Construir ciencia en un país hecho pedazos, es un trabajo de valientes. Crear un Congreso de ciencia en plena crisis política, es de locos.
En 2005, un grupo de biólogos y biólogas en Bolivia, decidió que ya era hora, a pesar de todos los conflictos socio-políticos de aquel tiempo, de realizar el Primer Congreso Boliviano de Mastozoología, un evento histórico para la ciencia en Bolivia. Tres días después, renuncia el presidente del país de ese entonces. La historia del primer Congreso no sale en la historia oficial del país, pero mientras los de arriba se pelean por la silla del poder; biólogos y mastozoólogos se reúnen en silencio y con un esfuerzo en equipo, ante toda adversidad, para tejer lazos y redes que permitan conocer más de los mamíferos, animales silvestres que comparten su casa con nosotros, y que, si los protegemos, protegemos nuestra casa grande, igual.
Dieciocho años después de ese primer Congreso, el Gobernador de Santa Cruz de la Sierra, ciudad sede del IX Congreso Boliviano de Mastozoología, es llevado preso a La Paz y la realidad en la capital cruceña se transforma en caos. El Congreso es postergado, pero el grupo de valientes no se da por vencido, y tras meses de espera, finalmente del 15 al 17 de marzo de 2023, se realiza el IX Congreso Boliviano de Mastozoología, el primero después de la pandemia del COVID-19.
El evento contó con más de 140 participantes, 60 presentaciones orales, 25 posters y 6 conferencias magistrales de diversos temas con reconocidos especialistas bolivianos y extranjeros. También se impartieron cursos de formación por especialistas, antes y después del Congreso. Un cierre histórico para la mastozoología en Bolivia
En el tercer día del IX Congreso, el 17 de marzo, la primera conferencia, donde se habló sobre el Escenario taxonómico para los Cervidae -cérvidos- de América Latina, dejó a todos los presentes atónitos.
José Mauricio Barbanti Duerte, —nacido en Brasil, alto como el tamaño de sus conocimientos y experto en Cérvidos (ciervos)— presentó los estudios que durante años ha realizado junto al Centro de Investigación y Conservación de Cérvidos (NUPECCE, por sus siglas en portugués) en Brasil. Uno de los centros lideres en investigación y conservación de especies de cérvidos neotropicales. Al terminar la exposición, todo lo que sabíamos sobre la familia de ciervos, cambió.
“Sabemos muy poco de los animales, porque hay una característica que llamamos ‘convergencia morfológica’, algunos animales están en una forma porque ocupan un determinado espacio, principalmente los ciervos de bosque son muy similares por eso, por su adaptación de tamaño, las astas no son ramificadas. Porque deben entrar dentro del bosque. Esa similaridad morfológica nos engañó muchos años y, con eso, se perdió la capacidad de percepción de una historia evolutiva, que ahora la genética nos cuenta”.
José Mauricio Barbanti Duerte en su conferencia magistral sobre Cérvidos.
Muchos ciervos que parecen ser de la misma especie, no lo son. Para José Mauricio, estudiar su genética, permite entender que hay muchas especies que están ahí, camufladas como otra especie y no las conocemos.
Pero lograr identificar cuántos ciervos realmente hay en Latinoamérica, no es trabajo de solo él o del centro donde trabaja, ellos buscan aliados.
“Es el momento de hacer un trabajo cooperativo de todos los países de América Latina, si no sabemos cuántas especies hay, donde están, no sabremos si puede estar amenazada. Con esto podremos tomar mejores decisiones políticas”, enfatiza Barbanti y hace un llamado a los mastozoólogos a dar espacio al estudio de los cérvidos, porque así funcionan los Congresos de ciencia y biología, se convierten en puntos de solidaridad, empatía, trabajo en equipo, por la búsqueda de un bien común: el bienestar y la coexistencia entre animales y humanos.
“Mi sueño sería una red que trabaje con Cérvidos en Latinoamérica”. Barbanti sueña, pero sabe que no está muy lejos de la realidad, porque hablar del tema en estos espacios es la semilla de futuros trabajos y lazos de estudios sobre ciervos en Bolivia.
Ninguno de los trabajos expuestos se hizo solo, a pesar de que en todas las presentaciones solo expone una persona, detrás hay un equipo de trabajo de investigación que ha trabajado para mostrar los resultados en el Congreso.
La imagen de un gato andino en cámara trampa resultó ganadora del Concurso de Fotografía. – Autores: Kenny Ure, Justino Saldana, Ximena-Velez-Liendo.
Uno de los animales con mayores temas expuestos en el tercer día, fue el estudio del bufeo boliviano (Inia boliviensis), se habló dentro de la temática de “Historia Natural y Ecología”, donde Luis Alfredo Guizada expuso dos trabajos realizados en equipo, el primero titulado Explorando la tendencia poblaciones del bufeo boliviano en un complejo de ríos de la cuenca media del rio Mamoré en Bolivia y el segundo, con la pregunta: ¿Son los drones una alternativa más eficiente para el conteo de bufeos? Adicionalmente, Aldo Echeverria expuso sobre la Ecología trófica del bufeo basado en análisis de isótopos estables en dos poblaciones de los ríos San Martin y Mamoré en Bolivia. Otro estudio sobre bufeos expuesto por Claudia Venegas, revela la Estructura social y resultados preliminares de la salud de bufeos rescatados en Santa Cruz, Bolivia.
Profundizar en el nivel de conocimiento de la mastofauna endémica es uno de los objetivos de estos encuentros, otro objetivo clave es la coexistencia en humanos y la vida silvestre. Este año. el lema del Congreso se tituló: Mamíferos y Sociedad: generando conocimientos y actitudes positivas para la conservación de los ecosistemas y el bienestar humano.
Guido Ayala, investigador en WCS Bolivia (Wildife Conservation Society por sus siglas en inglés) no se ha perdido un congreso desde 2005, y está contento con la diversidad de temas que han ido saliendo con los años y que también, siguen volviendo los temas clásicos, como la revisión constante a las colecciones de mamíferos.
“Los congresos son un momento muy importante para compartir experiencias entre nosotros, los compañeros que ya estamos en el trabajo, y también para mostrar a la nueva generación de biólogos. Vinimos a inspirar y a aprender. Yo aprendo muchas cosas”, dijo Guido Ayala, notoriamente emocionado.
Durante los tres días expusieron libros de mamíferos y biodiversidad de diversos autores e instituciones.
En su exposición del día 3, Guido presentó un estudio sobre El camino de la muerte o el camino de la vida silvestre: relevamientos en el Parque Nacional ANMI Cotapata, La Paz; la carretera antigua que unía la urbe paceña con las húmedas montañas de Yungas, y que se hizo conocida mundialmente por su peligro extremo y alto número de muertes. Hoy el panorama ha cambiado, tras la apertura de una nueva ruta, el camino ‘de la muerte’ ha reducido su flujo vehicular a un 90% y, actualmente, es un camino turístico donde se practica ciclismo de montaña, mayormente, de extranjeros que terminan encantados por los animales que avistan en su ruta. La investigación tenía una misión clara: reportar la riqueza y abundancia relativa de mamíferos —con cámaras trampa— después de 10 años de que la carretera redujo su alta transitabilidad. Los resultados fueron extraordinarios; con la metodología de trampas cámara se llegó a identificar a 14 especies de mamíferos y 10 especies de aves, adicionalmente se confirmaron, con avistamiento, a 84 especies de aves, la confirmación de oso andino por avistamiento de sus fecas, y observación del mono silbador. El estudio considera que las poblaciones de mamíferos en la zona del camino de la muerte se han recuperado, y resalta el potencial para el ecoturismo, educación e investigación del Parque Nacional ANMI Cotapata, donde se encuentra la ruta, por su valor de diversidad biológica.
Las investigaciones permiten comprobar el retorno de los animales silvestres al llamado: camino de la muerte.
El uso de la tecnología ha diversificado la manera en la que se realizan los estudios: el conteo de animales acuáticos, como los bufeos, desde el aire —con dron—, el uso de cámaras trampa para no solo contar especies, si no, conocer sus patrones de actividad, hasta la integración de la tecnología móvil para resolver vacíos de información en áreas de conservación de Bolivia. A pesar de las dificultades como la falta de fondos nacionales y trabajos en la ciencia e investigación, la disciplina de mastozoología en Bolivia está labrando su propio camino con proyectos innovadores y ejemplares en todo el mundo.
“Si hay una oportunidad de hacer un balance del primer Congreso y lo de ahora, van a ver la diferencia”, comenta Guido, que es parte del Congreso desde el día uno. Explica cómo es una alegría ver los avances, que ahora el abordaje de la disciplina en Bolivia es más amplio, que ya se está tocando temas como gestión, el trabajo en grupos interdisciplinarios y temas productivos. Cree que la parte de los profesionales biólogos y científicos del país ha crecido mucho, y eso se refleja en los trabajos expuestos en lugares de encuentro, como este IX Congreso.
En cada exposición, que duraba aproximadamente 20 minutos, se notó el entusiasmo del público por aprender, escuchar y tener, aunque sea unos minutos al final de la presentación, la oportunidad para hacer preguntas con el orador u oradora, intercambiando experiencias y estrechando lazos. Cada grupo de mamíferos tiene sus fans
Los roedores también tuvieron su protagonismo en el tercer día del IX Congreso Boliviano de Mastozoología. Este grupo pequeño en tamaño, pero gigante en biomasa, es de los más abundantes de los mamíferos.
La mastozoóloga Marisol Hidalgo Cossio, ha dedicado su carrera al trabajo con pequeños mamíferos, específicamente roedores, y algo que le fascina, desde el primer día que interactuó con ellos, son sus estrategias para sobrevivir. Son un grupo tan diverso que han vivido desde los tiempos de los dinosaurios y se han adaptado a todo tipo de clima y ambiente, comen de todo y algunas especies son semiacuáticas, viviendo lo mejor de los dos mundos. Reconoce que no se valora el rol de los roedores en la salud de los suelos, y que indirectamente pueden hasta transportar esporas de hongos, asistiendo así a la regeneración de los bosques.
A Marisol le ha encantado la diversidad de exposiciones en los tres días del Congreso, le impresionó que se ha “vuelto a las colecciones”, ese ánimo de revisar la taxonomía, y valorar los especímenes recolectados del campo. Conocerlos, para Marisol, es la primera base, para después tomar acciones de conservación. En su exposición, expuso un trabajo sobre los Pequeños mamíferos no voladores en los Llanos de Moxos, y su importancia para la ciencia y su conservación.
Marisol Hidalgo Cossio expone resultados de su investigación en Llanos de Moxos.
Ese entusiasmo por reconocer que todavía queda mucho por aprender, está llevando a estudiantes y profesionales a retornar al estudio de las colecciones de diferentes mamíferos. Un ejemplo de ello, fueron las exposiciones orales de Vianca Cespedes-Hochstätter, sobre la Revisión sistemática del género Dasyprocta (Rodentia, Dasyproctidae) y la exposición de Nicolás Malpartida, titulada: Un aporte a la morfología del esperma en roedores del género Ctenomys en Bolivia (Rodentia: Ctenomyidae). Por tres días, el Congreso se convierte en el espacio soñado para mastozoólogos, una oportunidad para comentar, debatir y aprender todo sobre los mamíferos, tanto estudiantes, como especialistas y jóvenes profesionales.
Otras exposiciones, en el tercer día, también mostraban investigaciones realizadas en otros países, que permiten a los visitantes del Congreso, conocer más sobre los esfuerzos de investigación que se realizan en el continente. Una de las ponencias, explicaba sobre la Caracterización de las presiones de cacerías y tráfico de mamíferos en Cundinamarca, Colombia, por Sara Fernanda Barbosa, seguido de una exposición sobre los Micromamíferos de fragmentos de vegetación nativa en la Cordillera de Nahuelbuta del sur de Chile, por Jonathan Guzmán. Mientras que la última conferencia magistral del Congreso, con el invitado especial Héctor E. Ramírez, que vino desde Colombia, expuso sobre El papel de las colecciones regionales en el estudio de roedores carismáticos: el caso de los puercoespines o erizos (Coendou) en Sudamérica.
En el simposio final, sobre usos de modelo de ocupación para el monitoreo y estudio de mamíferos en Bolivia, se expuso sobre una diversidad de animales desde el oso andino (Tremarctos ornatus), la vicuña (Vicugna vicugna) y el mono Lucachi (Plecturocebus olallae) endémico y críticamente amenazado. El uso de modelo de ocupación, es una forma de analizar las variables que afectan la ocupación y detección de especies, la primera ponencia expuso sobre el potencial del marco analítico de la ocupación para el estudio y monitoreo de vida silvestre, mientras que otras investigaciones relataban sobre el uso de modelos de ocupación para la identificación de corredores de vida silvestre, y el análisis de información de relevamientos de cámaras trampa, con ocupación para entender mejor las especies con poca información.
Todos estos estudios y presentaciones ponen en evidencia la importancia de diversificar la manera de realizar ciencia, de estudiar el pasado y el presente, algo que los mastozoólogos tienen claro.
“¿Por qué un país es prospero? Porque sabe cuál ha sido su pasado, y mirando el presente, sabe aplicar acciones para el futuro”, concuerda Marisol Hidalgo Cossio, recordándonos la importancia para el crecimiento integral del país de estos espacios de encuentro.
El cuadro “Mamíferos de Bolivia” pintado en vivo por el artista Brocha Silvestre
Mientras los políticos siguen distraídos, la ciencia en Bolivia continúa su ritmo, avanzando, creando espacios y oportunidades de interacciones entre investigadores especialistas, estudiantes y profesionales. Construyendo silenciosamente una Bolivia repleta de ciencia e investigación por todos los rincones del país, para el bienestar del territorio, de su gente, de los animales y del planeta.
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