Roberto Navia

Periodista de investigación
Desde hace más de dos décadas transita por el mundo para intentar elevar a los anónimos del planeta al foco de lo visible. Sus crónicas emblemáticas: Tribus de la inquisición y Los Colmillos de la Mafia le han permitido ganar dos veces el Premio Rey de España (2014 y 2017); Esclavos Made in Bolivia, el premio Ortega y Gasset (2007); el documental Tribus de la Inquisición, la nominación a los Premios Goya (2018), Flechas contra el Asfalto y Los Piratas de la Madera desangran el Amboró, dos veces ganadores del Premio de Conservación Internacional, entre otros galardones nacionales e internacionales. Es docente universitario de postgrado, la cabeza de la Secretaría de Libertad de Expresión de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz, miembro del Tribunal de Ética de la Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia y de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

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La silvicultura abre una esperanza frente a las amenazas al ANMIM Laguna Marfil

En el Área Natural de Manejo Integrado Municipal Laguna Marfil de San Ignacio de Velasco, Bolivia, la silvicultura está probando ser una herramienta indispensable para la protección y conservación de los diversos ecosistemas y la fauna de esta área protegida. Los pobladores de las comunidades que habitan este Edén, unieron fuerzas y trabajo con la Fundación Para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), convencidos de que el manejo del bosque, basado en la ciencia y los conocimientos locales se convierte en el escudo protector que puede protegerlos de los zarpazos de los incendios forestales, los avasallamientos, la sequía y la deforestación.

Especial: El escudo dorado que protege al TIPNIS

En los ríos del norte del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, gobierna el dorado, la especie piscícola que “vuelve locos” a visitantes internacionales. En ese punto remoto de Bolivia, se desarrolla un proyecto de turismo basado en la pesca sostenible con devolución obligatoria, una actividad que pone freno a los enemigos del bosque.

“La selva más hermosa del mundo”

El TIPNIS cobija a más de 800 especies de animales y se estima que alberga cerca 3.000 variedades de plantas. Es la casa ancestral de Tsimanes, Yuracarés, Moxeños y Trinitarios. Un pulmón que genera aire puro para el planeta.

El escudo dorado que protege al TIPNIS

En los ríos del norte del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, gobierna el dorado, la especie piscícola que “vuelve locos” a visitantes internacionales. En ese punto remoto de Bolivia, se desarrolla un proyecto de turismo basado en la pesca sostenible con devolución obligatoria, una actividad que pone freno a los enemigos del bosque.

“Hay tráfico de tierras. Eso está totalmente comprobado”

Rubén Darío Arias Ortiz, coordinador de la Defensa Tucabaca dentro de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap), y presidente del Comité Cívico de Roboré, en esta entrevista, desmenuza toda la potencialidad que tiene el Valle de Tucabaca, como también las amenazas que están poniendo en peligro la salud de esta porción importante del Bosque Seco Chiquitano.

SALVAR EL GRIFO QUE DA DE BEBER A “MEDIO MUNDO”

Como un animal indefenso, el majestuoso Valle de Tucabaca está siendo acorralado por la deforestación trepidante y por las nuevas comunidades campesinas que llegan con sus resoluciones bajo del brazo, para hacerse de un pedazo del Bosque Seco Chiquitano.
Foto: Clovis de la Jaille.

SALVAR EL GRIFO QUE DA DE BEBER A “MEDIO MUNDO”

Como un animal indefenso, el majestuoso Valle de Tucabaca está siendo acorralado por la deforestación trepidante y por las nuevas comunidades campesinas que llegan con sus resoluciones bajo del brazo, para hacerse de un pedazo del Bosque Seco Chiquitano.

En la comunidad Morales, sin habitantes, construyeron un tinglado. / Foto. Karina Segovia.

La deforestación y las comunidades “de papel” asfixian al Tucabaca

El Valle de Tucabaca es una de las principales fuentes de agua que alimenta ríos y pantanos que traspasan las fronteras del país. A pesar de esa importante labor, los desmontes no cesan y las resoluciones de autorización de asentamientos afectan también a la Reserva de Vida Silvestre Municipal y Unidad de Conservación del Patrimonio Natural, que —solo en teoría— es intocable.

Efecto de la sequía en la producción de maíz en la Comunidad de San Francisco.

Foto: © WWF-Bolivia / Revista Nómadas.

Expedición al epicentro de la sed

En las profundidades del Bosque Seco Chiquitano, del Chaco y del Pantanal boliviano, el agua dulce ya es un bien escaso y urgente. Los humedales se secan, mientras la sed avanza al ritmo de la deforestación y de los incendios forestales. A pesar del tamaño de la crisis climática, quienes habitan este universo natural de Bolivia, se levantan cada día, decididos a emprender ésta que es una de las batallas más duras de sus vidas.

el enorme precio de vivir en el paraiso bajo paragua 01A

El enorme precio de vivir en el paraíso del Bajo Paraguá

Los indígenas chiquitanos y guarasugwés, ya no duermen ni comen tranquilos. Vivir en este Edén que tiene la categoría de área protegida, se ha convertido en un infierno a causa de la deforestación ilegal y los avasallamientos. Lo que pierden los dueños de la selva es un dolor silencioso.

Jordi Surkin rescata dos cosas del Informe: la alarma ante la doble crisis que enfrentamos, pero también, la esperanza de que, todos juntos, podemos lograr el cambio que se necesita.

“No hay desarrollo económico sin los recursos que nos provee la naturaleza”

El Informe Planeta Vivo 2022 que presentó la WWF, revela que el mundo enfrenta una doble emergencia inducida por el hombre: la crisis climática y la pérdida de biodiversidad. Jordi Surkin, director de Conservación para WWF Bolivia, hace una lectura sobre este panorama preocupante, pero profesa su apego a la esperanza, ahora que aún hay tiempo y oportunidad para tomar acciones urgentes.

Deforestan y se van. Y dicen que crean comunidades. Comunidades fantasmas. Eso son. Foto. Diego Adriázola

La orfandad y soledad del Bajo Paraguá

No existe poder humano ni legal que detenga la deforestación ilegal perpetrada dentro de Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá. El director de la ABT dice que se está exagerando con las denuncias de los desmontes, el alcalde de San Ignacio no asume la defensa de lo que por ley está obligado y el Gobernador de Santa Cruz acudió al epicentro del ecocidio, pero tras que dejó el lugar, los avasalladores continuaron con su destrucción. Revista Nómadas no pierde la mirada en este pulmón de Bolivia.

Vacía. Terriblemente silenciosa. Sin agua y sin aves migratorias que la sobrevuelen.

El planeta ha perdido a la Laguna Concepción

De nada le ha valido ser un área protegida y sitio RAMSAR de interés mundial. La laguna boliviana, de más de 5.000 hectáreas, se ha convertido en un panteón de tierra seca. La deforestación galopante, la construcción de canales de drenaje que transportan restos químicos, los incendios forestales y los desvíos de sus afluentes la destrozaron hasta secarla.

El humo de los incendios forestales ahoga a los bosques.

Foto: FAN/Luis Céspedes

Al universo verde de la Amazonía se le acaba el tiempo

Es contundente. Los incrementos de los incendios arrastran al cuerpo amazónico hacia el temido punto de no retorno. Los indígenas y las áreas protegidas sufren en la primera línea de fuego. En las ciudades la temperatura aumenta y las lluvias se extinguen.

La mole de acero atraviesa el Parapetí desde octubre el 2021.

Foto: Revista Nómadas

Especiales: El puente “clandestino” de los menonitas lleva la deforestación a los Bañados de Isoso y amenaza al Kaa Iya

Más de 200 familias de menonitas compraron 14.400 hectáreas de bosque en los Bañados de Isoso que colindan con el área protegida nacional. Para deforestarlas, construyeron en silencio, sin autorización del Gobierno ni estudio sobre el impacto ambiental, un puente de 150 metros de largo sobre el río Parapetí, que les costó medio millón de dólares. Ya metieron 15 orugas y deforestaron 3.000 hectáreas.

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