Un animal triste tiene una mirada que no miente. Las jaulas son, para muchísimas aves en Bolivia, el patíbulo largo previo a la muerte, mientras el comercio oscuro de la vida silvestre para alimentar los mercados ilegales de mascotas de loros, cotorritas y parabas, crece sin que exista poder de autoridad que lo detenga.
Unas manos dañinas sacan a las aves de sus nidos, otras las transportan en situaciones sin misericordia, matando a muchas en el camino; y otras compran a las supervivientes para tenerlas como adornos en sus casas de familia, en haciendas y en restaurantes, como si fueran un adorno, una cosa de bisutería.
Algunas —muy pocas— han sido rescatadas por gente de buen corazón, por albergues que no soportan que existan aves esclavizadas, condenadas al encierro. Hasta esos lugares han llegado Daniel Alarcón y David Grunbaum, dos colosos de la fotografía que testifican una realidad que Bolivia y el mundo necesita saber. Lo han materializado en Cautivos, un libro que está a la altura de las historias de varias aves que lograron narrar gráficamente. La calidad profesional con la que han trabajado ha sido tal, que no ha pasado desapercibida para varios defensores del medio ambiente, como del actor Leonardo Di Caprio, del director de la FCBC, Roberto Vides; del director de Programas de Conservación para la Asociación Armonía, Tjalle Boorsma y de la Coordinadora de Combate al Tráfico de Vida Silvestre de Wildlife Conservation Society Bolivia (WCS), Mariana Da Silva Loayza, entre otras personalidades e instituciones.
Revista Nómadas realizó una entrevista profunda a uno de los autores del libro, a Daniel Alarcón, y la empaquetó en una edición Especial para que usted, amigo lector, se sumerja en ella, observe varias fotografías, y también conozca las opiniones que ya ha generado esta obra, como una estela de esperanza para que en las jaulas del mundo desaparezcan y nunca más se encierre la libertad de las aves.