El Parque Nacional y ANMI Kaa-Iya del Gran Chaco, es una de las áreas protegidas con la mayor extensión de bosques secos chaqueños. Por sus características de creación y valores de conservación, ha ganado el respeto otorgado desde los diferentes gobiernos de turno, situación atribuida a la efectiva, inclusiva y transparente gestión de conservación y protección, sobrellevando las tantas amenazas emergentes desde los diferentes sectores.
A pesar de ello, su gestión en marcha en diferentes momentos de su historia ha sido vulnerada cortando sus alas en pleno vuelo, impactando en su estabilidad institucional y a territorio, en ocasiones por quienes dicen amar y proteger la naturaleza. Esta situación, ha provocado que la eficiencia de su gestión sea debilitada, y en momentos críticos realizar rotaciones y despidos de miembros clave para su conservación.
Nuevamente, cuando el Kaa-Iya se está levantando de una crisis por esas mismas razones vertidas, quieren “sacrificar” al Amo del Monte apagando el motor en arranque a través de prescindir de su actual director, Guido García Carballo, quien cabalmente ante todo pronóstico, se encuentra llevando adelante una gestión institucional fortalecida del área protegida desde hace dos años y medio. Esta situación, pretende nublar todo el esfuerzo en equipo hasta la fecha, sin considerar que García, tiene una trayectoria de 11 años liderando áreas protegidas y demostrando su compromiso con la conservación a través de sus resultados. Además, otros servidores públicos con gran trayectoria, han recibido su memorándum de despido, entre ellos Marcos Uzquiano, Jefe de Protección de la Reserva de la Biósfera y Estación Biológica del Beni, quien cuenta con reconocimiento internacional por su trabajo impecable.
La comunidad nacional e internacional se encuentra en alerta debido a esta reciente ola de despidos de personal en áreas protegidas de nuestro país, los cuales no solo afectan a los empleados y sus familias, sino que también ponen en riesgo nuestro patrimonio natural y la conservación de bosques prístinos de donde nace el agua, afectando a la sociedad en general que se sirve del recurso hídrico, entre otras funciones ambientales que proporcionan los diferentes ecosistemas del área protegida Kaa-Iya.
Los ciudadanos, desde una posición personal y profesional, estamos llamados a estar atentos a estos casos que vulneran los derechos humanos y del medio ambiente, por tal. tenemos el derecho y el deber de exigir a las autoridades competentes que expliquen las razones detrás de los despidos, y que tomen medidas eficientes para garantizar la estabilidad de gestión de las áreas protegidas. Es prioridad encaminar una investigación que desnude intenciones de los integrantes de esta orquesta, que, aunque parezca un puesto más o un puesto menos, nuestro futuro y calidad de vida está en juego.
¿¡Dejaremos que las áreas protegidas sigan siendo sacrificadas!?
Hechos que generan sospechas
1. Falta de justa causa: Los despidos se han producido sin una justa causa, sin proceso disciplinario ni evaluación de desempeño.
2. Personal capacitado y experimentado: Los empleados despedidos tienen años de experiencia y capacitación en la gestión y protección de áreas protegidas.
3. Intereses económicos en juego: Se han detectado intereses económicos de terceros en las áreas protegidas, relacionados con la explotación de recursos naturales.
4. Presión política y económica: Se han recibido denuncias de presión política y económica sobre las autoridades competentes para que tomen decisiones que beneficien a intereses particulares.
¡La integridad del Kaa-Iya es una responsabilidad para el beneficio de todos!
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Autores
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Maria Katia Garrido Suarez
Maria Katia Garrido Suarez, es Relacionista Público para los Objetivos de Desarrollo (ODS), con especialidad en promover la conservación de la biodiversidad y medios de vida en comunidades en torno a las áreas protegidas. Con más de una década impulsando campañas urbanas ambientales y acciones rurales de revalorización, sensibilización y protección del medio ambiente y pueblos indígenas. Su principal interés es contribuir desde la comunicación, a una gestión eficiente de los territorios y a la justicia ambiental.
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Roberto Navia
Desde hace más de dos décadas transita por el mundo para intentar elevar a los anónimos del planeta al foco de lo visible. Sus crónicas emblemáticas: Tribus de la inquisición y Los Colmillos de la Mafia le han permitido ganar dos veces el Premio Rey de España (2014 y 2017); Esclavos Made in Bolivia, el premio Ortega y Gasset (2007); el documental Tribus de la Inquisición, la nominación a los Premios Goya (2018), Flechas contra el Asfalto y Los Piratas de la Madera desangran el Amboró, dos veces ganadores del Premio de Conservación Internacional, entre otros galardones nacionales e internacionales. Es docente universitario de postgrado, la cabeza de la Secretaría de Libertad de Expresión de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz, miembro del Tribunal de Ética de la Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia y de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).