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Ilustración del mito Guarasu’we: El Nacimiento de Jaguares. Crédito: Brocha Silvestre.
– Mi lengua, la estoy aprendiendo de nuevo— relata con determinación Rosa María Guarasu’we, en el podio donde la están escuchando, porque ella, como toda su familia, no van a callar nunca más: “Los pueblos indígenas son como una semilla que brota en un terreno quemado: nace y cobra vida”. El encuentro de representantes indígenas en la XXIII Asamblea General del Consejo Misionero Indígena (CIMI) en Brasil, 2019, no es la primera palestra, ni fue la última para Rosa, una líder y activista del pueblo Guarasu’we que lucha por la recuperación de su territorio ancestral.
Del otro lado del río Iténez (Guaporé en portugués), Amelia Pereira —familiar no muy lejana de Rosa María— también tiene una misión bien clara: ha estado trabajando por años un rompecabezas de mil piezas, uniendo un día a la vez y de a poco, el alfabeto de la lengua Guarasugwe, idioma que solo recuerdan vagamente su madre Carmen, su tía Tarcila y su abuelo Juan. Ella misma se considera aprendiz del idioma, está aprendiendo, investigando, recuperando las piezas para que ella, como todos los niños de la escuela de su comunidad Picaflor, puedan tener ese rompecabezas en su memoria toda la vida.
Amelia Pereira, durante la filmación del cortometraje Picaflor. Crédito: Javier Badani
Una lengua puede morir, y con ella desaparece una pieza elemental del rompecabezas de una cultura. Es por eso que tanto Rosa María, con su convicción firme desde Brasil, como representante indígena de su pueblo en diversas reuniones, protestas y lucha; y Amelia Pereira, del lado de Bolivia, realizan esfuerzos cotidianos y, al mismo tiempo, titánicos para recuperar su lengua. Ellas y su generación son portavoces del renacer de su cultura.
Como un presagio roto, el pueblo indígena Guarasu’we —también conocido como, Guarasugwe — ha desafiado la realidad de su pasado el borde de la extinción, el cual en la década de los años sesenta, Jürgen Riester, un antropólogo alemán relataba en su libro: Guarasu’we, Crónicas de los últimos días; donde lamentaba que solo quedaban 60 personas. Muchas cosas pasaron luego de este libro que narraba una realidad que, aunque cruda, era una denuncia al olvido del Estado de los derechos históricos a este pueblo. Su historia fue manchada por sangre, cuando en 1968, el capitán Miguel —también conocido como Terékewé— líder del pueblo Guarasu’we fue asesinado por orden de agricultores en la zona de Riozinho, frontera Brasil-Bolivia. Esta tragedia no terminó ahí, sumado el avance en los años 70 del acaparamiento de tierras en la zona de Brasil, los Guarasu’we fueron expulsados de su territorio ancestral y en 2023, continúan luchando por recuperar su tierra, su hogar y el de sus ancestros, para volver a ser autónomos, como siempre fueron.
Riester tampoco se equivocaba cuando predecía la extinción, las constantes amenazas ahora se tornaron más pesadas, y más constantes. Sin la resistencia y el esfuerzo continuo de la gran familia Guarasu’we en Bolivia como Brasil —que ahora son más de 600 personas—, su cultura hubiese sido enterrada en el olvido.
Este miedo a que sea olvidada, a que no pueda recuperarse la cultura, fue lo que llevó a Riester hasta Campo Grande —como se llamaba el territorio que el visita en la época de los 60— para inmortalizar de manera escrita, la cultura material y espiritual de los Guarasu’we. A través de largas veladas y conversaciones con los locales, bajo las estrellas y frente a sus casas disfrutando el frescor de las noches tropicales, Riester pudo registrar en su libro 78 relatos que permiten penetrar en el mundo de creencias y mitos Guarasu’we de ese entonces. Agradece a Tesere, su principal narrador, a quien describe de naturaleza tranquila y meditabunda, cuyo don por relatar tan vívidamente y expresar sus pensamientos en palabras lograron transmitir sus relatos en escrito.
Mito del origen de los jaguares, inmortalizado en el libro de Jürgen Riester: Guarasu’we, Crónicas de los últimos días.
El 24 de agosto de 2023, el alfabeto Guarasu’we fue aprobado en Bolivia, un paso trascendental para la recuperación de su idioma y cultura. Todo esto, fruto del trabajo técnico e investigativo no solo de Amelia sino de todo el núcleo familiar, autoridades e instituciones que apoyan este proceso. Ella sabe que esta lucha por la memoria de su pueblo no ha sido ni será fácil; recuerda con nostalgia el despertar de conciencia que tuvieron que vivir las autoridades, dirigentes y lideres de su pueblo para que su territorio sea reconocido en Bolivia, para defender y consolidar ese derecho fundamental e histórico que les pertenece. Pasar de un pueblo destinado a la “extinción”, a organizarse de manera colectiva para conseguir representación a nivel comunitaria, municipal, departamental e inclusive nacional. Hoy, la lengua y cultura Guarasu’we es reconocida como una de las 36 lenguas oficiales de la Constitución Política boliviana, y en 2007 consiguieron la titulación de su Territorio Indígena Originario Campesino (TIOC) demandado. Pero para los Guarasu’we en Brasil, este derecho fundamental sigue como tarea pendiente.
El pueblo indígena y sus lideres en Brasil aguardan la regularización agraria de su territorio ancestral para garantizar al acceso a derechos como la salud, la educación, seguridad y, sobre todo, la recuperación de su hogar, la tierra donde nacieron y se encuentran enterrados sus ancestros. “Nuestro territorio sagrado es donde está sepultado Miguel —Terékewé— Frei, nuestra tierra sagrada por la que estamos luchando. Ellos siempre van a retornar a donde es nuestra tierra sagrada YACARERUPA” – afirma Jose Frei, capitán actual del pueblo Guarasu’we y una de las autoridades dirigiendo esta lucha colectiva.
Jose Frei, capitán Guarasu’we en Brasil. Foto: Cortesía de Jose Frei.
Y es que hace más de 10 años que están exigiendo a través de todos los canales posibles el avance de la demarcación su Territorio Indígena Guarasu’we a la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), el órgano del Gobierno brasileño que establece y desarrolla las políticas relacionadas con los pueblos indígenas. Pero mientras ellos avanzan un paso, las trabas por parte de otros intereses por estas tierras, no solo retrasan, si no que ponen en peligro la memoria y el futuro de comunidades indígenas en todo Brasil. A pesar de las movilizaciones indígenas nacionales y protestas —donde también participó Rosa María, Jose Frei y otros miembros del pueblo Guarasu’we—, en mayo 2023 es aprobada en la Cámara de Diputados en Brasil, el controversial Proyecto de Ley 490/2007, una amenaza a las demarcaciones indígenas, ya que argumenta que los pueblos indígenas de Brasil solo pueden reclamar tierras donde ya estaban el 5 de octubre de 1988, el año que fue promulgada la Constitución. Esto para los Guarasu’we, y para todos los pueblos indígenas que existen previo al Estado representa una violación a sus derechos históricos de autonomía. – Guarasu’we es una historia muy larga, somos resistentes de 500 años atrás, estamos ahí resistiendo, casi fuimos exterminados como otros pueblos. Indígenas sin territorios, estamos luchando junto a otros pueblos por el territorio… territorios que fueron tomados por ganaderos, por la época de la siringa, de la colonización cuando quisieron exterminarlo a todos a los pueblos…estamos resistiendo hasta hoy día, estamos luchando por nuestros derechos, ya sea bolivianos o brasileros, por nuestras culturas, por nuestras costumbres— afirma Jose Frei desde su hogar en Pimenteiras de Oeste (Brasil), donde está constantemente trabajando por la dignidad y memoria de su familia.
Ilustración de Cultura Guarasu’we y el Capitán Jose Frei. Crédito: Brocha Silvestre.
Durante la visita de Riester en los años 60 al pueblo Guarasu’we, describía con fascinación lo hermoso que eran los trabajos artesanales que realizaban, tanto su trabajo en pluma, como sus collares, y con pena narraba en sus escritos que ya no existían. Inclusive sentía que dentro de poco tiempo no se encontrará ninguna de las manifestaciones artísticas. Hoy en día, en Brasil, existen artesanos y artesanas Guarasugwe que trabajan, viven y portan consigo la riqueza cultural y sabiduría que le han dado sus ancestros. Ya sea a través de la venta de instrumentos artesanales autóctonos hechos con madera, artesanías talladas en fibras, o usando con orgullo durante sus encuentros y espacios de representación, el trabajo meticuloso de sus tocados de plumas o tejido con fibras naturales.
Esta crónica del ocaso se transformó en arte con la nueva generación Guarasu’we de Bolivia, cuando la propia oenegé fundada por Riester: Apoyo Para el Campesino-Indígena del Oriente Boliviano (APCOB), decide trabajar una exposición titulada: “LOS GUARASUG’WE : crónica de sus últimos días” en conjunto con la comunidad de Picaflor, con Amelia y autoridades, basada en el estudio de recuperación cultural y espiritual que hizo Riester en su libro del mismo nombre. Un trabajo catalizador que buscó revalorizar en conjunto con la comunidad Guarasu’we, su pasado, su lengua y su identidad propia.
Los padres, los tíos, los ancestros de Rosa María, Amelia, Jose y otros miembros de la comunidad han pasado por etapas históricas de rechazo, discriminación y vergüenza donde era prohibido hablar su propio idioma. Un pueblo forzado a vivir escondido. Hoy, los descendientes navegan con orgullo y determinación por diversos lugares del mundo, en Bolivia, en Brasil, Estados Unidos y otros lugares, cargando con ellos, la memoria de su idioma, de sus luchas, y de sus sueños. Con la esperanza de recuperar el territorio que siempre fue de ellos.