
Imágenes que revelan el pulso del Planeta
Una noche sin energía eléctrica en Villa Montes permitió capturar una imagen única de la naturaleza, que se convierte en metáfora y llamado urgente a defender los bosques del Chaco boliviano.
Tras siglos de peregrinaje, los pueblos indígenas del Territorio Indígena Multiétnico (TIM) materializaron su sueño ancestral: Loma Santa ya no es una utopía, sino un área de conservación tangible donde el bosque protege la vida y la dignidad.
Una noche sin energía eléctrica en Villa Montes permitió capturar una imagen única de la naturaleza, que se convierte en metáfora y llamado urgente a defender los bosques del Chaco boliviano.
En el corazón del Chaco tarijeño, el cielo se abrió como un presagio: el ojo de Dios miró en silencio el bosque herido, implorando acción antes de que continúe la destrucción.
En el Valle de Tucabaca, la belleza del bosque chiquitano se enfrenta a una devastación legalizada que avanza sin freno, dejando cicatrices profundas en un ecosistema que alguna vez respiró sin miedos a las manos del hombre.
Aferrado al cuerpo sin vida de su madre, debilitado por el humo tóxico, Tara sobrevivió a la tragedia que cobró la vida de miles, quizá millones, de animales silvestres durante los macabros incendios forestales del 2024.
Las lavanderas del río Negro en Baures, Beni, Bolivia, trabajan en comunidad, manteniendo viva una tradición cultural.
Un osezno perdido en Los Yungas y el encuentro con guardaparques y el fotógrafo Reynaldo San Martín, revelan la silenciosa labor de conservación en Bolivia.
Elena Mendoza Torrico expone la lucha desesperada de una mujer contra los incendios en La Esperanza (Ascensión de Guarayos), denunciando la destrucción de la vida silvestre y el impacto de la indiferencia humana, y llamando a la acción para salvar la naturaleza en Bolivia.
No se le ve el rostro. Pero uno puede imaginar el tamaño del espanto en su rostro, en su mirada. Arrodillado en el suelo, con
La serranía de Santiago (Santa Cruz, Bolivia), antes vibrante y llena de vida, ahora está envuelta en una capa densa de humo, producto de los voraces incendios forestales. En medio de esta desolación, una pareja de parabas surca el cielo, sus siluetas resaltando contra el fondo gris.
Las puertas del infierno están instauradas en los bosques de Santa Cruz (Bolivia). La raza humana ha puesto su veneno una vez más y lo ha hecho sin misericordia.
©2024- Todos los derechos reservados. Diseñado y desarrollado por Revista Nómadas
¡Mantente al día con lo último en sostenibilidad, turismo y viajes! Suscríbete a nuestro newsletter y recibe directamente en tu correo las noticias más relevantes, consejos prácticos y aventuras inspiradoras.