El Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca (MDVT) emprendió su inspección el pasado 23 de junio. La comitiva se adentró en el corazón del Valle de Tucabaca y parte del cordón de amortiguamiento de la APM/UCPN Tucabaca. Esta área, ubicada al norte del municipio de Roboré, comprende las cabeceras, laderas y mesetas de la serranía de Santiago, así como el propio Valle de Tucabaca.
La primera parada de la inspección fue por la zona de la Colonia Menonita El Roble (tituladas hasta el 2018 a nombre de los hermanos Vargas Segovia shapes INRA). Allí, los miembros del movimiento se encontraron con una escena que consideran alarmante: cordones de desmontes compuestos por restos de árboles, forraje y hojarasca en pleno proceso de quema. Parte de los desechos ya se habían consumido por el fuego, dejando a su paso un paisaje de cenizas calientes y humaredas densas. Esta práctica constituye la primera infracción, según el Plan de Uso de Suelo (PLUS) verificado por la comitiva en los shapes del PLUS vigentes, que claramente establece: QUEMA NO PERMITIDA.
Continuando con su recorrido, la comitiva realizó una segunda parada. Para su sorpresa, se toparon con otra situación que consideran es una violación a la normativa vigente del PLUS: sembradíos de sorgo a cielo abierto, una forma de agricultura intensiva mecanizada que está prohibida en esta región. Esta infracción también fue confirmada mediante herramientas satelitales y shapes del PLUS vigentes. Los especialistas advierten que, aunque la siembra de sorgo en este tipo de suelo puede ser productiva durante los primeros dos o tres años, a largo plazo resultaría en un fracaso total, dejando tierras desérticas, descertificadas y estériles.
La notable disminución del cauce del río Tucabaca y la depredación del valle generan inquietud entre los habitantes locales, que dependen del agua del río para sus vidas y sus cultivos
Zona de inspección, Valle de Tucabaca, Bosque Seco Chiquitano, Roboré.
El Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca también destacó la ineficacia de las sanciones impuestas por las autoridades. Las multas por desmontes y quemas ilegales son irrisorias: si alguien realiza un desmonte prohibido por el PLUS, que actualmente oscilan entre 1 UFV y 6 UFV por hectárea, lo que equivale a Bs 2,5 a Bs 15 por hectárea. Los miembros de la comitiva consideran que, en este contexto, infringir la norma resulta más económico que gestionar de manera legal un manejo sustentable del bosque. Esta realidad, evidentemente, incentiva las quemas ilegales y el desmonte descontrolado, perpetuando un ciclo destructivo para el medio ambiente.
Al continuar la inspección, la comitiva observó en las imágenes de satélite un desmonte a cielo abierto, una práctica que está estrictamente prohibida según el Plan de Uso de Suelo (PLUS). Esta zona ha sido categorizada como de Uso Forestal, una clasificación basada en estudios científicos que consideran múltiples factores, entre ellos la capacidad de los árboles para desacelerar la intensidad de los vientos en el valle, donde tienden a ser muy fuertes.
Lugar de inspección, categoría USO FORESTAL (PLUS).
El recorrido llevó a la comitiva al icónico río Tucabaca, donde se encontraron con un hecho que consideran es un “grave incumplimiento de la Ley 1333 que exige licencia ambiental: un puente de 18 metros de largo, de madera, metal y concreto, construido” —a decir de la comitiva— sin los cuidados ambientales que una obra de esta magnitud debería tener. Al revisar el área, dijeron que no encontraron ningún letrero o placa que indicara que se tratara de una obra municipal o gubernamental. La confirmación de que el puente fue construido por los menonitas llegó del dueño del vehículo que transportó a la comitiva al sitio. De este puente se desconoce la existencia de Licencia Ambiental ni un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), requisitos obligatorios para una estructura de tal magnitud como indica la Ley de Medio ambiente 1333.
La existencia de un puente sin autorización ni evaluación de impacto ambiental, sumada a la notable disminución del cauce del río Tucabaca, generó profunda preocupación en los acompañantes de la inspección. Uno de ellos, representante y miembro del directorio de la Cooperativa de Aguas de Santiago de Chiquitos, quedó impactado al presenciar la depredación dentro del Valle de Tucabaca. Los descubrimientos de la visita al valle de Tucabava, ha causado inquietud entre los habitantes de las comunidades aledañas, que dependen del agua del río para sus vidas, la de sus animales y sus cultivos.
Deforestación y quemas en pleno Valle de Tucabaca.
Esta no es la primera vez que los menonitas construyen un puente sin autorización. Cabe recordar que el 2001, más de 200 familias de menonitas levantaron una nueva colonia en una superficie de 14.400 hectáreas de bosque en los Bañados de Isoso que colindan con el área protegida nacional. Para deforestarlas, construyeron en silencio, sin autorización del Gobierno ni estudio sobre el impacto ambiental, un puente clandestino de 150 metros de largo sobre el río Parapetí, que les costó medio millón de dólares y que deforestaron miles de hectáreas de bosque chaqueño.
Imagen satelital del puente sobre el río Tucabaca
Un detalle que la comitiva quiso resaltar es que, durante las inspecciones y monitoreos periódicos, han detectado que muchas propiedades, según la información digital de los shapes del INRA 2018-2021, se registran a nombre de propietarios locales, pero están siendo trabajadas por menonitas. Estas propiedades, supuestamente, se encuentran en procesos de actualización de sus documentos.
Puente construido sobre en el río Tucabaca, con licencia ambiental desconocida.
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