigación, Roberto Navia, acompañado por la cámara de Karina Segovia, la edición y el diseño sonoro de Andrés Navia, la voz en off de Carla Arana, el guion enriquecido por Isabel Díaz Reviriego y la identidad visual creada por Jan Hanspach.
Las protagonistas que sostienen con fuerza el relato son seis mujeres chiquitanas que resisten desde distintos rincones de la Chiquitanía. Rosa Pachuri, presidenta de la ORMICH, articula la voz organizativa de las mujeres. Marina Justiniano, bombera y autoridad indígena, enfrenta los incendios con valentía. Dorys Chacón y Seferina Tomichá Surubí tejen cultura y resistencia. Eva Melgar, de la OMIR, y Aylín Vaca Díez, cacique de Género y Juventud de la CICOL, completan este círculo de palabra y fuego.
Con esta proyección y el posterior conversatorio, la Facultad de Teología San Pablo reafirma su compromiso de formar profesionales con conciencia crítica, recordando que la defensa de la vida y de la naturaleza es también una tarea espiritual, ética y académica.
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