
A fines de enero, se develó en Mongabay, un medio digital ambiental, un caso alarmante de un esquema de mercados de carbono turbio que afirmaba falsamente estar respaldado por las Naciones Unidas.
Durante 2023, la destrucción del bosque en Bolivia alcanzó niveles sin precedentes, con la pérdida de 696.362 hectáreas, especialmente significativa en el caso del bosque primario, de mayor valor ecológico, con 490.544 hectáreas afectadas. Santa Cruz se mantiene como el epicentro de la deforestación en Bolivia, mientras que Beni, con su bosque amazónico, ha surgido como un nuevo frente agropecuario y de deforestación. Por primera vez en la historia del país, la deforestación se ha consolidado en sus frentes de expansión tradicionales (Santa Cruz) y, al mismo tiempo, ha emergido en nuevas áreas forestales, especialmente en bosques primarios (Beni). Así lo ha revelado el reciente informe de Global Forest Watch.
Global Forest Watch acaba de revelar que de las 696.362 hectáreas de bosque que han desaparecido en Bolivia durante el año 2023, 490.544 hectáreas corresponden a bosque primario, lo que ubica al país en el tercer lugar del ranking mundial de pérdida de bosque primario por tercer año consecutivo. • Esta tasa de pérdida de bosque en general, en Bolivia, es comparable a cuatro veces la extensión de los municipios de santa cruz y de El Alto. Pero eso no es todo: La proporción anual de pérdida de bosque primario de Bolivia es la más alta entre los 20 principales países forestales del Planeta.
¿Abrumado por las estimaciones de la deforestación, perdida de bosque, incendios forestales y otros indicadores que describen la destrucción de los bosques en Bolivia? ¿Qué mide cada uno de estos indicadores y como interpretarlos? Este texto explica, en sencillo, todos esos temas que a veces parecen tan complejos de comprender.
Aprovechando la indignación, desesperación y el sentimiento de injustica que suscitan cada año los mega incendios forestales y la deforestación, existen voces reaccionarias que piensan que la solución es aplicar mano dura.
En estos últimos años, desde Nómadas hemos tenido la oportunidad de ir conociendo el compromiso y trabajo que realizan legisladoras bolivianas a favor del medio ambiente, particularmente en el ámbito de los bosques, minería y pueblos indígenas.
Ahora que el carnaval y el chaki de las festividades han pasado, es momento de abordar un tema ineludible: la escasez de dólares y, en última instancia, la devaluación del boliviano. En los últimos meses, la tasa de cambio efectiva ha aumentado de Bs 6,96 por dólar a Bs 8,40, dependiendo de dónde se los obtiene, si es posible obtenerlos.
Ante el crecimiento del extractivismo en Bolivia, en especial el agroextractivismo y la deforestación asociada, la crisis ecológica y climática se vislumbra como un horizonte inevitable. En contraposición surge la narrativa del «salvador extranjero», la cual está intrínsecamente ligada al concepto de «subdesarrollo» adaptado a la problemática del cambio climático y el extractivismo.
En Santa Cruz, Adrián Barbero brindó detalles sobre el proceso para el traslado de menonitas desde Bolivia a Suriname: aseguró que fue el Gobierno de ese país quien lo contactó y que, después de un proceso de socialización de casi dos años, se aprobó desarrollar un proyecto agrícola, con 30.000 hectáreas al inicio y que puede ampliarse hasta 300 mil hectáreas. Reconoce que, si los menonitas hacen lo que quieren en Suriname, hay riesgos de una “deforestación desmedida” en un país que no está acostumbrado a eso, pero que él solo permitirá que deforesten el 50% del predio. “Yo les voy a poner las reglas”. El Economista Ambiental, Stasiek Czaplicki Cabezas, analiza las respuestas de Adrián Barbero.
A medida que el humo de los incendios se espesa y persiste en el aire de las mayores ciudades del país y del campo, cuesta mantener y construir una perspectiva más amplia y critica sobre algunos elementos claves para entender los mega incendios forestales y deforestación que están ocurriendo.
Ahora mismo en Bolivia, los bosques y sabanas y otros ecosistemas no boscosos, están sufriendo incendios forestales de magnitud alarmante. Algo que típicamente se limitaba al mes de septiembre.
El pasado miércoles 23 de agosto, Trase supply chain, una organización de investigación británica lanzo su herramienta de mapeo de las cadenas de valor de soya boliviana y su deforestación asociada: El 2020 y 2021, el “grano de oro” ha sido el culpable de la deforestación de 182.700 hectáreas de bosque, una extensión que equivale a un poco más que todo el municipio de Santa Cruz de la Sierra. Además, dicho estudio revela que la soya boliviana es la que más deforestación genera en la región, ya que, en el 2021, por cada 1000 toneladas producidas, causó 31,8 hectáreas de deforestación, es decir, cinco veces más que en Paraguay, siete veces más que en Brasil y 30 veces más que en Argentina.
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