El fuego, la avaricia, el hambre por más territorio para los humanos está dejando al felino más poderoso del continente americano sin hogar, sin comida, sin agua y sin lugar donde escapar. Cada año que pasa, a pesar de los esfuerzos de los conservacionistas, a pesar del grito de los activistas, las políticas de la mano de los gobiernos están llevando los biomas más importantes para el jaguar a un punto de no retorno. Este año no fue la excepción, parece que fue ayer cuando en 2019 explotaron como hongos un sinfín de incendios forestales en diversas regiones de Bolivia y Brasil, pensábamos que las cosas cambiarían después, pero año tras año, la historia se repite y el jaguar sigue indefenso frente al avance agresivo de la deforestación, del hambre por sus colmillos, del fuego, de la pisada fuerte de la industrialización en América Latina. Este 29 de noviembre, Dia Internacional del Jaguar no hay mucho para celebrar.
Los sabios de los pueblos, los bisabuelos de hace unos atrás todavía contaban relatos de sus encuentros con el gran felino, con el cual compartían territorio, un “gato grande”, temido pero respetado. Hoy es cada vez más escaso ese encuentro, ver a un jaguar libre es un privilegio. Luego de los incendios de esta temporada de 2023 en Bolivia y Brasil, donde millones de animales han muerto calcinados, ver a un jaguar se convertirá en una mezcla de tristeza y esperanza.
“El rey de la selva Sudamericana en su reinado quemado. Este año con sus quemas sin freno, en frente del área con más visibilidad de jaguares, Puerto Jofre en el Pantanal de Brasil. ¡Es urgente un tratado de no quemas en Sudamérica!” – Steffen Reichle
Después de cinco años de acecho buscando la foto soñada para el libro “Parques Nacionales de Bolivia”, y luego de expediciones junto a su esposa por todo el país, Kaa Iyana, una jaguara libre y silvestre del Chaco se convirtió en una historia de amor y obsesión para Daniel Alarcón y para muchos fotógrafos que por años soñaban con poder fotografiarla. Sus ojos dorados e imponentes la delatan al instante, ella, la reina del Parque Kaa Iya dominó su territorio por muchos años, dejando un legado de cachorros que brindan esperanza para el futuro del jaguar.
El mítico rio Tuichi, se convirtió por años en una zona donde turistas venían de todo el mundo para poder ver el jaguar en la amazonia boliviana, hoy es cada vez más escaso un avistamiento. El agua turbia y contaminada por la minería rio arriba ha alejado a los jaguares, perdiendo no solo su encanto, pero el equilibrio ambiental que brinda tener este felino en su ribera.
“Contra cualquier pronóstico, tuvimos la dicha de encontrar a este jaguar durmiendo sobre la ribera del río Tuichi, que al escuchar el motor se levantó y lentamente se internó en la selva. Fue el primer jaguar que vi y sigue siendo de los mejores recuerdos que tengo.” – Mauricio Peñaranda.
“Es complejo ver uno de ellos estos días, pero es tan lindo llegar a este momento; para el cual te preparas siempre. digo preparas, porque es como una primera cita, no sabes cómo sentarte, si sonreír, si respirar. Durante mi tiempo de fotógrafo de naturaleza (12 años) he tenido muchos encuentros con jaguares, algunos muy lejanos que no se logró fotografiar, otros muy rápidos que solo quedo observarlos y está este encuentro. Veinticinco minutos frente a ella, una hembra juvenil, curiosa, la cual se mantuvo tranquila (ellos de por si son tranquilos) que me dejó muchas fotografías únicas.” – Alejandro de los Ríos.
El agua, factor más importante para la supervivencia del jaguar está empezando a escasear. Cada año las fuentes de agua en San Miguelito reciben menos lluvias, el rio que se secaba una vez cada 20 años, ahora se seca todos los años. Cada incendio, cada árbol caído va sumando a la crisis climática que hoy está dejando animales con sed.
“Seis millones de animales muertos y 3 millones de hectáreas quemadas en Bolivia, esto pasa y estamos siento testigo de genocidio ambiental… hay ley, pero nadie es responsable de hacer cumplir ley” – Duston Larsen.
Kaa Iyana, la musa de tantos fotógrafos, a pesar de ser una jaguara libre viviendo su maternidad felina, ha sido generosa con quienes han podido tener un encuentro con ella. Su belleza hipnotizante y mirada de madre protectora, cautivan a todos en su camino. Sus cachorros, camuflados en el pajonal, son un símbolo de esperanza para el Gran Paisaje Chaco-Pantanal.
“Para nosotros todos los días es el Día del Jaguar. Debemos seguir luchando para cambiar las opiniones negativas y preservar su hábitat para que no sea destruido. El turismo juega un papel importante y estamos trabajando duro para demostrar que los jaguares valen mucho más vivos y pueden convivir con los ganaderos.” – Nicks Adventures.
El fuego no conoce fronteras, cada año se mueve de un lado a otro, con la fuerza del viento. Cuando solo queda la ceniza y el paisaje se torna gris, los animales descubren sin entender el porqué, que su paraíso vivió un infierno. Una madre jaguar y su cachorro descansan a la orilla del Río São Lourenço después de los incendios.