En el departamento boliviano de Beni, hasta el 2022, no se conocían noticias de pérdidas de bosques por encima de las 100.000 hectáreas en un solo año. Sin embargo, en 2023 se vivió un récord en suelo beniano: 264.175 hectáreas fueron destruidas, lo que significa un aumento del 155% respecto a la gestión anterior y que es comparable a casi cuatro veces la mancha urbana de Santa Cruz de la Sierra. Global Forest Watch presentó un nuevo estudio de deforestación.Los expertos ven varios factores para que Beni sufra por la pérdida de su bosque: la inversión pública para introducir la palma africana, la aprobación de normas que autorizaron la expansión agrícola y ganadera en tierras forestales y la falta de cultivos de caña en el municipio de San Buenaventura.
Bolivia es el país con mayor pérdida de bosque primario per cápita a nivel mundial. Su tasa de deforestación por persona es cuatro veces más alta que la de Brasil. La plataforma Global Forest Watch (GFW) muestra la dura realidad por la que están pasando los bosques del país y del mundo.
Con la misión clara, Tigre Gente aborda el delicado problema del consumo ilegal de vida silvestre, las escasas herramientas de los guardaparques que dan su vida por los bosques de Bolivia, y el conflicto cultural que viene de este crimen internacional.
El territorio del Bosque Seco Chiquitano se oferta en redes sociales. Como si fuera el menú de un restaurante, uno puede elegir el lugar en función al tamaño de la billetera. Mientras las ofertas están en auge —los indígenas alzan la voz y denuncian que la flora y fauna sufren las consecuencias, y ellos, que son los dueños ancestrales, se van quedando sin casa ni comida, asfixiados por el avance de la frontera agrícola.
Son ya 23 años de su vida los que viene dedicando, a tiempo completo, la protección de los bosques y de los animales silvestres. Las dificultades a las que se enfrenta, lejos de disminuir sus fuerzas, lo motivan para levantarse cada día. Ahora, con el premio internacional en su pecho, mira el horizonte con mayores esperanzas.
Se ha metido al uniforme de guardaparque en cuerpo y alma. Se enfrenta, combate y denuncia los ataques de la minería ilegal a las áreas protegidas. Como respuesta de algunas autoridades, fue removido a otro destino. Pero el Cielo, que todo lo ve, ahora le hace justicia con un galardón internacional.
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