Isabel y Buca emprenden la búsqueda de la sabiduría del anciano Ignacio, custodio de las historias y mitos de la Chiquitanía. Este sabio les rememora que, en tiempos remotos, los hombres tenían el don de transformarse en tigres (jaguares) para entablar comunicación con ellos, pero la Madre Naturaleza les arrebató ese don a medida que la maldad humana se expandía. Estas leyendas mitológicas desvelan la trascendental importancia del bosque en la cultura indígena. En este episodio, Buca se presenta ante Isabel en su forma humana. Juntos, Ignacio, Isabel y Buca se encuentran con los habitantes de La Esperanza, donde llevarán a cabo la ceremonia de bautismo de los tigres que pueblan el monte, asignándoles los nombres de los miembros más destacados de la comunidad.