
Un equipo de investigadores ha confirmado un importante hito para la botánica boliviana al registrar de manera formal la presencia del árbol Ceiba lupuna (familia Malvaceae) en el país. El descubrimiento, liderado por Juan C. Catari, Heinz A. Drawert y Alcibiades A. Angulo, se realizó en los bosques de la Amazonia, en la región del departamento de Pando, cerca de la comunidad Santa Fe en el municipio de Porvenir. Este nuevo registro incrementa la diversidad conocida del género Ceiba en Bolivia, pasando de ocho a nueve especies documentadas, y contribuye significativamente al inventario de la flora amazónica boliviana, una región de compleja historia biogeográfica.
La identificación de Ceiba lupuna se concretó tras observaciones morfológicas y fotográficas de individuos en estado reproductivo en abril y junio de 2025, con muestras botánicas depositadas en el Herbario del Oriente (USZ) en Santa Cruz de la Sierra. Este árbol, que puede superar los 30 metros de altura, se caracteriza por sus flores rojas de pétalos angostos y ondulados y por tener un tronco paquicaulo y ventricoso, rasgos que lo distinguen de sus congéneres, como la especie nativa Ceiba camba, con la cual podría haber sido confundida previamente. Los científicos indican que la C. lupuna es la última especie de Ceiba en florecer en el país, haciéndolo entre mayo y junio.

propios, iNaturalist y registros del Missouri Botanical Garden (MO).
El hallazgo se realizó en senderos turísticos del emprendimiento “Ruta del Café Don Peki” y se espera que la especie también esté presente en las cuencas del Tahuamanu y Manuripi de Pando. Los autores señalan que, si bien la presencia de C. lupuna ya se mencionaba como esperada debido a su distribución en países vecinos como Perú y Brasil, su registro formal es crucial. Además, advierten sobre la confusión en los nombres comunes: mientras que en Pando se la conoce localmente como “mapajo” o “mapajillo”, este nombre se aplica a otras especies de Ceiba en Santa Cruz y Beni, un factor que, junto con su corta y tardía floración, pudo haber impedido su registro anterior en inventarios forestales de la zona.




