
La zafra de almendra amazónica, una de las actividades económicas más tradicionales e importantes del norte de Bolivia, enfrenta nuevamente un conflicto por el avance de los avasallamientos. En los últimos días, la barraca San Miguel, ubicada en el departamento de Pando, fue tomada por grupos que han desmontado al menos una hectárea de bosque para impedir el ingreso de los zafreros que cada año recolectan el fruto silvestre.
La denuncia fue realizada por Bety Puro y Javier Queteguary, dos trabajadores zafreros que viajaron desde Riberalta hasta el lugar para iniciar la temporada de recolección. “Nos encontramos con todo desmontado y con gente que nos amenazó para que no entremos. Tuvimos que regresar”, relataron.
Por su parte, Alfredo Rodríguez Racua, ejecutivo de la Federación Sindical Única de Gomeros y Castañeros de Bolivia, señaló que detrás de estas acciones estarían actores vinculados a organizaciones campesinas y políticos locales. “Por detrás está Humberto Suárez, que fue elegido como senador suplente por el PDC, entre otros dirigentes. Ellos están dando autorizaciones para invadir las barracas”, denunció Rodríguez Racua.
Según el dirigente, los avasallamientos no solo afectan a los zafreros, sino que también están generando un negocio ilegal alrededor del fruto amazónico. “Por cada persona que avasalla se exige un saco de almendra. Es mucho dinero el que se mueve detrás de esto. Están traficando tierra y recursos del bosque”, advirtió.
La situación ha encendido las alertas en la región, justo cuando comienza la nueva temporada de zafra. Los zafreros de Riberalta temen que, si no se interviene pronto, el conflicto se extienda a otras barracas y se ponga en riesgo una de las actividades que sustentan a miles de familias amazónicas.
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