
Bolivia es un Estado (o República) diverso por donde se lo mire o por donde se lo difunda. Somos diversos en la geografía, por cuanto en esta extensión territorial de 1.098.581 Km2, denota que somos un país grande, amplio y donde hay espacios todavía para muchos millones de personas más.
Ariadne y Fabián, les comentaré algunos datitos interesantes para que admiremos las grandezas y las maravillas de la Naturaleza que aún conservamos, así como dice el poeta Otero, que somos “un río de pie” y que Dios al crear cada ser vivo de la Madre Tierra, al parecer estuvo pensando en esta parte del planeta, que nos regaló de tantas, pero tantas cosas que sirvieron para sobrevivir a lo largo de los siglos.
En el mundo entero hay 112 ecosistemas, o sea, hábitats, entornos naturales que aún se conservan con muchas potencialidades en sus entrañas, de ese total, Bolivia cuenta con 66 de estos hermosos ecosistemas, lo que significa que tenemos para disfrutar 60 áreas protegidas y 22 parques nacionales, que entre ambos llegan a ocupar más del 16% del territorio nacional.
Las áreas protegidas son espacios naturales, en los que predominan el agua, los bosques, los animales, las piedras, los cerros, además de los recursos al interior de la tierra, como el petróleo o minerales. Estas áreas son reservas de vida silvestre, Santuario Nacional, Área Natural de Manejo Integrado y Reserva Natural de Inmovilización.
¿Por qué la importancia de hablarles de estas áreas protegidas, de la naturaleza, de sus recursos, de los ecosistemas naturales que aún podemos gozar y contar en nuestro país? Porque dependerá de lo que hagamos en el presente con todos ellos, para asegurarles y asegurar el presente y el futuro de ustedes pequeñines, que representan ahora a los miles y miles que están naciendo, otros que están cumpliendo su añito, tres o cinco años. O sea, que es para ustedes que debemos preservar y fortalecer todo lo que la naturaleza nos regala, como el agua, la que da vida y para algunos filósofos griegos, fue el principio del universo y de la humanidad.
Es así que hablar de un parque nacional, que contiene una inmensa y singular riqueza natural, además de recursos naturales, diversidad de fauna y flora, que, sin duda, tendrán que beneficiarte en gran medida.
Mis angelitos, aprendan estos términos con tiempo, que es parte del paisaje boliviano y con seguridad cada que abran los ojos podrán admirarse de los detalles. Tendrán la puna, los valles secos, selvas húmedas, sabanas de palmeras, estaciones tropicales, pantanales, bosque seco chiquitano, sabanas inundables, selvas amazónicas, lugares donde estarán las vicuñas, patos, leones, cocodrilos, condor, tigres, parabas, chaicitas, zorros, conejos, quirquinchos, sábalo, surubí, pacú, loros, hurinas, ovejas, cerdos y tanta variedad de animales, y si se asoman a los lagos y ríos, se quedarían maravillados por lo que sus ojos podrán observar.
Eso sí, no nos podemos morir de hambre, porque la naturaleza nos ofrece una variedad de alimentos que produce la misma Madre Tierra, desde el maíz, el achaicharú, limón, manga, cupesí, algarrobo, la tuna, la acerola, etc. Así como dice el Tambor Vargas en su diario de la independencia: “Moriremos si somos zonzos”. Parafraseando a él podríamos decir: “Si tenemos hambre y no aprovechamos a la naturaleza, somos zonzos”.
Es la diversidad de los colores propios y únicos que emana de la Madre Tierra, de la naturaleza, de la tierra sin mal, como dicen los guaraníes. Esta imponente geografía de llanos, valles y altiplano, las tres grandes zonas que comprende nuestro país, es único y especial en el planeta, además de la variedad de sus climas.
Cuando crezcan un poco más nos iremos a La Paz, Oruro y Potosí bien abrigados, porque el frío es fuerte. Chompas, abrigos, medias de lana, gorros y otros implementos para protegernos del clima templado y a veces con nieve. Luego cuando los lleve a Sucre, Cochabamba y Tarija, un clima muy agradable, ni frío ni calor. Sin muchos perendengues para el cuerpo.
Y si nos vamos a Cobija, Trinidad y Santa Cruz de la Sierra, ahí sí que necesitamos de ropa ligera, camisas e incluso de shorts para estas zonas, donde el calor es muy fuerte, agradable y sofocante.
Pero tenemos que estar bien vitaminados para nuestros viajes, mucho más para los llanos orientales.
La diversidad a plena luz del día y que recorre a lo largo y ancho, al norte, sur, este, oeste de la Bolivia a la que llegaron mis hermosos pequeñitos. Sus ojos se regocijarán de las montañas, los cerros, los nevados, los ríos, los lagos, los sembradíos, los chacos, los cielos de las tres zonas, en las que siempre primará el claro azul, el prístino color del mar, de los océanos.
Los poetas, escritores, músicos le cantaron y le escribieron a nuestra Bolivia que acaba de cumplir doscientos años de historia y de luchas, así como nos recuerda Jaime Mendoza en su libro Azul:
“Ya sea por la enorme altitud del país, u otros factores, lo cierto es que aquí la luz tiene una riqueza cromática singular, manifestada no tan solo por la multiplicidad de matices sino también por aquello que podríamos decir su calidad. Un ejemplo; el azul. ¡Qué filón para el pintor! Y no es que nos estemos refiriendo precisamente al azul del cielo. Hablamos más bien de tonos que revisen las rocas, las pampas, los lagos, las montañas -en horas propicias del día o de la noche”.
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Sobre el autor
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Hernán Cabrera M.
Licenciado en Filosofía y periodista. Ciudadano de la democracia y activista de derechos humanos, de la Madre Tierra y sus seres vivos.