El informe A Fuego y Mercurio, presentado por Oxfam el 9 de octubre, y sobre el cual Revista Nómadas publicó un reportaje titulado Oxfam revela el negocio millonario del desmonte y la especulación con tierras en Bolivia, también expone cómo las colonias menonitas en Bolivia se han convertido en actores fundamentales en el proceso de desmonte, transformando de manera radical el uso de la tierra en las últimas décadas. El informe señala que existen más de 90 colonias menonitas en Bolivia, un número que contrasta significativamente con las menos de 40 colonias menonitas en el registro oficial del Sistema de Mantenimiento de Tierras y que fueron reportadas en la Petición de Informe Escrito 0265/2023-2024. Esta disparidad pone de relieve la magnitud del fenómeno y el rol clave de los menonitas en la expansión de la frontera agrícola, particularmente en los departamentos de Santa Cruz y Beni.
La rápida expansión de las colonias menonitas: una transformación acelerada
Desde su llegada a Bolivia en la década de 1950, las colonias menonitas han crecido exponencialmente, tanto en población como en extensión de tierras. Según el informe, en la última década, el ritmo de expansión de las colonias menonitas se ha acelerado, con casi 40 nuevas colonias establecidas en los últimos 15 años. Esto representa un incremento del 70% en el número de colonias, un crecimiento sin precedentes que ha llevado a la conversión de vastas áreas de bosques y ecosistemas no boscosos en tierras agrícolas.
El informe subraya que las colonias menonitas operan en un modelo agrícola y pecuario extensivo, caracterizado por el uso intensivo de tierras para la producción de cultivos como maíz, trigo y soya. Este modelo, que depende en gran medida del desmonte y la expansión territorial, está alimentado por un enfoque que prioriza la adquisición de nuevas tierras para satisfacer su crecimiento demográfico continuo. De hecho, se estima que en los últimos años, se establecen cerca de 3 a 5 nuevas colonias menonitas por año, con en promedio, cada una de ellas, con más de 11.000 hectáreas de superficie, sumando una cifra (entre todas) de hasta 55.000 hectáreas, lo que equivale a la superficie de un municipio de El Alto y medio.
El informe señala que existen más de 90 colonias menonitas en Bolivia, un número que contrasta significativamente con las menos de 40 colonias menonitas en el registro oficial del Sistema de Mantenimiento de Tierras.
Ese rápido crecimiento demográfico y la demanda de tierra que lo acompaña, es una de las razones principales por las que la población menonita busca cada vez más nuevas áreas para su expansión. Como ha reportado el New York Times, aquello implica la migración de menonitas bolivianos a Perú o incluso a Surinam, como lo ha revelado Revista Nómadas en un reportaje de investigación. Es más, en Bolivia, ciertos comerciantes y facilitadores de tierra para colonias menonitas incluso indican que la suma de todos los pedidos de tierra recibidos está por encima del millón de hectáreas.
Impacto Ambiental y Social de la Expansión Menonita
El modelo agrícola y pecuario menonita, basado en la agricultura intensiva, ha tenido impactos profundos en el entorno natural de Bolivia. Desde 2001 a 2019, las colonias menonitas han sido responsables de la pérdida de cerca de 300.000 hectáreas de bosque en los departamentos de Santa Cruz y Beni. Esta cifra representa una porción considerable del desmonte total registrado en esas áreas, y su impacto se ve agravado por la velocidad con la que las nuevas colonias continúan estableciéndose.
La expansión menonita no solo ha afectado los ecosistemas naturales, sino que también ha generado conflictos con comunidades locales, especialmente con pueblos indígenas y campesinos que han visto reducido su acceso a tierras tradicionales, lo que ha exacerbado tensiones sociales en varias regiones. El informe de Oxfam también menciona que, en muchos casos, las tierras ocupadas por los menonitas fueron adquiridas a través de transacciones privadas de las cuales se tiene poca información.
En el 2022, Revista Nómadas reveló el caso emblemático e ilustrativo conocido por la construcción de un puente clandestino. Se trata del establecimiento ilegal y con prácticas cuestionables de una colonia en un predio de 14.400 hectáreas, en el municipio de Charagua, sobre el río Parapetí y en la zona de los bañados de Isoso, que son Sitio Ramsar, que es un tipo de área protegida para humedales con importancia mundial. La investigación permitió que las autoridades tomen cartas sobre el asunto y frenen dicho establecimiento y así mismo el despojo de sus territorios y la destrucción irreparable de ecosistemas claves para los bosques secos de la Chiquitania.
Conclusión: la expansión menonita y sus implicaciones
El informe “A Fuego y Mercurio” plantea preguntas cruciales sobre el futuro del uso de la tierra en Bolivia: ¿Cómo puede el Estado tomar cartas en el asunto en la acelerada expansión de las colonias menonitas y los impactos del desmonte en los ecosistemas? Además, ¿cómo se puede garantizar que el crecimiento de estas colonias no siga exacerbando despojo y conflictos con las comunidades indígenas y campesinas, cuyo acceso a la tierra está cada vez más limitado? Estos son desafíos que requieren una atención urgente para equilibrar el desarrollo agrícola y la sostenibilidad ambiental en Bolivia.
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Sobre el autor
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Stasiek Czaplicki
Economista ambiental especializado en cadenas de valor agropecuarias y forestales, con más de 10 años de experiencia. Investigador y activista boliviano enfocado en deforestación y en investigación corporativa y financiera. Cuenta con una amplia trayectoria en ONG nacionales e internacionales, organismos multilaterales y think tanks globales (WWF, FAO, Climate Focus, Oxfam, CIPCA). Actualmente forma parte del equipo de Revista Nómadas donde además de realizar investigaciones periodísticas, ejerce como gerente de proyectos y asesor técnico. Stasiek Czaplicki, junto a Iván Paredes, ha sido galardonado con el Premio al Periodismo de Investigación Franz Tamayo 2024 por el reportaje Bolivia no se baja del podio de países que más monte pierden en el mundo, en el que abordó la alarmante pérdida de bosques en Bolivia durante el 2023.