
El proyecto Murales de Resistencia, liderado por la artista transdisciplinaria Knorke Leaf, nació como un acto colectivo de arte y conciencia. Con el apoyo del Pulitzer Center, la iniciativa lleva el periodismo a las calles y comunidades de Bolivia, convirtiendo la información en mural, la denuncia en color y la memoria en paredes.
Seleccionado entre más de 300 iniciativas de todo el mundo, este proyecto forma parte de los 13 proyectos ganadores – y el único de Bolivia – de las microsubvenciones del Pulitzer Center para la sociedad civil rumbo a la COP30, que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém do Pará, Brasil.

“Hoy más que nunca, el espacio público, las comunidades y los territorios son espacios en constante disputa y despojo colonial, razón por la cual el arte urbano, rural y comunitario representa una voz legítima de resistencia y articulación para afrontar la crisis climática y socioambiental, así como para la defensa de los pueblos indígenas y la vida”, expresó Knorke Leaf, artista visual y coordinadora del proyecto.
Periodismo, arte y resistencia: cuando los reportajes cobran vida
La iniciativa se inspira en dos reportajes de investigación apoyados por el Pulitzer Center:
- “La Amazonía invisible de Bolivia” — un viaje a territorios amazónicos olvidados por el Estado, publicado en Revista Nómadas.
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- “El millonario desvío del diésel en la minería del oro en la Amazonía boliviana” — una investigación sobre cómo el contrabando de combustible alimenta la minería ilegal, publicada en Revista La Brava.
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A partir de estos reportajes, artistas, jóvenes, bomberos y comunidades plasmaron sus reflexiones y resistencias en cuatro murales creados en distintas regiones del país. Cada mural representa una historia viva, una demanda y una esperanza.
En cada territorio, el equipo del proyecto permaneció entre tres y cuatro días. Durante ese tiempo se realizaron talleres teóricos sobre arte urbano y muralismo comunitario, seguidos de sesiones participativas donde se socializaron los reportajes periodísticos, se debatieron las problemáticas locales y se diseñaron colectivamente los murales. Finalmente, los murales fueron pintados junto a la comunidad como un ejercicio de memoria y acción.
CUATRO MURALES, CUATRO TERRITORIOS, UNA SOLA VOZ
Cobija, Pando
El primer taller de arte urbano y periodismo de investigación reunió a 35 participantes entre el 22 y el 24 de mayo de 2025. Se pintó el primer mural comunitario público del departamento de Pando, inspirado en las problemáticas ambientales locales: los incendios forestales, la deforestación y la defensa del bosque amazónico.
Durante el proceso, las y los participantes reflexionaron sobre la vulnerabilidad de la Amazonía pandina, una región que en los últimos años ha sufrido graves pérdidas por la deforestación y el crecimiento de la minería ilegal de oro. El mural representa esa tensión entre destrucción y esperanza, mostrando los animales que lo habitan y lo que se puede perder por la búsqueda de oro.

Alto Beni, La Paz
En esta región agrícola del norte paceño se realizó el primer mural público de su historia, que rescata la lucha por la agroecología y la decisión colectiva de declararse municipio libre de minería.
El taller reunió a jóvenes rurales, mujeres productoras, artistas locales y defensores ambientales que debatieron sobre la minería aurífera y el uso ilegal del diésel, una problemática que afecta también a los territorios amazónicos.
El mural refleja la fertilidad del suelo, la soberanía alimentaria y la resistencia campesina, representando a Alto Beni como símbolo de producción sostenible frente al extractivismo.

Palos Blancos, La Paz
En este municipio conocido por su producción de cacao orgánico y su vocación agroecológica, el taller reunió a jóvenes, mujeres e inclusive autoridades locales.
Durante los talleres, las y los participantes dialogaron sobre los impactos de la minería, los incendios y las presiones extractivistas que amenazan sus bosques y medios de vida.
El mural resultante celebra el trabajo de las comunidades que defienden su territorio a través de la producción agroecológica y la conservación del bosque. En su diseño se incorporan elementos de su naturaleza, animales icónicos y el cultivo de cacao, plátano y arroz sostenible como símbolos de vida.

Ciudad Satélite, El Alto
En una de las urbes más altas del mundo, artistas urbanos, jóvenes y bomberos voluntarios participaron en un taller que derivó en un mural que retrata la crisis del diésel y la minería aurífera, además de rendir homenaje a quienes luchan contra el fuego tanto en las ciudades como en los montes.
El mural combina elementos urbanos y naturales, recordando que la crisis ambiental no distingue entre campo y ciudad, y que las soluciones deben construirse desde la solidaridad y la acción colectiva, dando énfasis a la protección a los defensores de la Amazonia boliviana.

Arte, datos y acción rumbo a la COP30
El proyecto busca transformar el periodismo ambiental en una herramienta accesible, visual y participativa que amplifique las voces de los pueblos indígenas y de las comunidades que enfrentan la crisis climática.

Cada mural incluye códigos QR que permiten acceder directamente a los reportajes originales, de modo que el arte se convierte también en un canal de información y reflexión ciudadana.
“Cada mural guarda un código.
Cada código abre una historia.
Historias de protección, de esperanza, de resistencia”.

En un contexto donde Bolivia enfrenta seis años consecutivos de incendios, sequías e inundaciones, y figura entre los tres países con mayor tasa de deforestación del mundo, proyectos como Murales de Resistencia visibilizan la urgencia climática desde el arte y el periodismo.
De esta forma, Bolivia aporta desde la sociedad civil al debate global rumbo a la COP30, llevando las voces de la Amazonía boliviana a un escenario internacional.


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Sobre el autor
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Lisa Mirella Corti
Periodista, escritora e investigadora transmedia independiente, especializada en narrativas de género, medio ambiente, y biodiversidad latinoamericana. Fue la primera boliviana en integrar la Red de Periodismo Climático de Oxford y obtuvo reconocimientos internacionales como la beca Dom Phillips Reporting Grant de Pulitzer Center y la Mención de Honor en Medio Ambiente de la SIP. Fundadora de proyectos como "Llanto del Jaguar" y "A Las Nadie", combina periodismo, poesía y audiovisual para abordar temas de conservación, crisis climática y justicia social en cárceles. Su labor destaca en la narración innovadora de historias de no ficción con impacto en el imaginario social.



