
En un mundo donde la deforestación, el tráfico ilegal de especies y los incendios forestales amenazan la En un mundo donde la deforestación, el tráfico ilegal de especies y los incendios forestales amenazan la biodiversidad, hay quienes dedican su vida a proteger lo que muchos dan por sentado. Nena Baltazar, fundadora y directora del Centro Inti Wara Yassi (CIWY), es una de esas personas. Con más de tres décadas de trabajo ininterrumpido, Nena ha liderado una lucha incansable por la conservación de la vida silvestre en Bolivia, convirtiéndose en un referente regional y global en la defensa de los derechos de los animales y sus hábitats.
CIWY, una organización pionera en rescate y rehabilitación de fauna silvestre en Bolivia, nació de un acto de amor: el rescate de una mona araña llamada Nena, que marcó el inicio de un camino lleno de desafíos y logros. Desde entonces, la organización ha crecido, enfrentando amenazas como la minería ilegal, la deforestación y los incendios, mientras devuelve la libertad a cientos de animales y educa a comunidades sobre la importancia de proteger la naturaleza.
Recientemente, CIWY fue reconocida con el Premio a la Conservación de la Biodiversidad en Latinoamérica de la Fundación BBVA, en España, un hito que no solo celebra su trayectoria, sino que también refuerza su compromiso con la lucha por un planeta más justo y sostenible. En esta entrevista, Nena Baltazar comparte su historia, los desafíos de su trabajo y su visión para el futuro de la conservación en Bolivia y América Latina.
¿Qué significa para ti y para CIWY recibir el Premio a la Conservación de la Biodiversidad en Latinoamérica de la Fundación BBVA después de más de tres décadas de trabajo?
Es un gran honor y un reconocimiento invaluable a todos estos años de esfuerzo y dedicación. Ha sido un camino difícil. Cuando comencé, prácticamente nadie hablaba de la importancia del medioambiente ni de la protección de los animales. Mi historia inició con el rescate de una mona araña que, curiosamente, se llamaba Nena, como yo.
Fue gracias a ella que llegué al Chapare y fundamos allí el primer centro de rescate. Ese amor inicial por un solo animal se transformó en una misión de vida. A lo largo de los años, hemos enfrentado muchos desafíos para generar cambios en la sociedad, sensibilizar a las personas y hacer que las autoridades comprendan la importancia de defender los derechos de los animales.
Este premio no solo es un privilegio, sino también un hito para Bolivia. Nos llena de orgullo ser los primeros bolivianos en recibir un reconocimiento de esta magnitud a nivel latinoamericano.

¿Podrías compartir algunos de los hitos o logros más importantes que han llevado a CIWY a obtener este reconocimiento?
Uno de los logros más significativos ha sido comenzar este proyecto sin recursos económicos, sin conocimientos previos, solo con el amor y la pasión, como te mencionaba antes. Empecé por una mona araña, pero rápidamente vi el sufrimiento de muchos animales y su necesidad de ayuda.
Lo más gratificante ha sido lograr superar las barreras del idioma, de la cultura, de los recursos, y poder llevar nuestro mensaje a todas partes del mundo. Uno de los momentos más emocionantes fue cuando recibimos el reconocimiento en España, rodeados de voluntarios que han venido de diversas partes del mundo para acompañarnos en esta causa.
En estos años, hemos luchado contra el tráfico ilegal de animales, los incendios forestales y muchas otras amenazas. Han sido momentos muy difíciles, pero siempre hemos estado firmes, luchando por defender nuestra biodiversidad.
Devolver la libertad a los animales que fueron arrebatados de su hábitat, es como devolverles su alma.
Hemos logrado desarrollar sistemas de manejo que, al verlos en acción, realmente han cambiado la vida de los animales que han llegado a nosotros. Ver cómo han sanado física y psicológicamente es un logro enorme. Además, poder devolverles la libertad a animales que fueron arrebatados de su hábitat es, sin duda, un gran éxito.
En los incendios del 2024, vivimos momentos duros, con animales quemados y carbonizados, lo que nos hizo sentir el dolor profundo que sufren al ver sus hogares arrasados por el fuego. Sin embargo, hemos logrado rescatar y rehabilitar a varios de estos animales, y liberarlos nuevamente, como en el caso de Tara, Federico, entre otros. Este tipo de historias son lo que nos dan fuerzas para seguir adelante.

Mencionaste que la alegría de recibir este premio se vio opacada por los incendios forestales en Bolivia. ¿Cómo han afectado estos incendios el trabajo de CIWY y qué desafíos enfrentan actualmente en el proceso de recuperación?
El año pasado, cuando aún estábamos luchando contra los incendios, recibí la noticia de que habíamos ganado el premio. En ese momento, no entendía completamente la magnitud de lo que estaba sucediendo. Estábamos tan enfocados en los incendios y los rescates que no pude darme el tiempo para celebrar el reconocimiento como se debía.
Los incendios forestales han sido un desafío tremendo para nuestro trabajo. Han destruido enormes áreas de bosque y han dejado a muchos animales sin hogar. Además, los animales que han sobrevivido han sufrido daños graves. Hemos tenido que redoblar esfuerzos en nuestros centros de rescate y atención veterinaria para atender a los animales afectados por el fuego.
A nivel de recuperación, hemos tenido que trabajar de manera más intensa para restaurar los hábitats dañados y crear conciencia sobre la importancia de prevenir futuros incendios. Este trabajo es más difícil y largo de lo que esperábamos, pero seguimos adelante con esperanza y compromiso.

¿Qué impacto ha tenido el trabajo de CIWY en la conservación de la fauna silvestre en Bolivia?
A lo largo de los años, hemos logrado sensibilizar a muchas personas sobre la importancia de conservar la fauna silvestre. Nuestra labor ha tenido un impacto positivo tanto en los animales que rescatamos como en las comunidades a las que llegamos con mensajes educativos sobre conservación.
Además, hemos somos una voz crítica en la lucha contra el tráfico ilegal de animales y el daño a los ecosistemas naturales. Nuestra acción ha influido en políticas públicas y ha generado una mayor conciencia en el gobierno y en la sociedad sobre la necesidad de proteger nuestra biodiversidad.
¿Qué papel juegan las comunidades locales en la conservación?
Las comunidades locales son fundamentales para la conservación. Sin su participación activa, no podemos lograr una protección efectiva de los ecosistemas. Muchas comunidades indígenas y rurales tienen un conocimiento ancestral profundo de la naturaleza, y colaborar con ellas es crucial para el éxito de nuestras estrategias de conservación.
La educación y la concienciación son claves. Cuando las comunidades comprenden el valor de su entorno natural y cómo la conservación les beneficia, se convierten en los mejores aliados en la lucha contra la deforestación, la caza furtiva y el tráfico ilegal de fauna.
¿Qué mensaje le darías a las personas que quieren contribuir a la conservación?
La conservación no es solo responsabilidad de las organizaciones y los gobiernos; es un trabajo colectivo. Todos podemos contribuir, ya sea adoptando hábitos más sostenibles, rechazando el comercio ilegal de animales, apoyando proyectos de conservación o educando a otros sobre la importancia de la biodiversidad.
La pasión y el compromiso son lo que realmente puede generar un cambio. Puede parecer una tarea abrumadora, pero cada pequeña acción cuenta y tiene un impacto real.

¿Cuáles son los próximos pasos y planes futuros de CIWY?
Nuestro objetivo es seguir ampliando nuestro impacto, fortaleciendo programas educativos, mejorando nuestras instalaciones de rescate y rehabilitación, y promoviendo políticas más fuertes de protección de la fauna silvestre. También buscamos establecer más colaboraciones nacionales e internacionales para fortalecer los esfuerzos de conservación.
Uno de nuestros grandes sueños es ver a Bolivia como un referente global en protección de la biodiversidad, un lugar donde los animales puedan vivir en sus hábitats naturales sin la amenaza de actividades humanas destructivas.
¿Qué significa este premio para Bolivia?
Este premio no solo es para CIWY; es para Bolivia y para todos aquellos que han luchado por la conservación en el país. Nos coloca en el mapa internacional en términos de protección de la biodiversidad y resalta el trabajo de quienes están luchando incansablemente por preservar nuestro patrimonio natural.
Esperamos que este reconocimiento inspire a más personas, instituciones y autoridades a tomar acciones concretas para la conservación del medio ambiente. Bolivia es un país con una biodiversidad increíble, y es nuestra responsabilidad protegerla para las generaciones futuras.
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Sobre el autor
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Roberto Navia
Desde hace más de dos décadas transita por el mundo para intentar elevar a los anónimos del planeta al foco de lo visible. Sus crónicas emblemáticas: Tribus de la inquisición y Los Colmillos de la Mafia le han permitido ganar dos veces el Premio Rey de España (2014 y 2017); Esclavos Made in Bolivia, el premio Ortega y Gasset (2007); el documental Tribus de la Inquisición, la nominación a los Premios Goya (2018), Flechas contra el Asfalto y Los Piratas de la Madera desangran el Amboró, dos veces ganadores del Premio de Conservación Internacional, entre otros galardones nacionales e internacionales. Es docente universitario de postgrado, la cabeza de la Secretaría de Libertad de Expresión de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz, miembro del Tribunal de Ética de la Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia y de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).