-¿Cuánto cuesta proteger el bosque?
-Es una buena pregunta. Sin embargo, en términos de esfuerzo y recursos pienso que es invaluable, está el esfuerzo que principalmente realizan los guardaparques, el esfuerzo del Estado, donde también se suman los sociales y comunitarios; entonces, básicamente poder determinar un costo económico es difícil, casi imposible, porque es una tarea muy compleja, que involucra muchos factores, no solamente económicos, operativos y técnicos, ante todo, es un compromiso.
-Has estado en varias áreas protegidas. Te convertiste en un ícono en la defensa de los bosques, incluso arriesgando tu vida. ¿Qué implica esta tarea y con qué enemigos te has encontrado?
-He tenido la dicha de prestar mis servicios en el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, tuve la oportunidad de trabajar la mayor parte de mi carrera en el Parque Nacional Madidi y vengo de allá. También he brindado apoyo a través de intercambio en el ANMI Apolobamba en mis primeros años como guardaparque, luego fui jefe de protección y también como director interino durante un mes. El TIPNIS , también ha sido uno de los espacios más importantes en los cuales también he podido desplegar mis funciones.
Actualmente llevo como dos años en la Reserva de la Biósfera y Estación Biológica del Beni. En los 20 años de experiencia en el Servicio Nacional de Áreas Protegidas he tenido que comprometer muchas veces, mi integridad física, y la de mi familia y obviamente la de todo el equipo de guardaparques para precautelar la integridad territorial de las áreas protegidas.
Esto significa tener un alto nivel de compromiso, pero también de amenazas y de inseguridad, y te das cuenta de lo que puede ser tu vida y estabilidad laboral como personal de las áreas protegidas. Creo que es una situación que preocupa mucho a los guardaparques actualmente en nuestro país, puesto que las presiones y las amenazas incrementan, y esto es muy complejo porque el Estado no lo afronta. Y esto para los guardaparques se hace más complicado, porque implica desarrollar el trabajo sin la cantidad suficiente de recursos económicos, en la mayor parte del tiempo con recursos humanos limitados, significa poca cantidad de guardaparques contratados.
También el nivel de índice de amenazas está creciendo cada día más, como la deforestación, los incendios forestales, la minería, la tala de madera, el tráfico de fauna silvestre, básicamente viene a ser una tarea titánica que realizamos. Esto significa para quienes estamos comprometidos en esta lucha y defensa, que es nuestra vida, que es parte de nuestro propio existir. El trabajo del guardaparque a nivel nacional es clave y muy importante, donde prima ese compromiso, esa pasión por la naturaleza, por la vida, que es el motor que nos mueve por dentro para seguirlo haciendo.
Ser defensor de la naturaleza significa tener un alto nivel de compromiso, pero también de amenazas y de inseguridad, y te das cuenta de lo que puede ser tu vida y estabilidad laboral como personal de las áreas protegidas.
-¿Cuántas veces estuviste en peligro por defender el bosque?
-Al igual que mis colegas, he sido agredido verbal y físicamente, he recibido amenazas por el trabajo que hacemos, hemos sentido esa presión no solamente de los infractores, de la gente que atenta contra nuestra biodiversidad, también sentimos la presión política o de sectores afines a determinados aliados de los gobiernos de turno y básicamente eso viene a ser uno de los temas más críticos que nosotros podemos afrontar.
Lo que menos esperamos los guardaparques, es tener presiones y amenazas desde las propias instancias del Estado, que son quienes deberían garantizar el cuidado, el resguardo de quienes protegemos y conservamos la biodiversidad, pero muchas veces eso se ha tornado en contra de nosotros, o han sido los instrumentos para presionar a sectores contrarios a las áreas protegidas y para poder ejercer presión contra defensores de la naturaleza.
Puedo contar múltiples historias, el tiempo no alcanzaría. Simplemente yo apelo al Estado, a la sociedad, si el Estado piensa que los guardaparques somos los únicos que tenemos la responsabilidad de cuidar nuestros bosques, estamos muy equivocados. Esto demanda una acción conjunta, desde la propia sociedad civil a sumarse a toda la tarea titánica de los guardaparques en Bolivia, y obviamente hacer una tarea en conjunto con nuestras propias instancias de Estado.
-¿Puedes contar un evento en que el que hayas estado en peligro?
-Lo último que tuve fue con el sector minero, cuando estuve en el Parque Nacional Madidi, sufrí amenazas a mi integridad física a través de mensajes de Messenger y WhatsApp, presiones, insultos e incluso campañas de desprestigio por redes sociales. Muchas veces estuve a punto de ser agredido o ser sometido a fuertes presiones en sedes de una federación sindical de organizaciones sociales afines a estas actividades, y donde se siente mucha presión, de la misma gente que tú crees estas protegiendo el bien común para todos ellos, sientes esa presión de dirigentes de comunidades.
Ha sido terrible afrontar toda esa ola de amenazas, especialmente cuando estuve en el Parque Nacional Madidi por los sectores mineros, han amenazado con deshacerse de mi vida y con agredir a los guardaparques. Básicamente lo han logrado de cierta manera, porque nos amenazaban con deshacerse de nosotros a través de las propias instituciones del Estado, dijeron que nos harían botar, destituir del trabajo o cambiar a otro lugar, parcialmente sí lo han logrado.
Pero creo que el compromiso de todos nosotros es suficientemente fuerte, para poder seguir en pie, independientemente desde donde estemos, vamos a seguir dando ese respaldo, ese sostén a nuestras áreas protegidas y seguir defendiendo. Ahora estoy en la Estación Biológica del Beni, un Área Protegida maravillosa y desde aquí también estoy ejerciendo esa defensa, esa lucha, por el resto de las áreas protegidas del país.
-¿Al final y al cabo los mineros ejercieron presión al Gobierno para que te cambien del Madidi?
-Ha sido de esa manera, ellos han presionado a través de pronunciamientos, votos resolutivos e incluso han amenazado con bloquear carreteras, con tomas de oficinas y de campamentos y ahora siguen amenazando para que mi persona no retorne al Parque Nacional Madidi.
Estoy seguro que en un momento que algo así ocurra, ellos se van a levantar, y van a presionar al Estado. Allá lo han hecho con otras autoridades, donde han bloqueado hasta caminos para ponerse al frente de cualquier autoridad que pueda amenazar o atentar contra los intereses de ellos, esto es una situación muy crítica.
Uzquiano, defensor de la vida.
– ¿Ellos son como un Estado dentro de un Estado?
-Absolutamente. Son una fuerza muy poderosa, porque tienen mucha injerencia en el poder político, económico y también social en las comunidades. La minería en este contexto ha afectado terriblemente a un Área Protegida tan importante como el Madidi. Voy a permitirme referirme a este lugar, porque ha sido en la cual he brindado gran parte de mi trabajo, y considero que el Madidi actualmente está herido de muerte, donde el sector minero lo ha tomado por completo.
Los guardaparques en el sector de Apolo ya no tienen capacidad de ejercer control absoluto, porque han sido completamente avasallados, vulnerados en sus funciones y donde lastimosamente las instancias del Estado, como la Policía, el Ejército, no coadyuvan para que realmente los guardaparques puedan cumplir su deber como corresponde.
Es una situación crítica que ellos están afrontando y siento que el Estado no tiene la capacidad de poder brindar garantías o protección al Madidi, siendo el Área Protegida más biodiversa del mundo, entonces me pregunto ¿Qué es lo que vamos a proteger como país?
– ¿Los mineros están dentro del área protegida Madidi?
-En absoluto, están en el sector de Apolo, hay una cantidad significativa de empresas a nombre de cooperativas mineras y obviamente detrás de estas cooperativas mineras se maneja la fachada de comunidades, para decir que son las comunidades locales las que están operando, pero hay capitales extranjeros, chinos incluidos, entonces básicamente es una situación fuera de control.
Ahora el guardaparque tiene que pedir “permiso o autorización” para poder ejercer su trabajo dentro de las Áreas Protegidas. Dentro del parque nacional Madidi se han iniciado muchos procesos, yo destaco el gran esfuerzo de los guardaparques, pero lastimosamente esos esfuerzos ya no están siendo suficientes para poder garantizar la protección del Madidi. ¿Qué quiero decir con eso? Que los procesos administrativos, las acciones han quedado solamente como procesos administrativos, no han servido en absoluto para poder frenar esa amenaza o por lo menos para lograr la adecuación ambiental de estas actividades que se están ejerciendo sin ningún tipo de autorización, de licencia ambiental ni ningún tipo de medida de mitigación que pueda paliar los impactos que ellos están generando.
– ¿Y esas cooperativas son legales o ilegales?
-Para el minero ser legal es tener la concesión dentro del Área Protegida. Para mí son ilegales, porque no cumplen la normativa ambiental, ni el permiso de operar dentro de un Parque Nacional, que también son los requisitos exigidos, por norma jurídica del Estado.
Como no se cumplen estos requisitos establecidos en la norma, simplemente estas siendo ilegal. No puedes ser legal a medias, lo correcto es ser legal cumpliendo todos los requisitos y si no cumples alguno de ellos, como en este caso, la licencia ambiental o la autorización del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), eres ilegal.
En plena Amazonia, en pleno bosque, en el área más biodiversa del mundo, están en peligro de muerte. ¿Tengo entendido que el SERNAP te hizo un proceso interno?
Sí, evidentemente he sufrido un proceso administrativo, y un traslado intempestivo que ha significado para mí el cambio de ítem. Me enviaron a la Estación Biológica del Beni, este traslado fue obedeciendo a las presiones del sector minero, eso para mí no queda duda. Sin embargo, me manifestaron de que ha sido por mi seguridad, que ha sido para fortalecer la Reserva de la Biosfera Estación Biológica del Beni, pero la manera cómo lo han hecho, ha sido totalmente cumpliendo las exigencias del sector minero.
También me han iniciado un proceso administrativo interno, un proceso sancionador por una supuesta falta que yo habría cometido en el año 2020, es como que si tú juegas un partido hace tres años y viene de pronto un árbitro y te saque una tarjeta roja y tú preguntas por qué, por el partido que usted ha jugado hace cuatro años.
En mi defensa envié pruebas a la instancia jerárquica superior, pero no han valorado mis argumentos, pruebas, ni las evidencias que hemos presentado con la parte legal, y se han ratificado, haciendo valer un simple informe de un jefe de protección de otra área protegida, y sobre esto realizaron un proceso y me hicieron un descuento del 20% de mi salario. Ante esto he presentado un amparo constitucional que espero que en algún momento la justicia también me dé la oportunidad para defenderme a ese nivel.
Al igual que mis colegas, he sido agredido verbal y físicamente, he recibido amenazas por el trabajo que hacemos, hemos sentido esa presión no solamente de los infractores, de la gente que atenta contra nuestra biodiversidad…
– ¿En algún momento pensaste en renunciar, en decir esto ya es demasiado y mejor tomo otro camino?
-En algún momento quise renunciar, pero me puse a reflexionar, y también me aconsejaron que no lo hiciera, porque iba a dar una muestra de debilidad y de que estaba huyendo de esa supuesta responsabilidad.
– ¿Por qué los mineros tienen tanto poder?
-Yo pienso que el tema es económico, hay mucha injerencia de poder político, ellos tienen una gran capacidad, como una aplanadora social, tienen un gran respaldo de comunidades, gente, cooperativistas y de familias que están vinculadas a la actividad minera y ese poder que ellos tienen, presionan contra cualquier gobierno.
Entonces, cualquier gobierno que esté de turno, siempre va a ceder, porque al final a ellos, lo que les interesa, es tener respaldo y votos. También hay mucho poder económico, o indicios de corrupción, que se están manejando por ahí, porque no se lo puede entender de otra manera. Según información de los guardaparques, ahora los mineros escogen, qué guardaparque quieren que vaya a ser la inspección, eso para mí es súper raro, es como que un delincuente escoja qué policía irá a hacer el patrullaje, eso es muy delicado.
Espero que solo sean sospechas, pero si en algún caso se llegarán a confirmar, sería triste para el Madidi, y para toda la gente que cree que Bolivia tiene un sistema de Áreas Protegidas fortalecido, y que lastimosamente, por actitudes como esta, se pueda echar por tierra todo lo que se ha construido en muchos años.
– Entregas tu vida como un apostolado eres casado, ¿cómo afecta este tu trabajo en la vida familiar?
-Bueno, sin duda creo que esa es una de las partes ingratas de la función de ser guardaparque, pero este compromiso de cuidar las Áreas Protegidas hace que vivas lejos de la familia, obviamente es nuestra decisión hacerlo, la responsabilidad, trabajar de esa manera. La familia lo entiende, lo comprende, lo apoya, pero esa distancia también enfría cualquier relación en cualquier parte del mundo.
Es triste, muchos guardaparques han terminado separándose. Es un tema muy complejo, delicado, pero que al final nosotros como guardianes de la naturaleza hemos optado por esto, esta es una decisión, una vocación de vida y creo que va a ser muy difícil que nosotros podamos cambiarla.
Esta entrevista es parte del Especial: La Amazonia invisible y sus guardianes que no se rinden, que llevó a cabo Revista Nómadas, con el apoyo del Amazon Rainforest Journalism Fund en alianza con el Pulitzer Center.
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DIRECTOR: Roberto Navia. JEFA DE PRODUCCIÓN: Karina Segovia. FOTOGRAFÍAS: Karina Segovia, Lisa Mirella Corti. PRODUCCIÓN Y POSTPRODUCCIÓN DE SONIDO: Andrés Navia. ILUSTRACIONES E INFOGRAFÍAS: Brocha Silvestre. EDITORA DE REDES SOCIALES: Lisa Mirella Corti. DISEÑO Y DESARROLLO WEB: Richard Osinaga. COLABORACIÓN: Manuel Seoane, Diego Adriázola y Daniel Coimbra.
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