En cuanto al aspecto normativo legal para la preservar el medio ambiente y nuestros bosques, existen derechos en la Constitución Política de Bolivia, leyes, decretos, reglamentos y procedimientos establecidos por la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), no obstante, son varios años ya que estamos sufriendo y sobrellevando las trasgresiones y sus consecuencias a la vida, flora y fauna.
Los incendios y las quemas descontroladas que durante más de cuatro meses padecimos este año, supuestamente a partir del 1 de agosto, conforme a lo establecido en Resolución Administrativa ABT N°17/2023 de 24 de julio de 2023, habían quedado paralizados en todo el territorio nacional. Por ende, cuando continúan estás quemas, son ilegales, además constituyen un atentado a la vida de todos los seres vivos que inhalan humo y Dióxido de Carbono, en mayor o menor concentración diariamente. En Bolivia, esto, también se convierte en una trasgresión al Derecho a un Medio ambiente saludable, protegido y equilibrado, tal como establece el Artículo 33 de la Constitución Política del Estado, “El ejercicio de este derecho debe permitir a los individuos y colectividades presentes y futuras generaciones, además de otros seres vivos, desarrollarse de manera normal y permanente”.
Existen derechos en la Constitución, no obstante, son varios años que ya estamos sufriendo y sobrellevando las trasgresiones y sus consecuencias a la vida, flora y fauna.
Aun cuando existe un calendario de quemas controladas, la experiencia de los últimos seis años, desde 2017, nos demuestra que los incendios están causando muerte tanto de personas como de vida silvestre, expone que existe poca o ninguna inversión estatal o privada en la prevención y, además, una reacción tardía (meses) para mitigarlos, entonces los bolivianos tenemos que aceptar y sobrellevar todas las consecuencias.
Inevitablemente, es triste el efecto que los incendios dejan en las personas, la flora y la fauna, aunque existan multas que se deberían invertir en reponer los daños a la madre tierra, y por lo menos, continuar preservando de alguna forma la vegetación en tanto que los árboles tardan años en crecer y reponer el medioambiente, quedan los efectos en las personas, aunque algunos sean imperceptibles.
En ese sentido, ¿qué les parece nuestra propuesta de dos simples acciones?: la primera, vetar las quemas por dos años (2024-2025), una veta bienal posiblemente tenga un efecto positivo en la flora y la fauna; y la segunda, ampliar los metros de la Zona de Amortiguamiento para que, respetando del Plan de Uso de Suelo (PLUS), aunque existiera desmonte desmedido, se pueda aprovechar el uso del suelo en tanto se cumpla con el manejo forestal que indica la ley, porque algunas personas dicen que sólo el viento extendió el fuego, ¿qué tal?
¿Por qué?, respondámonos, la prevención extiende vida, ¿cierto? Mientras exista vida, la economía se mueve, somos todos los que asumiremos las consecuencias de los incendios en el presente y largo plazo, las personas, empresas y Estado, porque las muertes y enfermedades causadas a niños y adultos que por meses inhalaron humo y de manera consecutiva —ya por varios años— de alguna forma la tendrá que solucionar el Estado. Entonces, creo que tal vez necesitamos algunas normas de prevención.
Tomemos conciencia, que en unos años más la falta de lluvias provocada por la escasez de árboles, también será producto de la falta de medidas preventivas para evitar incendios o detener las quemas después de las fechas autorizadas por la ABT. Tal vez, las multas tendrían que ser ejemplares, y cualquier actividad de prevención y manutención de nuestros bosques debería lograr algún incentivo, porque ello contribuye a mantener la vida y un medio ambiente saludables.
Finalmente, recordemos que los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas tienen la finalidad de reducir la pobreza, la desigualdad y luchar contra el cambio climático; que nos invitan a adoptar medidas de acción por el clima (ODS 13). A veces, algunos piensan que son solamente acciones del Estado, sin embargo, también podemos incluir las acciones personales, por ello, es que, como una acción personal, invitamos a la sensibilización de quienes correspondan para incorporar medidas preventivas para cuidar y proteger nuestra hermosa Bolivia y su gente.
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Sobre el autor
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Rodas Paredes, SY.
Sandra Ysabel nació en Santa Cruz, en 1978. A la fecha es consultora empresarial y asesora en temas tributarios incentivando la prevención. Además, es directora tesorera de la International Fiscal Association registrada en Bolivia, y produce artículos para análisis variados. Obtuvo su licenciatura en Abogacía, el 2015 y Auditoría Financiera en el año 2000, de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Por motivos de trabajo y personales, ha vivido en varios lugares de Bolivia e Inglaterra, entre otros lugares. Ha disfrutado el trekking o excursionismo por parques y reservas Naturales de Bolivia y el mundo, por ello, le motiva la protección del medio ambiente.