El municipio de San Ramón, en Beni, ha declarado 199,435 hectáreas como el Área Natural de Manejo Integrado Municipal (ANMIM) Arroyo Guarichona, sumándose al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Esta iniciativa, promovida desde 2019, busca conservar ecosistemas amazónicos vitales para Bolivia y el planeta.
Este territorio es un refugio vital para la biodiversidad, albergando especies endémicas y asegurando el equilibrio de nuestros recursos naturales.
Mapa de ubicación de la nueva área protegida.
– ¿Nos puede dar detalles sobre esta nueva área protegida?, ¿dónde se sitúa, que extensión tiene, que abarca, cuantas comunidades, que ecosistemas?
– Se sitúa en el municipio de San Ramón, de la provincia Mamoré, departamento de Beni. Son 199.435,057 hectáreas, más concretamente al Norte del municipio. Son espacios naturales con sabanas, bosques de llanura y diversos cuerpos de agua (el río Guarichona el que más resalta dentro del AP por su riqueza en biodiversidad y una serie de lagunas). Se incluyen siete comunidades entre indígenas Itonama y campesinas, además de alrededor de 66 haciendas rurales.
– ¿De dónde surge la idea? ¿Como se constituye esta área protegida? ¿A quién involucró? ¿Cuáles son los pasos que se tomaron?
– Desde 2019, el Gobierno Autónomo Municipal de San Ramón (GAM San Ramón) ha promovido y liderado una iniciativa para conservar los ecosistemas amazónicos de su municipio. Este logro es el resultado de la colaboración entre comunidades locales, profesionales voluntarios y propietarios de haciendas rurales (principalmente Mangal, Guacayane, Las Marías, Tacuaral y Entre Ríos, como promotores iniciales de la iniciativa). Su objetivo es proteger los arroyos afluentes al arroyo Guarichona y las lagunas existentes en el área declarada. Los propietarios de estas haciendas solicitaron, aquel año, una veda general para restringir la pesca indiscriminada y promover una pesca sostenible. Además, se ofrecieron como «Guardianes Voluntarios» para asegurar una pesca responsable. La Comunidad Indígena San Antonio del Poyori también propuso declarar “Área Protegida” todo este sistema de arroyos y lagunas.
En 2023, Conservación Amazónica – ACEAA se suma a esta iniciativa, proporcionando apoyo técnico para declarar este territorio como “Área Protegida Municipal”. El apoyo técnico brindado fue el de complementar y actualizar el análisis técnico sobre la riqueza en biodiversidad, descripción de los paisajes y ecosistemas existentes y la importancia que tienen para el desarrollo de la población, actividades productivas y su interrelación con las dinámicas naturales de los paisajes existentes y, sobre todo, llevar adelante un proceso de socialización de la propuesta.
Como la idea nació de la propia población, este proceso fue bastante sencillo en comparación con otras áreas protegidas, dado que prácticamente se necesitó sólo el recordar la idea general de la propuesta, mejorar los objetivos de conservación y consolidar la hermenéutica de cómo participarán los actores locales en la gestión del área protegida.
– Según lo que entendemos, se trata de un área con un alto nivel de conservación, en ese sentido, ¿cuáles son las amenazas que se busca abordar con el establecimiento de esta AP? ¿Existe un riesgo de ‘’adicionalidad’’?, en otras palabras, que su buena conservación siga sin necesidad de ser área protegida?
– Es un área en la que confluye el proceso de inundación anual hacia el río Itonama y sólo con esa característica natural, la riqueza en biodiversidad es importante. Sin embargo, no se tienen estudios suficientes para tener clara la dimensión, pese a ello, sus habitantes tienen la oportunidad de convivir con la biodiversidad, disfrutan de una importante diversidad de peces y bastante fauna terrestre, entre los que destacan, el jaguar, Borochi, venados, entre los que más destacan.
En cuanto amenazas, este espacio tiene conflictos de caza y pesca ilegal de especies silvestres, así como tala ilegal en menor medida, pero existe un problema que preocupa cada vez más a sus habitantes y es la presencia del paiche, un pez exótico que está reduciendo las poblaciones de peces nativos, por lo que es imperante implementar acciones para controlarlo y repoblar los cuerpos de agua existentes con los peces nativos.
– En la medida que las amenazas que derivaron en el establecimiento de dicha AP son principalmente sobre amenazas a ecosistemas fluviales y su fauna, ¿cómo se realiza la localización y de qué forma una extensión de 190.000 hectáreas responden a esa problemática?
– La premisa fue el proteger y promover el manejo adecuado del arroyo Guarichona, sus tributarios y, por ende, toda su microcuenca. También se pretende conservar otros cuerpos de agua importantes para la seguridad alimentaria de la población, por lo que se incluyen más de 6 lagunas que son fuente de proteína y de sustento económico, algunas de ellas requieren de procesos planificados para recuperar poblaciones de peces. Por último, varias comunidades y estancias se sumaron a la iniciativa, porque ven con buenos ojos el ser parte de un área protegida que promueve el desarrollo sostenible a través de un manejo integral de los recursos naturales y del consenso social.
La colaboración entre comunidades locales, profesionales voluntarios y propietarios rurales ha sido fundamental para alcanzar este logro .
– Uno de los problemas más importante que limita la gestión de las áreas protegidas en Bolivia es la falta de financiamiento. Tomando eso en cuenta, ¿cómo están abordando ese problema en el corto y sobre todo en el largo plazo, para esta área protegida?
– El Gobierno Municipal de San Ramón ha solicitado el apoyo de Conservación Amazónica para trabajar en una estrategia de gestión de financiamiento, basada en la diversificación de productos provenientes del área protegida, pero también apoyando a la producción que actualmente tienen, como es el caso de la ganadería, de modo que la misma pueda fortalecerse y convertirse en una ganadería sostenible en términos económicos, ambientales y sociales, para lo cual se tiene que trabajar mucho en la consolidación de mercados nuevos que tienden a reconocer un manejo adecuado del entorno natural y que requieren una producción libre de deforestación provocada. El turismo puede ser una alternativa interesante que aún debe trabajarse con fuerza, pero que el GAM San Ramón quiere darle mayor fuerza desde ya.
Se ha acordado con el Gobierno Municipal de San Ramón el priorizar varias acciones en los primeros años, para lo cual, Conservación Amazónica apoyará en esta premisa con asistencia técnica, con recursos asegurados que se han podido gestionar de fundaciones internacionales, como es el caso de Andes Amazon fund y de manera conjunta se buscará consolidar financiamiento externo adicional a largo plazo, tanto de fuentes nacionales como internacionales. Pero también los actores locales están dispuestos a aportar, de modo que en el tiempo más corto posible, se pueda hablar de autosostenibilidad de la gestión de esta área protegida, sobre todo a través del mejoramiento e innovación de actividades productivas existentes y nuevas, como es el caso de la transformación de la actual ganadería hacia una ganadería sostenible, la consolidación de mercados y apertura de nuevos para la carne de paiche y otros productos pesqueros, el turismo rural y de aventura, etc.
– ¿Qué implica la nueva AP para los actores locales? ¿Y cómo han trabajado con ellos sobre el temor o la situación de que se deben someter a normas más estrictas?
– Los actores locales están entusiasmados por ser parte de la gestión del área protegida, porque fueron ellos los que impulsaron la idea. Han entendido que sin los actores locales este proceso no funcionará y tienen total predisposición por ser parte del Comité de Gestión que ayudará al GAM San Ramón a tomar decisiones. Ellos también se han dado cuenta que, ante las amenazas, se requiere poner orden a los ingresos no autorizados y al aprovechamiento irracional de los recursos naturales, por ello están apostando a trabajar para consolidar una gestión eficiente de esta nueva área protegida a lo largo del tiempo.
– ¿Qué perspectivas se vislumbra para el futuro de la gestión de dicha área? ¿Hacia dónde apunta?
– Como se menciona, se pretende impulsarla como un área en la que se promueva el desarrollo sostenible a través de la diversificación de su economía y el mejoramiento de las cadenas productivas existentes. En todo este esfuerzo se requiere conocer mejor lo que se tiene en el territorio, identificando potenciales de producción de recursos naturales y evaluaciones para identificar posibilidades de convertirse en un destino turístico atrayente, tanto para turistas nacionales y por qué no a lo largo del tiempo para turistas internacionales.
Los actores locales ven este logro como un anhelo cumplido, para poder poner orden en este espacio natural municipal, pero en el que se pueda conseguir mayor apoyo para lanzarlo y promocionarlo como un territorio modelo en el que se implementan soluciones basadas en la convivencia con la naturaleza.
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PERFIL
Carlos De Ugarte es Coordinador del Programa de Conservación de Espacios Naturales durante más de nueve años, impulsando la creación de varias áreas de conservación en los paisajes en los que trabaja la organización Conservación Amazónica – ACEAA. Anteriormente, fue director de Monitoreo Ambiental del SERNAP, y su trayectoria abarca conocimientos en SIG y Ordenamiento Territorial, además de saneamiento de tierras en el marco de la modalidad TCOs. Es Ingeniero Geográfico de profesión, con especialidad en Planificación territorial y Áreas Protegidas y Geomática.