
Ya van cuatro días consecutivos en los que bomberos forestales combatieron un incendio que se desató entre las comunidades de Candelaria y Santa Ana, en el municipio cruceño de Carmen Rivero Tórrez. Las imágenes captadas por los brigadistas registran la intensidad del fuego y el esfuerzo desplegado para contenerlo.
Las llamas avanzan con furia por el bosque chiquitano, impulsadas por los vientos y alimentadas por una vegetación que no ve llover hace semanas. El humo cubre el cielo de gris y convierte los días en un atardecer constante. Entre el avance del fuego y la tierra agrietada, los bomberos forestales trabajaron sin tregua, abriendo brechas cortafuegos, sofocando focos activos y cargando mochilas de agua bajo un sol que no da respiro.
Víctor Hugo Sánchez, Técnico de Manejo de Fuego, dijo que el mensaje que puede dar es que “evitemos realizar quemas en esta época, ya que hasta la más pequeña fogatita para quemar basura en el patio tiene alta probabilidad de ocasionar un incendio forestal”, y que seamos parte activa de vigilar y denunciar quemas desde el día de hoy ya que están totalmente prohibida”. También puso énfasis en hacer notar que la salud de la población en general está deteriorada por la mala calidad del aire y el agua.
Mientras los incendios avanzan y los brigadistas se exponen a jornadas agotadoras, la información oficial sigue siendo insuficiente y preocupantemente desactualizada. “La Gobernación de Santa Cruz sigue sin dar cifras exactas. ¿Cómo puede ser que en su sistema hasta ahora no actualicen datos y Roboré salga sin cantidad de hectáreas quemadas?”, denuncia Daniela Justiniano, de Alas Chiquitanas. “Por favor, insistamos en que haya un informe diario a la prensa y la población. El Acuerdo de Escazú lo dice claramente… pero en la realidad estamos lejos de tener información real”.
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