Los Kogis que se consideran los Hermanos Mayores guardianes de la tierra, vienen indicando hace más de tres décadas que tienen un poderoso mensaje que quieren hacer conocer; verdaderas palabras de sabiduría que podrían brindar a la humanidad un entender sobre el pasado y perspectivas a futuro. Qué lecciones podríamos aprender de estos saberes, identificados no ahora, sino, hace tres décadas, respecto a lo que está aconteciendo en el Bosque Seco Chiquitano.
Los Kogis tienen una formación y experiencia ancestral que les permite percibir de manera aumentada el impacto sobre el buen vivir que tiene el cambio climático, el desarrollo y las actividades humanas, incluyendo la sobre explotación de los recursos naturales. Mas recientemente tuvieron que sopesar factores de riesgo como la presencia de grupos armados, impacto del narcotráfico y la expansión inconsulta de la infraestructura y construcción de urbanizaciones y balnearios en las costas. Aspectos que tienen resonancia con la realidad boliviana.
La visión y mensaje de los Kogis fue documentada por el investigador y cineasta británico Alan Ereira, quien, después de varios intentos de búsqueda, logró establecer un contacto seguro con los Kogi a finales de la década del 80. Ereira los buscó porque descendían de los Tairona, la última civilización vigente de la América pre-Colombina, que hace 400 años se replegó por razones de seguridad a su denominado “Corazón del Mundo”. La Sierra Nevada de Santa Marta, donde habitan más de 300,000 Kogi, emerge desde la costa caribeña de Colombia como una pirámide, desplegando una gran diversidad de microclimas incluyendo bosques tropicales y nubosos, montañas y glaciales.
Liderados por los denominados Mamas, los Hermanos Mayores aceptaron reunirse con Ereira en 1990. Ereira declara que no tenía la intención de hacer un documental o reportaje sobre ellos, sino más bien alentar a que los Mamas pudiesen realizar su propia declaración fílmica y esto es evidente en las obras gestionadas por Ereira, pero especialmente Aluna, el segundo documental sobre los Kogi.
Mamas significa Sol. Son adiestrados desde niños guiados por una rigurosa formación afirmada por orientación divina. Son los iluminados que supervigilan la montaña y su comunidad que es un microcosmo del mundo, para mantener la pureza de la misma.
Los Kogis indican que surgirían nuevas enfermedades para las cuales no habrá cura o remedio, insistiendo que esto no es una profecía, de la misma manera que predecir un eclipse no representa una profecía o el hecho de que el día sigue a la noche.
Los Kogis indican que han estado cuidando el mundo en secreto durante siglos y es por eso que viven de esta manera. Los hombres Kogis tienen la costumbre de masticar hojas de coca cultivadas solo por mujeres y utilizan un poporo de cal, símbolo de hombría que sirve para activar la hoja de coca. La hoja de coca es, según los Kogi, un alimento que ha “civilizado” a los hombres originarios en América durante milenios, ayudándoles también a sobrevivir durante largos periodos sin alimentación y poder dormir.
“Estoy aquí para notificar a los Hermanos Menores (la Humanidad). Quiero que todo el mundo escuche este preaviso que te estamos dando a ti”, le dijo Mama Bernardo (quien utilizaba este seudónimo en español) a Ereira en 1990.
“La madre está siendo cortada en pedazos, le han quitado el hígado y el corazón. Están cortando sus ojos y orejas. El mundo se va a acabar sino dejan de cavar y cavar […] Si los Hermanos Menores continúan de esta manera y no cambian, verán lo que va a ocurrir. No se cuándo el mundo se acabará, pero los saqueos que realizan destruirán el mundo. Se han llevado tanto. Se han llevado los guardianes del Sol y de las estrellas. El mundo se tornará negro”, acotó el Mama.
Los Kogi dicen, según cuenta Ereira, “nosotros entendamos que la montana representa un solo cuerpo viviente y consciente, y que los Kogi trabajan en comunicación con la montaña. Indican que todo está interconectado y han aprendido a mapear las conexiones en la montaña para que podamos entender lo que significa esto”.
Señalan que con la llegada de la pandemia, los ríos de las montañas se están secando y el bosque lluvioso o tropical ya no tiene lluvia, y los glaciales de la Sierra Nevada de Santa Marta se están derritiendo.
Los Mamas trabajan, según cuenta Ereira, con una red de hilos vivientes que constituyen la estructura, y esa labor representa una forma de acupuntura. Mapean los puntos que conectan la costa con el grupo de montañas que constituyen el macizo. El accionar los puntos más altos, tiene un impacto directo sobre los puntos conectados más abajo y viceversa. La construcción de carreteras troncales afecta dado que pueden convertirse en una fuente de infección social con la presencia de paramilitares y narcotraficantes, lo que representa un riesgo para la fibra de la vida misma.
La montaña tiene una variedad de hilos, algunos de los cuales se manifiestan a través del flujo del agua superficial, otros flujos son subterráneos, también existen flujos de vientos y nubes, mientras otros aparecen a través del vuelo de pájaros y el movimiento de animales. Existen también hilos de pensamiento, “conexiones palpables solo por personas especialmente entrenadas desde su nacimiento y criadas durante 18 años en la oscuridad. Los denominados Mamas que pasan su vida en un solo lugar de la montaña comunicándose con la misma”, según menciona Ereira en su presentación.
Los Kogis indican que surgirían nuevas enfermedades para las cuales no habrá cura o remedio, insistiendo que esto no es una profecía, de la misma manera que predecir un eclipse no representa una profecía o el hecho de que el día sigue a la noche. Señalan que con la llegada de la pandemia, los ríos de las montañas se están secando y el bosque lluvioso o tropical ya no tiene lluvia, y los glaciales de la Sierra Nevada de Santa Marta se están derritiendo.
Y a nivel urbano, la gran ciudad de Santa Marta al pie de la serranía que lleva el mismo nombre, la mas antigua del denominado nuevo mundo, ahora recibe su agua traída por carretera en camiones.
Las enseñanzas de los Kogis representan un ejemplo de cómo deberíamos ligar y articular de manera complementaria la realidad actual en que vivimos con nuestro mundo imaginario, aquel mundo al cual tendemos a ignorar o hacer caso omiso. Esta complementariedad es vital para conectar el entender y conocimiento racional con el pluri-verso imaginario de la cosmología y la espiritualidad, aquel mundo de las maravillas con el cual precisamos conversar para entender cómo lidiar de manera integral con los desafíos que se avecinan.
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Nota del autor: Adjunto los siguientes links para conocer la visión de los Kogis y la labor de Alan Ereira.
+ The Heart of the World (El Corazón de Mundo) –documental realizado por los Kogis en 1990. http://www.youtube.com/watch?v=HfSnTUc52C8&t=589s.
+ Aluna – A Journey to Save the World (Un viaje para salvar el mundo). Preaviso ecológico realizado por la comunidad Kogi. http://www.youtube.com/watch?v=ftFbCwJfs1I
+ Presentación de Alan Ereira para el lanzamiento del libro: Space, Place and Religious Landscapes: Living Mountains (Bloomsbury Academic) “Espacio, Lugar y Paisajes Religiosos: las Montañas Vivientes.” 2020. http://www.youtube.com/watch?v=vOZ_isY6tZU Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Nómadas.
Sobre el autor
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Winston Moore
Formado como analista de riesgos políticos y sociales, con trayectoria en el diseño e implementación de planes de participación, facilitación de diálogos y gestión de planes de relación comunitaria. Facilitador capacitado en Future Search – Búsqueda del Futuro. Más de treinta años de experiencia como analista sobre América Latina, con veinte años de oficio en comunicaciones y periodismo. Presidente de la Anglo-Bolivian Society (Sociedad Anglo-Boliviana) en Londres. Obtuvo un doctorado y maestría en ciencias políticas en la Universidad de Essex, Inglaterra. Realizó trabajo de campo en antropología política en las comunidades indígenas de la provincia Tapacarí en Cochabamba, investigando los movimientos sociales Ayllu Originarios ligados al Congreso Indígenal de 1945 y la Revolución Nacional de 1952.