Bernardo Mendoza Arroyo, Comunario de Cuarirenda
“Algunos capitanes están descuartizando nuestro territorio”, denuncia Bernardo Mendoza, oriundo de Cuarirenda. En esta entrevista, da detalles sobre cómo opera la creación de comunidades fantasmas y el tráfico de tierras en la TCO Isoso.
Bernardo Mendoza Arroyo, cuando era niño, jugó entre los corrales de la propiedad Cuarirenda porque su padre, Florencio Mendoza Padilla, era vaquero de ese predio que pertenecía a un ganadero cruceño que respetaba las leyes naturales del bosque seco del Chaco y que él, con su mirada guaraní iba descubriendo las riquezas de una selva que ahora —lamenta— está en peligro de muerte.
Bernardo Mendoza, ahora tiene 38 años de edad y está enterado de que Cuarirenda ha sido vendida a un grupo de menonitas que compraron las 14.000 hectáreas para construir una nueva colonia y deforestar para sembrar en un suelo que no tiene vocación agrícola intensiva y que, en pocos años, puede quedar partida e inútil.
Bernardo, cuando se enteró que los menonitas estaban construyendo un puente sobre el Parapetí, para poder vencer a las aguas bravas del río en tiempos de lluvia y a la arena indómita durante los largos meses de sequía, creía que aquella obra era un serio motivo para festejar, porque los isoseños de esa zona del municipio de Charagua añoraban un puente desde tiempos inmemoriales.
Pero Bernardo, ahora, piensa diferente porque, dice, es un hombre informado. Sabe que las comunidades que están en la otra banda del río, quedan a muchísimos kilómetros de donde los menonitas construyeron el puente, que el 50% de la propiedad Cuarirenda está dentro de los Bañados de Isoso y que son sitio RAMSAR, es decir, humedales vitales para los indígenas, la flora y la fauna no solo del Isoso, sino, para el planeta.
Llevan personas ajenas a nuestra TCO para asentarlos en ciertos lugares y repartirles nuestras tierras. Lo que reciben son personas que tienen plata para invertir en la zona, pero los camuflan en esas supuestas comunidades que en realidad no existen.
Pero Bernardo, que es enfermero, economista y líder de la juventud indígena que radica en Santa Cruz, dice sabe mucho más y lo que sabe, son cosas oscuras y peligrosas y eso le impide conciliar el sueño. Sabe —por ejemplo— cómo opera y funciona el tráfico de tierras en la zona de Pailón Sur que se conecta con los Bañados de Isoso y el parque Kaa Iya. Los dedos de sus manos no le son suficiente para contar la cantidad de comunidades fantasmas que son creadas para camuflar un negociado creciente y rentable que avanza silencioso y va destruyendo bosques, secando humedales y entregando el territorio de los isoseños a manos dañinas y extrañas.
Ésta es la entrevista:
– ¿Qué opina del puente clandestino que los menonitas construyeron sobre el río Parapetí?
– En mi zona, la gente lo ve como un beneficio, pero no piensan en el perjuicio. Los impactos y desequilibrios ecológicos ya se están sintiendo porque se ha deforestado el predio de los menonitas. No es un beneficio real porque las comunidades indígenas están a varios kilómetros del puente.
– ¿Están de acuerdo en la construcción del puente solo los dirigentes o también las bases?
– Como nunca hubo un puente en toda la zona del Bajo Isoso, están entusiasmado al ver que atraviesa el río Parapetí. La gran mayoría no tienen vehiculó ni bicicleta. La flota llega a las 17 a Puerto Yuki, y al frente están sus comunidades, caminan por 30 minutos. No van a ir a dar la vuelta por el puente tomando un taxi que les cobre Bs 200, cuando puedo cruzar el rio y estar en sus casa en media hora.
– ¿Cómo cruza el río los habitantes de la banda del Parapetí?
– Mayormente, a pie. En la temporada de lluvia no se cruza, pero no es muy larga la temporada. Charagua es un territorio autónomo, pero está sujeto a la Constitución Política del Estado. Especialmente este tipo de obras que genera un impacto negativo al medioambiente.
Bernardo Mendoza, dice que busca maneras para defender el territorio donde nació.
– ¿A quiénes beneficia el puente?
– Los beneficiarios directos están siendo los de la colonia menonita Cuarirenda, porque son los únicos que van a transitar permanentemente y sacar su producción por el puente. En esa zona no hay una comunidad cercana. Ni siquiera tienen su chaquito los indígenas.
– ¿Qué pasará con el bosque chaqueño, los Bañados de Isoso y el Parque Nacional Kaa Iya?
– El puente se suma a otros problemas que ya se viven en la zona. En toda la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) del Isoso los bosques y el territorio están descuartizados porque se han dado muchos asentamientos humanos, algunos son incluso comunidades fantasmas. Eso siempre lo he venido denunciando en redes sociales. Al principio, cuando salió el reportaje de Revista Nómadas, pensaba que el puente era un beneficio. Pero me puse a investigar sobre la importancia de los Bañados y el Parapetí. He cambiado de posición. Eso no lo entienden los de mi zona. No ven la parte negativa que va a causar el puente. Nosotros, los indígenas de Isoso seremos los afectados.
– ¿Cree que muchos habitantes del municipio de Charagua desconocen la importancia de los Bañados de Isoso, del Parapetí y de que sean sitio RAMSAR?
– Los capitanes creo que conocen, porque son dirigentes que tienen la obligación de saber lo que está dentro del territorio. Las bases, les aseguro que solo un 2% conoce que es sitio RAMSAR y la importancia de los bañados. Habrá desequilibrio ecológico en la zona y será una puerta más para los asentamientos humanos, ilegales y comunidades fantasmas.
El bosque es el que genera nuestros alimentos y ahora, con el puente y la colonia Cuarirenda, habrá que caminar más lejos para encontrar nuestra comida.
– ¿Qué se debe hacer con el puente?
– Será una puerta más para los contrabandistas que pasan de Paraguay. Está lejos y nadie va a controlar. Por mí, que lo tumben el puente. Será un suicidio para la zona. Despertará más interés de las personas que manejan el tráfico de tierras, es un peligro. Puede también ser trasladado a donde hace falta, cerca de las comunidades.
– ¿Qué debe pasar con la colonia menonita?
– Mi padre trabajó con la familia Ortiz, que eran los dueños de la propiedad Cuarirenda que ahora está en manos de los menonitas. Mi papá su vaquero y yo me crie prácticamente en los corrales de esa propiedad. Ellos solo hacían explotación ganadera. Los menonitas hacen otra agricultura, deforestan, hacen desequilibrio ecológico. Los Bañados de Isoso, que son sitio RAMSAR, están dentro de ese predio y no van a respetar los menonitas. Su actividad es deforestar y trabajar la tierra. El uso de suelo cambió tremendamente con ellos en la zona de Charagua. Y si los guaraníes vamos a defender el vivir bien, tenemos que pensar en eso.
El tanque elevado que se desplomó en Cuarirenda. Hasta ahora siguen esperando que las autoridades les construyan otro.
Foto: Revista Nómadas.
– ¿Hay temor que entren otras colonias y avasalladores y se metan al Kaa Iya?
– Si, antes de la construcción del puente, el río era una barrera natural que impedía que la deforestación cruce a la banda.
Ponen letreros que dice: comunidad guaraní tanto, pero apenas hay una familia trabajando, o incluso algunos están de casero. Hay más de cien comunidades fantasmas en nuestra zona.
– Usted habló que ya hay comunidades fantasmas. ¿Dónde están?
– Están en Pailón sur. Toda esa TCO ya está descuartizada. Como tenemos una crisis orgánica, social y política en la zona, proliferaron los supuestos capitanes que son los dirigentes de las comunidades. Ahora tenemos como tres capitanes en el Bajo Isoso, y a ellos les mueven netamente los intereses personales. Un capitán tiene su grupo. Es por eso que empiezan a crear, para tener fuerza, comunidades fantasmas. Llevan personas ajenas a nuestra TCO para asentarlos en ciertos lugares y repartirles nuestras tierras. Lo que reciben son personas que tienen plata para invertir en la zona, pero los camuflan en esas supuestas comunidades que en realidad no existen. Ponen letreros que dice: comunidad guaraní tanto, pero apenas hay una familia trabajando, o incluso algunos están de casero. Hay más de cien comunidades fantasmas en nuestra zona.
– ¿Quiénes son los verdaderos dueños de esas tierras tomadas?
– La TCO tiene un título colectivo de la tierra y el territorio, nadie es dueño de la zona. Todos somos dueños. Los que aprovechan son los más vivos. Al crear una supuesta comunidad, los capitanes ganan dinero. Hay dirigentes corruptos en el Isoso. Los malos dirigentes hacen del Isoso una olla de corrupción. Trafican con tierras comunitarias.
– En algunas zonas ya hay hasta rejas y a nosotros, los dueños de la TCO, nos prohíbe entrar.
– Por eso les decía, en la banda del puente clandestino que construyeron los menonitas de la propiedad Cuarirenda, no hay muchas comunidades, pero ahora ya va a despertar el interés y se irán a hacer comunidades fantasmas. Pero no serán los dueños de la TCO quienes se asienten, sino personas ajenas, porque hay traficantes de tierras.
– ¿Además de algunos dirigentes indígenas, quiénes son los que se quedan con la tierra de esas comunidades fantasmas?
– Mayormente, todas las supuestas comunidades que están dentro de la TCO, pasan a ser vendidas. Reclutan a gente que tiene dinero para darles las tierras. Eso es a cambio de dinero. Los dirigentes certifican como una comunidad, pero por esa certificación les cobran. En todo el Isoso nadie dice nada, lo ven de palco, nadie reclama. Dicen: igual ellos lo van a pagar después, eso lo dejamos en manos de Dios.
Hay un sistema que manejan. Se lo llama: camuflaje de comunidades. Reclutan a personas con dinero, las llevan y les dicen: En esta área usted será comunario. A partir de aquí es de ustedes, a nombre de la autonomía apertura un acta de creación de comunidades, hacen certificación que ese predio está como comunidad. La corrupción no pasa factura, mucho más la venta y tráfico de tierras, lo camuflan todo, los dirigentes aparecen frente a las bases y dicen: mirá, este compañero va a ser comunario en tal lugar, hay que certificarle, apoyarle, firmarles sus actas. Y los comunarios reales, los originarios, que no tienen conocimientos, que no saben cómo se manejan las cosas, les dan ese aval, la venia.
– ¿Pero los que se benefician de la tierra de los indígenas, quiénes son?
– En la zona hay de todo, interculturales que tienen dinero, brasileros, cruceños y argentinos.