El alcalde de Roboré, José Díaz Ruiz, está de acuerdo con la construcción de la carretera a través del Ñembi Guasu, asegurando que, con las debidas regulaciones, traerá desarrollo económico, mejor acceso para controlar incendios, mayor turismo y conexión con otros países. Afirma que él y su familia cuentan, en la zona, con seis propiedades que suman 20.000 hectáreas que cumplen una función económica y social. A pesar de afirmaciones probadas por expertos y estudiosos, niega la existencia de indígenas en aislamiento voluntario.
El alcalde de Roboré, José Díaz Ruiz, está de acuerdo con la construcción de la carretera a través del Ñembi Guasu, asegurando que, con las debidas regulaciones, traerá desarrollo económico, mejor acceso para controlar incendios, mayor turismo y conexión con otros países. Afirma que él y su familia cuentan, en la zona, con seis propiedades que suman 20.000 hectáreas que cumplen una función económica y social. A pesar de afirmaciones probadas por expertos y estudiosos, niega la existencia de indígenas en aislamiento voluntario.
Varias voces coinciden en que el turismo amigable con el medio ambiente protege los bosques, las culturas indígenas y la biodiversidad.
El ingeniero ambiental, Heinz Arno Drawert, explica que el dorado ocupa, en los ecosistemas acuáticos, el nicho que en los ecosistemas terrestres tropicales se encargan los grandes felinos. Es decir, se encarga del control poblacional y sanitario de otras especies de peces con las que comparte el ecosistema.
Los originarios que habitan el TIPNIS saben que la selva es un ser vivo que, si no se le trata bien, se muere. Por eso, desarrollar el turismo de manera sostenible no solo les trae beneficios, sino, también ayuda a protegerla.
En los ríos del norte del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, gobierna el dorado, la especie piscícola que “vuelve locos” a visitantes internacionales. En ese punto remoto de Bolivia, se desarrolla un proyecto de turismo basado en la pesca sostenible con devolución obligatoria, una actividad que pone freno a los enemigos del bosque.
Rubén Darío Arias Ortiz, coordinador de la Defensa Tucabaca dentro de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap), y presidente del Comité Cívico de Roboré, en esta entrevista, desmenuza toda la potencialidad que tiene el Valle de Tucabaca, como también las amenazas que están poniendo en peligro la salud de esta porción importante del Bosque Seco Chiquitano.
El Valle de Tucabaca es una de las principales fuentes de agua que alimenta ríos y pantanos que traspasan las fronteras del país. A pesar de esa importante labor, los desmontes no cesan y las resoluciones de autorización de asentamientos afectan también a la Reserva de Vida Silvestre Municipal y Unidad de Conservación del Patrimonio Natural, que —solo en teoría— es intocable.
Asegura que él es el presidente de la Asociación Boliviana de Guardaparques y Agentes de Conservación (ABOLAC). Si bien, sostiene que “hasta cierto punto” apoya a los guardaparques del Noel Kempff Mercado, afirma que busca solucionar los problemas de todas las áreas desprotegidas.
Son ya 23 años de su vida los que viene dedicando, a tiempo completo, la protección de los bosques y de los animales silvestres. Las dificultades a las que se enfrenta, lejos de disminuir sus fuerzas, lo motivan para levantarse cada día. Ahora, con el premio internacional en su pecho, mira el horizonte con mayores esperanzas.
Se ha metido al uniforme de guardaparque en cuerpo y alma. Se enfrenta, combate y denuncia los ataques de la minería ilegal a las áreas protegidas. Como respuesta de algunas autoridades, fue removido a otro destino. Pero el Cielo, que todo lo ve, ahora le hace justicia con un galardón internacional.
Jorge Banegas Franco y Marcos Uzquiano Howard fueron galardonados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Federación Internacional de Guardaparques (FIG). El primero recibió el Premio Internacional de Guardaparques 2022 y el segundo obtuvo una mención honorífica.
El Chaco Sudamericano es el último refugio de los ayoreos en aislamiento voluntario. Al proteger sus árboles, el resto del mundo también se beneficia.
Bolivia y Paraguay se unen para consolidar un corredor biológico de 20 millones de hectáreas único en el mundo, ubicado mayormente en el Gran Chaco Sudamericano, el segundo de mayor tamaño después de la Amazonía.
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