
El martes 12 de agosto, la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), junto al Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz y organizaciones aliadas, se reunieron en el Centro de Educación Ambiental para conmemorar por primera vez el Día Departamental del Bosque Seco Chiquitano, establecido por la Ley Departamental N° 375 promulgada por el gobernador en ejercicio, Mario Aguilera.
La norma busca proteger este ecosistema único en el mundo, que se extiende por 24 millones de hectáreas, 20 millones de ellos en territorio boliviano y actúa como puente biológico entre la Amazonía, el Pantanal, el Bosque Cerrado y el Gran Chaco.
Reconocido como el bosque tropical seco más grande y mejor conservado del mundo, este ecosistema único es un puente natural entre la Amazonía y el Chaco, enlazando el Pantanal, el Cerrado y la Amazonía. Alberga 246 especies de árboles —muchas de alto valor comercial— y fauna emblemática, algunas en peligro de extinción a nivel global. Además de su biodiversidad, el bosque protege fuentes de agua, regula el clima y sostiene a las comunidades locales.

Pero su futuro está en riesgo. Solo en 2024, los incendios forestales en el departamento afectaron más de 8,6 millones de hectáreas de bosques y pastizales, con la Chiquitania como una de las zonas más golpeadas. De continuar esta tendencia, podrían perderse otros 8,7 millones de hectáreas hasta 2050.
La actividad —en conmemoración del Día del Bosque Seco Chiquitano instituido el 12 de agosto— reunió a representantes de ONG, fundaciones, organizaciones comunitarias e instituciones ambientales. A través de charlas, intercambios y mensajes de reflexión, los participantes reafirmaron un compromiso común: proteger y restaurar este bosque irreemplazable.
La FCBC y las instituciones aliadas hicieron un llamado a la inversión pública y privada, a la participación ciudadana y al fortalecimiento de políticas para garantizar su conservación, puesto que no podemos darnos el lujo de perder el Bosque Seco Chiquitano, que es es parte de nuestra identidad, nuestra economía y nuestra supervivencia.
Roberto Vides, director ejecutivo de la FCBC, destacó que el Bosque Seco Chiquitano posee un valor incalculable, no solo para Santa Cruz y Bolivia, sino para el mundo entero, tomando en cuenta que en otros países de Sudamérica este tipo de bosque solo conserva entre un 2% y 8% de su extensión, mientras que en Bolivia aún se mantiene cerca del 70%. “Lamentablemente, a nivel global, estos bosques están en peligro y desapareciendo, lo que convierte al nuestro en un patrimonio de enorme relevancia para la humanidad, para las comunidades locales, para el desarrollo de Santa Cruz y para la conservación del patrimonio natural de Bolivia”, afirmó.
Zoila Zeballos, comunaria indígena y representante del Comité de Gestión del Área Protegida Los Piyos ubicada dentro del Bosque Seco Chiquitano, a tiempo de agradecer a la Gobernación por la promulgación de la Ley 375, destacó la importancia de esta norma para preservar esta zona. “Para nosotros los pueblos indígenas, es fuente de alimento, medicina, flora, fauna y es parte de nuestra identidad. Celebrar este día es un hecho solemne e histórico para todos los pueblos chiquitanos. Muchas gracias por hacer realidad esta ley”, manifestó.
Ana Patricia Suárez, secretaria de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, destacó que el Bosque Seco Chiquitano es el más grande y mejor conservado de Sudamérica y el mundo, con una biodiversidad asombrosa y un rol clave en la seguridad hídrica y la resiliencia climática del continente.
La norma fue impulsada por las comunidades chiquitanas, a través de la Juventud Indígena Chiquitana Amanecer Roboré (Jichar), la Central Indígena Chiquitana de Roboré (CICHAR), la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), Proyecto de Desarrollo Comunitario (PRODECO), WWF Bolivia y la Gobernación.
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