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Revista Nómadas
Antes de que exista Bolivia. Mucho antes de que el lugar donde ahora viven se convierta en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, en este escenario ancestral amazónico, ya existían los guarasug’wes.
En esta selva boliviana, colindante con Brasil, entre el murmullo de hojas centenarias y la sinfonía de criaturas ocultas, se encuentra la comunidad de Bella Vista. Un rincón donde el tiempo parece entrelazar las raíces de la historia con la frescura de la mañana. Y es aquí, en este santuario cada vez menos verde, donde Juan Pascual Durán Aponte, vive y combate con varios enemigos silenciosos para el resto del mundo.
La luz del día se filtra entre la vegetación mientras Pascual Durán, testigo y partícipe del paso del tiempo en Bella Vista, se prepara para compartir las narrativas que han forjado la identidad de esta comunidad. En este escenario, donde la naturaleza y las palabras se juntan, nos embarcamos en un viaje de diálogo, explorando los caminos que han llevado a Bella Vista a ser uno de los refugios de la nación guarasug’we.
– Muy bien, querido profesor. Es un gusto tenerlo de frente nuevamente aquí en este lugar, que es un paraíso.
– Para los que no me conoce, soy profesor de Bella Vista y estoy a cargo de casi todo. Estoy haciendo la reseña histórica de nuestra comunidad para saber cuándo fue fundado por los Guarasug’we. Aquí, antes se llamaba Buen Futuro, y la mayoría de los pueblos de la zona que se dedicaban a la goma, fueron fundados hace muchísimo tiempo.
– Usted nació aquí, ¿verdad?
– Sí. Mis padres vivían aquí, y yo he salido a Piso Firme y a San Ignacio, a estudiar. Antes, los profesores no venían por mucho tiempo, máximo dos meses, y luego volvían más tarde. Por eso, las familias se iban de acá.
– ¿Cuántos años tiene usted?
– 38 años. Soy casado y tengo tres hijos.
Mi enfoque es preservar la cultura y la lengua guarasug’we, integrándolas en la enseñanza diaria
– ¿Desde cuándo usted es profesor?
– Estoy en el magisterio desde el 2014, pero antes ya estaba involucrado desde el 2011.
– ¿Cuántos estudiantes hay en la escuela?
– Actualmente, hay cinco niños en la escuela. La escuela es esencial para preservar nuestra cultura y lengua.
– ¿Hace cuánto que, además usted es cacique? ¿Es decir, la autoridad de la comunidad?
– Soy cacique desde los 21 años. Estuve fuera un tiempo, pero retomé el cargo en el 2020, cuando la pandemia estuvo fuerte.
Un paisaje, una poesía de la naturaleza.
– ¿Qué significa ser cacique de Bella Vista?
– Es una gran responsabilidad, sobre todo porque es una comunidad que hay que saber sobrellevar. No es fácil, especialmente con proyectos que queremos llevar a cabo, pero la distancia a San Ignacio y Santa Cruz complica las gestiones. Sin embargo, estamos progresando. Hace diez años, Bellavista usaba lámparas; ahora tenemos energía desde el 2020 y comunicación mejorada.
– ¿Cómo ha mejorado la comunicación?
– Yo, como profesor, busqué la forma. El primer quiosco Wi-Fi fue instalado aquí en la zona. Era necesario para enviar informes y documentos, ya que la comunicación por radio tenía limitaciones. En general, ha mejorado gracias a esfuerzos locales.
– Cambiando de tema, ¿qué gestiones ha hecho en el ámbito de la salud?
– No hay una posta aquí. Cuando el médico no está, solicitamos remedios o, en casos graves, vamos a Piso Firme o Brasil. La situación es complicada, pero hemos mejorado en algunos aspectos, como la comunicación.
– ¿Y en educación? ¿Cómo ha sido su experiencia como profesor?
– Estoy en el magisterio desde el 2014, y antes fue un proceso largo. Al principio, no me pagaban bien, y tuve que lidiar con dificultades. Mi enfoque es preservar la cultura y la lengua guarasug’we, integrándolas en la enseñanza diaria.
– ¿Cómo logra enseñar sobre la cultura y la lengua Guarasug’we?
– Mayormente, se trata de incorporar elementos culturales en el saludo diario, las partes del cuerpo humano, canciones y danzas guarasug’wes. A veces, organizamos eventos con otras comunidades para compartir y mantener viva nuestra cultura.
– Me habló de un programa de cerdos. ¿De qué se trata?
– Gracias a un proyecto de la Gobernación, nos trajeron cerdos, pero el proyecto no fue completo. No nos dieron capacitación ni instrucciones sobre cómo cuidarlos. Nos preocupa el bienestar de los cerdos, y sería beneficioso recibir proyectos más integrales y con capacitación.
– ¿Cómo afecta esto a la comunidad?
– Nos han traído otros proyectos, como gallinas ponedoras, pero necesitamos más estudios y una comprensión profunda de nuestras necesidades para que los proyectos sean exitosos y sostenibles. La falta de información y capacitación puede generar problemas, y estamos preocupados por el bienestar de los animales.
– ¿Qué animales silvestres hay en la zona?
– Tenemos diversas especies, como el chancho tropero, el mono paraba azul y rojo, y varias especies de monos. También hay insectos, algunos de los cuales se utilizan para consumo. Tratamos de mantener un equilibrio sostenible y respetuoso con la naturaleza.
– ¿Cuál es la importancia del jaguar para la comunidad?
– Antes, solíamos cazar jaguares, pero gracias a ONGs, ahora los protegemos. Entendimos la importancia del equilibrio en la selva y cómo su preservación afecta positivamente al ecosistema. El jaguar es un símbolo importante para la comunidad, representando su identidad y conexión con la naturaleza.
Mayormente, se trata de incorporar elementos culturales en el saludo diario, las partes del cuerpo humano, canciones y danzas guarasug’wes
– ¿Qué proyectos futuros tiene la comunidad?
– Estamos impulsando el turismo desde el 2018. Empecé un proyecto de cabañas turísticas, aunque aún no he logrado concretarlo. Además, estamos buscando formas de mejorar la economía y la autosuficiencia de la comunidad.
– ¿Cómo manejan el tema de la pesca y la economía en la comunidad?
– La pesca es fundamental para la economía local, pero cuando cierra la temporada, la situación se vuelve difícil. Algunas familias reciben visitas de parientes que vienen a trabajar desde Brasil, lo que ayuda a mitigar la escasez económica.
– ¿Qué otros desafíos enfrentan en la comunidad?
– La falta de acceso a servicios médicos y la distancia a las ciudades principales son desafíos significativos. También necesitamos más apoyo en proyectos que impulsen el desarrollo sostenible de la comunidad.
– ¿Cuáles son los valores más importantes para la comunidad?
– La preservación de la cultura, la conexión con la naturaleza y el respeto por la vida silvestre son valores fundamentales. También valoramos la unidad.
Desde la casa de Juan Pascual: la inmensidad.
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