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En el verde profundo de Alto Beni y Palos Blancos, las comunidades locales han encontrado un equilibrio entre producción y conservación. Pascual Churqui Y Sonia Flores, dos agricultores de Brecha T, ejemplifica este enfoque al cultivar cacao orgánico sin necesidad de deforestar. Su parcela, vista desde el aire y desde las entrañas del bosque, se presentan como un escenario donde árboles forestales y medicinales coexisten con cultivos de cacao, demostrando que la riqueza de la selva puede ser preservada mientras se mantiene una producción sostenible.
El cacao es solo uno de los frutos que florecen en este modelo agroecológico. En las parcelas de Alto Beni, el esfuerzo humano se mezcla con la generosidad de la tierra, produciendo mazorcas de diversos colores y texturas que son la base de un chocolate que ha ganado reconocimiento más allá de las fronteras de Bolivia. La recolección de estos frutos, junto con bananos y otros cultivos, refleja la dedicación de los trabajadores, quienes aseguran que cada etapa del proceso respete la calidad y la integridad del producto.
La sostenibilidad no es solo un ideal, sino una realidad palpable en Alto Beni. Desde el vivero de la Cooperativa El Ceibo, donde las plantas pequeñas de cacao crecen con mucho cuidado y esmero, hasta las investigaciones del Centro de Investigación Sarana, la región se ha convertido en un ejemplo de cómo la agricultura puede prosperar en armonía con el medio ambiente. Este esfuerzo colectivo no solo sustenta a las familias locales, sino que también protege un entorno natural de incalculable valor, asegurando que futuras generaciones puedan disfrutar de sus beneficios.
1. Producción sin deforestación
Vista aérea de la casa de Pascual Churqui en Brecha T, Alto Beni, donde cultiva cacao de manera sostenible, preservando la riqueza del bosque con árboles forestales y medicinales.
2. Bajo el cielo de los árboles
Pascual Churqui, con el fruto de su trabajo en las manos, abrazado por los árboles forestales y de cacao.
3. Varios soles naranjas y amarillos
Un colchón de mazorcas de cacao de diversos colores y texturas espera ser procesada. Estas mazorcas son el corazón de la producción de chocolate orgánico que conecta a Alto Beni con mercados internacionales.
4. El esfuerzo en la recolección
Un trabajador carga un racimo de bananos, recolectados con esmero en las plantaciones agroecológicas de Alto Beni, donde la tierra fértil nutre cada fruto con la riqueza de su biodiversidad.
5. En plena cosecha
Dentro de la penumbra de un camión, un trabajador organiza cuidadosamente los racimos de bananos, listos para ser transportados a su destino final. La dedicación en cada etapa del proceso garantiza la calidad del producto.
6. El camino hacia la sostenibilidad
Un camino serpentea a través de la densa vegetación, sumergido en la niebla que envuelve el paisaje de Alto Beni. Este entorno natural es fundamental para la producción agroecológica que sostiene a la región.
7. Guardianes de la biodiversidad
La niebla se eleva entre las montañas que rodean a Alto Beni, creando un paisaje etéreo donde la naturaleza parece proteger su riqueza de los peligros externos.
8. Un lugar maravilloso en el planeta
Consuelo Campos Villanueva, bióloga y agroecóloga, responsable de los datos científicos del Centro de Investigación Sarana en Alto Beni, explica el enfoque del trabajo de investigación con efectos beneficiosos para la humanidad.
9. Mosaico de sostenibilidad
Una vista aérea muestra la diversidad de los cultivos y la frondosa vegetación que caracterizan a las parcelas del Centro de Investigación Sarana, un modelo de agricultura sostenible que respeta el entorno natural.
10. Por donde se mire, el cacao a la vista
Roberto Gutiérrez, un productor de Alto Beni, posa apoyada a las ramas de un árbol de cacao, de donde cuelgan los frutos que ya estarán listos para cosechar.
11. Las manos de una mujer en la tierra
Sonia Flores vive en Brecha T, en una parcela donde el cacao es uno de los frutos emblemáticos de Alto Beni, en la parte amazónica del departamento de La Paz.
12. A vuelo de ave
Vista aérea del vivero de la central de cooperativas El Ceibo, en Sapecho (La Paz), donde el cacao crece en armonía con la selva, manteniendo un equilibrio entre producción y conservación ambiental.
13. La semilla de un futuro sostenible
Una mazorca de cacao descansa entre pequeñas plantas en el vivero de la Cooperativa El Ceibo, donde se cultiva cacao orgánico que preserva el equilibrio del ecosistema en Alto Beni.
14. Tierra de vida y resistencia
En Alto Beni y Palos Blancos, el cacao y la papaya conviven en un ecosistema donde cada fruto es testigo de la batalla silenciosa por la vida. Bajo la suave luz del atardecer, la naturaleza revela su dualidad: frágil y resistente.