Aquel viernes 26 de noviembre, Míster J recibió la noticia con estupor y frustración… su política migratoria no está dando resultados. Los malditos siguen llegando. ¿Qué es lo que pasa? El Brexit triunfó en buena parte gracias al fracaso de la política migratoria de Mister C. Tiene que parar de venir, hay que destruir a las mafias para evitar que lleguen.
¡Los franceses tienen que hacer más!, piensa frustrado Míster J. En julio pasado, Reino Unido y Francia firmaron un acuerdo en el que la primera se comprometió a entregar más de US$70 millones a París durante 2021-22 para ayudar a asegurar las fronteras y evitar que más personas crucen el Canal de La Mancha buscando refugio o asilo en territorio británico. El resultado no puede ser peor, más de 25.700 personas han cruzado el Canal o muerto en el intento en lo que va de 2021, tres veces más que lo registrado en todo 2020. El del viernes 26 de noviembre es el resultado más trágico hasta el momento, 27 muertos luego de que la frágil embarcación en la que iban naufragara.
Monsieur M también ha expresado su desazón. Hay que hacer más. Nadie quiere convertir el Canal en un cementerio de refugiados. Pero Míster J y Monsieur M. siguen sin ponerse de acuerdo en cómo abordar el problema y se responsabilizan el uno al otro por el dramático aumento del tráfico de migrantes en el Canal.
Nadie quiere convertir el Canal en un cementerio de refugiados. Pero Míster J y Monsieur M. siguen sin ponerse de acuerdo en cómo abordar el problema y se responsabilizan el uno al otro por el dramático aumento del tráfico de migrantes en el Canal.
Míster J quisiera que la idea de su controvertida Ministra de Justicia, Priti Patel, de permitir a la Fuerza Fronteriza británica obligar a retroceder a las embarcaciones que transportan migrantes, todas frágiles. Los malditos no pueden llegar a las costas británicas, deben dar la vuelta y que su suerte quede en manos de los franceses. La legalidad de esta acción —a decir de expertos en la materia— es dudosa o limitada en el mejor de los casos. Peor aún, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar dice que los países están obligados a “prestar asistencia a cualquier persona que se encuentre en el mar en peligro de perderse”.
Monsieur M y su equipo rechazan de plano la idea de la señora Patel. Salvaguardar vidas humanas en el mar es una prioridad de todos, arguyen. La respuesta correcta es tener una cooperación seria, detener estos movimientos, desmantelar las redes de tráfico y evitar que estos hombres y mujeres lleguen a nuestro suelo, porque para entonces ya es demasiado tarde. En otras palabras, los malditos tampoco pueden ni deben llegar a Francia.
Míster J y Monsieur M. están claramente frustrados. ¿Por qué siguen llegando los malditos? Lo que ambos no miran o no quieren mirar que los malditos provienen de zonas en conflictos, muchos de ellos creados o empeorados por su propia política exterior. Irak, Afganistán, Yemen, Siria, Sudán. Sin lugar a duda hay que hacer algo. Pero ellos no pueden llegar aquí. ¡No los queremos!
Míster J quisiera que la idea de su controvertida Ministra de Justicia, Priti Patel, de permitir a la Fuerza Fronteriza británica obligar a retroceder a las embarcaciones que transportan migrantes, todas frágiles.
Míster J tampoco mira o no quiere mirar que los malditos quieren llegar a Reino Unido porque tienen algún familiar o amigo allí, al menos alguien con quien estar luego de andar escapando guerras o persecución. Pero no. ¡No pueden llegar!
La culpa es de las mafias, y por eso Míster J quiere que se apruebe su tan querido proyecto de Ley de Nacionalidad y Fronteras. Esta ley podrá romper su modelo de negocio. Un proyecto de Ley tan draconiano que las organizaciones humanitarias han advertido que lo que en realidad hace es castigar a los malditos, aquellos que buscan desesperadamente refugio y escapan de la persecución, violencia o extrema pobreza. No es eso lo que piensa Míster J, para él los malditos llegan sin autorización, con la ayuda de mafias. ¡Deben ser castigados! Y los franceses deben hacer más.
Mientras, miles de personas desesperadas, los malditos, siguen cruzando y arriesgando la vida. Al fin y al cabo, ni Míster J ni Monsieur M. quieren responder sobre las condiciones de los campamentos en Francia o por qué Reino Unido no ofrece rutas más seguras o legales para pedir asilo. Para ellos, los malditos no deben llegar.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Nómadas.
Sobre el autor
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Alberto Souviron
Ha trabajado en prestigiosas organizaciones internacionales como BBC, Newsweek o EFE. Bajo su liderazgo, BBC Mundo (el departamento de Español de la BBC) fue galardonado con el premio Ortega & Gasset en la categoría de periodismo digital. Actualmente trabaja como consultor digital asesorando a organizaciones internacionales en las áreas de inversiones de impacto o con propósito, centradas en premiar los esfuerzos para desarrollar exitosas políticas ambientales, sociales y de buena gobernanza empresarial.