Adrián Barbero abre la puerta de su oficina en la zona residencial y de negocios más importante de Santa Cruz (Bolivia). El lugar es un ambiente dividido en cuatro por paredes de vidrio que crean ambientes de oficina moderna, combinado con detalles del campo, como plantas naturales y artificiales, y pequeñas estatuillas de ganado de alta genética, un caballo y una réplica del toro de Wall Street con su pose de impulso para una embestida.
Barbero se ubica en su sillón ejecutivo, y de fondo queda su ventanal que abarca el ancho de toda la oficina y ofrece una panorámica del cordón ecológico, un área protegida (no por ello no violentada) en Santa Cruz, que es una barrera de árboles a ambos lados del río Piraí, que contrasta con los edificios que compiten en altura y modernidad de forma paralela al serpenteo del río. El cielo cruceño está lleno de humo por los incendios forestales que cada año consumen millones de hectáreas y en estas fechas (la entrevista se realizó en octubre), Santa Cruz es la tercera ciudad con peor calidad de aire en el mundo.
Como en sus videos de TikTok, el ‘agroinfluencer’ que se autodenomina como el referente de los menonitas a nivel internacional, se muestra amable y presto a exponer los fundamentos del rubro inmobiliario agrícola, y áspero para defenderse de los cuestionamientos a su negocio.
A nosotros, el Gobierno (de Suriname) nos contactó. Dijeron: ‘Queremos que vengan a producir…
A lo largo de esta entrevista, agregaremos, al final de algunas de las respuestas, el análisis del Economista Ambiental, Stasiek Czaplicki Cabezas, que hace algunas anotaciones para contextualizar lo mencionado por Adrián Barbero. Además, un par de comentarios referidos a sus respuestas sobre las implicaciones de la información compartida por él, para Bolivia y/o Suriname.
– ¿Cómo se hizo el lobby con el Gobierno de Suriname para llevar a los menonitas?
– Adrián Barbero (AB): “A nosotros, el Gobierno (de Suriname) nos contactó. Dijeron: ‘Queremos que vengan a producir’. Yo empecé a tener mucho pedido de tierras (que estén) fuera de Bolivia, de muchas comunidades (menonitas) de Bolivia, sobre todo. Entonces, llegué allá (a Suriname) y vi lo que había y comencé la consulta y me contacté con mi socio (el holandés radicado en Suriname, Ruud Souverein) y la gente del Ministerio de Agricultura y la Presidencia de la República de Suriname, comentándoles que teníamos agricultores interesados en ir a sembrar.
Me dijeron (del Gobierno) te damos 300 mil hectáreas y les dije: No, trabajemos sobre una línea más pequeña y de a poco, hay tiempo. Si yo tomo los pedidos de tierra (de los menonitas), son un millón de hectáreas, tengo la lista de las colonias con lo que les falta, y hace falta un millón de hectáreas. Están tan necesitados que me quieren hacer negocio en función de lo que pueda conseguir, (me dicen) ‘Te pagamos ahora y nos das la tierra en dos años’, pero no les acepto porque no depende de mí.
Fue un lobby duro con el Gobierno para que me acepten. Hablamos con el Presidente, con el ministro de Agricultura y de Tierras. Creo, y es un punto de vista personal mío, que, en algún punto, Suriname dijo: Está bien con las certificaciones (forestales), pero si movemos el 3% del país, no tiene por qué afectar y, si lo aprobaron, es porque tienen ‘el ok’ de los más interesados, de las ONG’s de Europa que son quienes los sostienen.
– Análisis de Stasiek Czaplicki Cabezas (SCC): En esta sección es importante contextualizar ciertas cifras, por un lado, en Suriname, tan solo se usan para fines agrícolas y pecuarios 120.000 ha, y en todo el país hay solo 1 000 000 de hectáreas aptas la agricultura y actividad pecuaria. Por lo que, 30.000 en una primera etapa, y 300.000 ha en un futuro, parecen ser excesivas, para un solo proyecto, y en todo caso, implica una dotación desproporcionada de las pocas tierras aptas para la agricultura y actividad pecuaria. Respecto al millón de hectáreas mencionada que tiene en pedidos de menonitas en Bolivia, es una cifra extraordinaria y que, de ser veraz, muestra el gran apetito por la tierra que tiene ese grupo poblacional.
Es importante recalcar que, para satisfacer el gran apetito, por nuevas tierras forestales, de los menonitas bolivianos, se va requerir de muchas nuevas colonias menonitas en Bolivia, en Suriname y en otras regiones del continente. En Bolivia, se estiman que hay cerca de cinco nuevas colonias por año. En Suriname, si bien se trata de la primera colonia menonita, los antecedentes de llegadas de olas migratorias en otros países, nos indican que ésta es la primera de muchas colonias que van a ser establecidas. En otros países, una vez que se inicia el proceso migratorio de menonitas, es un proceso que no tiene fin y que a la larga toma proporciones enormes, sobre todo en términos de deforestación asociada y de las severas consecuencias que genera.
Respecto a las afirmaciones sobre la aprobación del proyecto, por un lado, carece de sentido, la afirmación según la cual si el gobierno de Suriname aprobó el proyecto se habría hecho con aprobación de ONGs ambientales. De ninguna forma gobiernos soberanos piden aprobaciones a ONGs extranjeras para la realización de sus proyectos y a nuestro conocimiento no hubo ONG europea involucrada en este proyecto.
Por otro lado, es notable la falta de coherencia, por un lado, expresiones pintorescas, de cómo fue el gobierno que lo vino a buscar diciendo ‘’queremos que vengan a producir’’ y al mismo tiempo de los pasos que siguió para presentar su iniciativa de traer menonitas bolivianos a Suriname.
– ¿No han tenido gente en contra, como ONG o comunidades originarias?
– AB: Con todos los actores hemos sociabilizado, honestamente pensé que no íbamos a avanzar. Si ‘googleas’, el Gobierno ha previsto 300 mil hectáreas para el proyecto y no le mueven el perímetro. Hace unos cuatro meses se difundió más el problema menonita y su gente tan radical que el problema ecológico, lo que me llamó la atención, porque pensé que la disputa iba a ser por lo ecológico ambiental, que por (lo cultural de) los menonitas.
– Análisis de SCC: Dicha afirmación sobre la socialización de su proyecto de dotación de tierra a menonitas en Suriname, contrasta con las demás entrevistas realizadas a ONGs y actores de pueblos indígenas o tribales del país que indican que no hubo dicha socialización, por lo menos a nivel nacional. De la misma forma, la información de la localización del área que será dotada y que según él se puede encontrar en la web, es información que todas las ONGs ambientales en Suriname y/o representantes de organizaciones sociales buscan y que no han podido acceder ni a duras penas.
– ¿En qué condiciones están las primeras 50 familias de menonitas en Suriname?
– AB: Primero, presentamos un proyecto, ubicamos la zona que nos gustó topográficamente, la altura y otros requisitos. Presentamos las coordenadas de esas tierras para ver si es de dominio libre, si no tiene propietario. El Gobierno es dueño de la tierra con diferencia que te otorga una concesión o permiso, que antes eran a 100 años y la cambiaron en su Constitución a 40 años.
El ente que regula la tierra hace un estudio de factibilidad del proyecto, junto al Ministerio de Agricultura que corrobora que lo que sembrás es legal y apto para ese tipo de suelo. Luego, hacen una pre otorgación y te hacen una propuesta de concesión de la tierra, por lo cual te cobran un canon (una cuota) por hectárea. Es una compra efectiva que deriva del sistema inglés y holandés. La concesión es durante los 40 años, y yo lo puedo hipotecar, heredar, vender, es totalmente legal porque vendo el proyecto con la venia del gobierno.
Si yo quiero, después de 40 años, seguir en concesión, a solo pedido mío y con verificación de parte del Gobierno de que pagaron impuestos y se hizo el desarrollo prometido en el contrato, me dan otros 40 años… puedo estar toda la vida allá si cumplo las reglas.
– Análisis de Análisis de SCC: Es importante aclarar que el sistema de dotación de tierra de 40 años mencionado por Adrián Barbero, no tiene una renovación ‘’automática’’ a simple cumplimiento de pagos impositivos y de cumplimiento del proyecto presentado. E igualmente los documentos de evaluación de factibilidad del proyecto no han podido ser accedidos, ni por nosotros, ni por las diferentes ONGs y organizaciones contactas en Suriname.
– ¿A cada familia se le han otorgado por 40 años?
– AB: Nos han otorgado (las 30 mil hectáreas) a mi empresa, por eso yo puedo manejar el tema de los desmontes. Yo regulo porque el Gobierno ha sido garantizado por mi empresa y yo transfiero a los menonitas con el ‘ok’ del Gobierno. Por eso fueron muy importantes los casi dos años de socialización del proyecto.
– Análisis de SCC: Respecto a las 30 mil hectáreas mencionadas, equivalen a 1/4 de toda la tierra agrícola y pecuaria en uso en el país. No queda claro el grado de control que dicha empresa ejercerá sobre la o las colonias menonitas que se van a constituir y sus familias que en Bolivia y otras regiones del mundo son conocidas por actuar de forma independiente y autónoma, incluso a veces al margen de la ley. Sin embargo, por las dimensiones de la concesión de tierra otorgada, queda claro que dicho desmonte y conversión de tierra requeriría de muchas más que 50 familias menonitas.
El Gobierno es dueño de la tierra con diferencia que te otorga una concesión o permiso, que antes eran a 100 años y la cambiaron en su Constitución a 40 años.
– ¿El gobierno le da la concesión a su empresa, por eso podrá tener control del desmonte?
– AB: Exactamente. Soy parte del negocio, porque yo tuve que convencer al Gobierno de las actitudes que nosotros teníamos como forjadores de inversión, en función de llevar gente que vaya a trabajar. El mismo presidente nos dijo: ‘Yo necesito en seis meses tener maíz acá porque tengo un problema. Si ellos disponen movilizar esa tierra por una cuestión financiera ¿yo que puedo hacer? Nada. Entonces, dijimos: Vamos a traer menonitas, porque al menonita yo lo pongo en un ambiente tremendamente difícil y en poco tiempo se acomoda y hay producción, que era lo que el país nos pedía a gritos: ‘¡Necesitamos maíz, soya!’.
– Análisis de SCC: Igualmente, no queda claro cómo se otorga a las familias menonitas los derechos de la concesión de tierra, pero al mismo tiempo la empresa de Adrián y/o su socio, sigue teniendo potestad para ‘’manejar el tema de los desmontes’’. De igual forma, queda claro que, según lo que él indica, la idea de traer a los menonitas bolivianos a Suriname fue de Adrián Barbero. Bajo la consideración de que los menonitas pueden trabajar en condiciones difíciles, no queda claro si son condiciones inhóspitas o no.
De otro lado, respecto a la demanda de soya y maíz, existen pocas evidencias que sean tan presentes como indicado, dado que las importaciones de soya de Surinam están en declive desde 2010 y alcanzan el día de hoy aproximadamente unas 5.000 toneladas, que pueden ser fácilmente producidas en menos de 2000 ha. De la misma forma, para las importaciones de maíz que han seguido la misma tendencia, y están ligeramente por encima de 6.000 toneladas anuales, que pueden ser fácilmente producidas en menos de 2500 ha.
Es importante resaltar que los menonitas en Bolivia, producen soya y maíz transgénico que está prohibido en Surinam.
– ¿Cuánto van a deforestar en cada predio esas 50 primeras familias y las que vayan luego?
– AB: Cincuenta por ciento. (Nota del editor: pedimos una copia del documento donde se consigne eso, pero no lo recibimos)..
– Análisis de SCC: Dicha información contrasta fuertemente con las entrevistas realizadas a menonitas que nos indican ya haber pagado por tierra en Surinam, pero que desconocen por completo esa limitación del 50% y de la figura de ‘’concesión de la tierra”, en vez de venta como se realiza en Bolivia.
– ¿Ya arrancó?
– AB: Estamos recibiendo la titulación de las tierras a favor de los menonitas. Me titularon a mí y yo transferiré la titulación por una cuestión de derecho propietario, pero el control de los contratos de transferencia de esas tierras, son míos. Entonces yo negocio con los menonitas qué van a hacer con esas tierras, sino (cumplen las normas), no les transfiero. Y no es por ser un tipo bueno, yo cuido mi negocio y los cuido a ellos también, yo quiero realmente que ellos sean bien vistos, pero ellos se tienen que ayudar a ser bien vistos; si ellos siguen con una posición radical de la agricultura de los años ’50, están en un problema en el mundo que vivimos. Esa mala propaganda es en muchos aspectos porque hacen lo que a ellos les parece. Yo les voy a poner las reglas, pero si dicen Sí y después piensan hacer lo que quieran, entonces no les vendo, los atajo ahorita, de entrada, porque va a ser un problema para el proyecto, porque vamos a tener una deforestación desmedida en una sociedad que no está acostumbrada.
Yo lo puedo controlar por una cuestión de control de las tierras, ¿ok?, si yo no tuviera control no podría hacer nada. A un menonita solo, el Gobierno no le va a vender.
– Análisis de SCC: Queda poco claro si a futuro Adrián Barbero, una vez, transferidos los derechos de la concesión de la tierra, podría tener algún poder legal sobre los menonitas. Ya que nos indica que va tener un control muy rígido previo a la otorgación de la tierra, dicho control se hará sobre la base de lo que los planes (ex ante) que tengan, pero no sobre la base de una verificación en campo (ex post) de lo que se haya realizado.
– La gente de Surinam, ambientalistas y pueblos indígenas, creen que el impacto será muy fuerte
– AB: Si bien en Surinam no está todavía reglamentado el derecho indígena, sí hay una batalla interna sobre eso, entonces, nosotros nos adecuamos a no estar en tierras esas tierras que están en ‘pelea pacífica’, que se debate entre políticos.
A mí, siempre me preocupa más lo que pasa in situ que la ley misma, porque después el problema lo tengo yo, en forma personal en el territorio. ¿Para qué vamos a ir donde va a haber un conflicto? vamos a lugares donde no vaya a pasar nada, donde tengamos aceptación de la gente que hay por ahí en los pueblos, algunos son amerindios, son gente del lugar y los maroons, (que son) los nietos y bisnietos de antiguos esclavos, (que viven en aldeas de) no más de 10 o 15 casas.
– Análisis de SCC: Efectivamente, en Surinam, muchas voces que se elevan contra este proyecto, lo encuentran injusto en la medida que otorga derechos de concesión de tierra a personas extranjeras, pese a que las poblaciones indígenas y tribales andan desde décadas exigiendo que se les otorguen tierra en el país. No queda claro si las tierras, que son parte del proyecto, son parte de una demanda colectiva de pueblos indígenas u otros actores en Surinam.
Si yo quiero, después de 40 años, seguir en concesión, a solo pedido mío y con verificación de parte del Gobierno de que pagaron impuestos y se hizo el desarrollo prometido en el contrato, me dan otros 40 años…
– ¿No ha habido alzamientos en contra?
– AB: Al contrario, les estamos dando trabajo. Ellos no tienen trabajo y hemos socializado. Hicimos reuniones (y explicamos) ‘vamos a hacer esto’, llevamos fotos con el tipo de desmonte que vamos a hacer, que no incluye chaqueo. Los Maroons tienen algunos árboles que ellos consideran sagrados, hicimos acuerdos para que eso no se toque. Muchos detalles que hacen a la vida diaria, pacífica, que me costó dos años del proyecto. Eso hace que me quede 40 años en Surinam, si no hago caso a esas cosas, en dos años estoy fuera. Vamos a hacerlo bien.
– Análisis de SCC: Los sistemas productivos agropecuarios de los menonitas bolivianos, son conocidos por ser altamente dependientes de la mano de obra familiar y no generar empleo, por lo tanto, las afirmaciones vertidas tienen que ser tomadas con mucha cautela. De la misma forma, el chaqueo sin fuego realizado por menonitas bolivianos genera dudas dado su uso en Bolivia y sobre el destino de la materia vegetal desmontada por maquinaria.
Sobre la consideración para los árboles sagrados de los maroons surgen varias dudas. ¿Permanecerán dichos árboles en pie en medio de parcelas de soya y maíz?.
– ¿Cuántos viajes han realizado los menonitas a Surinam?
– AB: Más de 50 viajes. Nosotros, ahorita, tenemos dos bloques definidos de los que tenemos los títulos y todo, que van para (los menonitas de) Bolivia, y otro para (los menonitas del país de) Belice. Lo que tenemos que hacer es que una vez que nos titulen, inscribiremos en favor de las sociedades que hemos creado allá, es decir, Terra Invest transferirá a las sociedades de menonitas que allá ya tienen su tema impositivo armado, al día, cuentas en bancos y todo.
Esperamos, tal vez en noviembre (la entrevista se realizó en octubre), ir con unas 20 o 30 familias, de cada colonia para empezar a marcar caminos y tomar la posesión. El Gobierno nos ha dado una visa especial para los menonitas. Primero son 50 familias y después, la apertura es a lo que queramos, no hay problema. (La visa) Igual nos da la posibilidad de llegar el mismo día a Surinam y empezar a trabajar, porque estos chocos (rubios, en referencia a los menonitas), llegan y agarran pala. La visa nos la dio el Gobierno con la idea de que los menonitas se naturalicen allá.
– Análisis de SCC: Se entiende que es una fase de prueba o piloto sobre la cual se escalara y que es un proceso de migración que se realizara en varias olas como en el resto de América Latina.
– ¿Cuánto cuestan los viajes y cómo los financian?
– AB: El vuelo comercial va de Santa Cruz (Bolivia) a Panamá y de ahí a Surinam. Todo se hace en un día. Los menonitas minimizan gastos (aportando) entre todos. Se divide en proporción de la gente de la colonia y toca 5 o 6 dólares cada uno. Ellos tienen un fondo de inversión en cada colonia con el cual ayudan a que la gente se pueda mudar porque la mayoría son jóvenes que no pueden.
Yo tengo casa propia, que se la damos a ellos porque los hoteles son caros. Son unos 20 hombres y 5 mujeres que están yendo para que hagan la comida.
Tenemos contenedores armados, tengo equipos trabajando en eso, traemos maquinarias desde EEUU y China. Entonces, el gasto es fuerte, pero los solventamos en un tema cooperativo.
Vamos a hacer primero la llegada al espacio físico de mi empresa, que tiene galpones para bajar la maquinaria, yo ya tengo un campo en Surinam para los primeros meses, hasta que se puedan poner sus primeras casas.
– Sin embargo, la agricultura tiene efectos en el medioambiente…
– AB: Yo creo que la agricultura y ganadería son algo necesario, no podemos decir: No vamos a producir más porque las consecuencias van a ser dramáticas. Es muy interesante ver países como Surinam, ellos han sido proteccionistas 100%, pero no por una cuestión moral, sino económica porque los países de Europa estaban sobre ellos.
Tiene 98% (el dato exacto es 92,6%) de territorio que es selva, está muy bonito, está bien, ahora el 90% es de manejo forestal, o sea que la sacada de árboles existió siempre, que no se note en superficie no quiere decir que los árboles estén. En el lugar (viendo desde) abajo, se nota que sacaron árboles. Eso es un negocio legal allá. La falta de presencia del Estado ha hecho que también el narcotráfico haya hecho ‘jocha’ (estragos) y la minería ilegal sea un dolor de cabeza en estos países.
Soy un visitante y ahora residente en este lugar donde se dieron cuenta que para comprar una tonelada de soya tenían que hacer una cola larga (por el Covid y la guerra en Ucrania) detrás de barcos de países con alta demanda con China a la cabeza. Dependen de esa soya y maíz para dárselo a los pollos porque la gente más humilde en ese país consume pollo. Esto se debe a la falta de previsión del Estado en alimentos y el exagerado cuidado de algunas ONG medioambientales que han presionado tremendamente para que no se haga agricultura; si hubiesen tenido la visión de que el 5% del país fuera alterado por desmonte, hoy tendrían seguridad alimenticia y no dependerían sus alimentos de buena parte de Europa. No tengo nada contra eso, pero es un detalle.
Entonces, llegó un momento que dijeron: “Tenemos un problema serio, no estamos pudiendo mantener los precios”, porque si sube el pollo se tiene un problema. Si hubiese habido la visión de darle el 5% del territorio a la agricultura, hoy estarían haciendo maíz y soya propios, made in Suriname, que es lo que estamos peleando nosotros para hacer con el Gobierno y el Ministerio de Agricultura.
– Análisis de SCC: Entre el alojamiento otorgado por el mismo Adrián, la importancia de maquinaria y equipos que realiza a su nombre y los costos asociados a la otorgación de tierra, parece muy similar a un sistema de habilito, donde Adrián adelanta ciertos fondos, del cual no se conoce cuáles serán las capacidades de repago y para la cual la única garantía que tienen es la tierra concesionada. Sin embargo, la historia de la habilitación de la goma en Bolivia, nos invita a mirar con mucha cautela sistemas como este, donde la población ‘’beneficiada’’ no tiene a quién recurrir en caso de encontrarse bajo condiciones de explotación.
Las aseveraciones, según las cuales la expansión agropecuaria en Suriname, donde 98% del área es bosque (el dato exacto es 92,6%), son por presiones del sector ambiental, otorgan un poder a dicho sector que lo carece completamente y que no ha podido frenar esta nueva iniciativa.
– ¿Ya se hizo estudio de impacto ambiental?
– AB: Ya se hizo, porque si hubiese sido negativo, bajo sus reglas, no hubiesen aprobado el proyecto.
Cuando se nos autoriza y se firma el proyecto, automáticamente yo puedo desmontar lo que quiera, no tengo que pedir permiso, porque el estudio de impacto se hizo antes, porque si no, no me lo hubiesen aprobado.
Ahí es donde entro yo, para decir: No va a ser 100 % (de deforestación), es mi tierra, y si el menonita no quiere, no le vendo… tengo pedidos por un millón de hectáreas y no me no me voy a preocupar por no darle 10 mil hectáreas al que me haga quedar mal.
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Esta entrevista fue realizada por Revista Nómadas.
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