El Gobierno de Bolivia se prepara para poner en marcha la explotación de litio: firmó un contrato con una empresa rusa, acordó inversiones de compañías chinas y planifica la apertura a varias empresas privadas para que exploten otros salares. Todo esto bajo el paraguas de la opacidad. La estatal YLB ya comenzó a producir litio cerca del salar de Uyuni, pero las comunidades y las organizaciones ambientales aseguran que oculta los estudios hidrológicos para saber si la actividad puede secar las fuentes de agua y socavar la economía local.
El Gobierno de Bolivia se prepara para poner en marcha la explotación de litio: firmó un contrato con una empresa rusa, acordó inversiones de compañías chinas y planifica la apertura a varias empresas privadas para que exploten otros salares. Todo esto bajo el paraguas de la opacidad. La estatal YLB ya comenzó a producir litio cerca del salar de Uyuni, pero las comunidades y las organizaciones ambientales aseguran que oculta los estudios hidrológicos para saber si la actividad puede secar las fuentes de agua y socavar la economía local.
En Santa Cruz, Adrián Barbero brindó detalles sobre el proceso para el traslado de menonitas desde Bolivia a Suriname: aseguró que fue el Gobierno de ese país quien lo contactó y que, después de un proceso de socialización de casi dos años, se aprobó desarrollar un proyecto agrícola, con 30.000 hectáreas al inicio y que puede ampliarse hasta 300 mil hectáreas. Reconoce que, si los menonitas hacen lo que quieren en Suriname, hay riesgos de una “deforestación desmedida” en un país que no está acostumbrado a eso, pero que él solo permitirá que deforesten el 50% del predio. “Yo les voy a poner las reglas”. El Economista Ambiental, Stasiek Czaplicki Cabezas, analiza las respuestas de Adrián Barbero.
El Gobierno de Suriname aprobó la llegada de 50 familias para un proyecto agrícola que arranca con 30 mil hectáreas (dos veces la tasa de deforestación anual de Suriname) y se proyecta hasta las 300 mil, según Terra Invest, la empresa encargada de llevar a los menonitas desde Bolivia. Indígenas de Suriname cuestionan la concesión de terrenos a extranjeros, mientras ellos llevan décadas reclamando que el Estado reconozca sus derechos sobre la tierra.
Bolivia, clasificado como el tercer país con mayores tasas de deforestación mundial durante tres años consecutivos, enfrenta una crisis ambiental muy preocupante. En 2022, las pérdidas forestales alcanzaron un récord del 32%, siendo la expansión agrícola la principal causa de esta catástrofe. Un alarmante 41% de las áreas deforestadas se concentran en cinco municipios de Santa Cruz: San Ignacio de Velasco, Charagua, Pailón, Concepción y San José de Chiquitos.
La ganadería y agricultura regenerativas emergen como enfoques fundamentales para el presente y futuro sostenible de la producción de alimentos en Bolivia. La adopción de prácticas regenerativas no solo restaura la fertilidad del suelo y mejora la salud del ecosistema, incluso la sostenibilidad económica de la actividad agropecuaria, sino, también promueven la coexistencia con la fauna silvestre, como el jaguar, y muestran el camino hacia una vida saludable libre de agroquímicos que beneficia al planeta.
La Reserva de Flora y Fauna de Tariquía, ubicada en el departamento de Tarija, Bolivia, es un verdadero tesoro natural que alberga una biodiversidad única en un entorno de belleza indescriptible. En este fotorreportaje gráfico, por tierra y cielo, te invitamos a explorar las maravillas que ofrece este rincón de la naturaleza boliviana.
Luchar para evitar que la actividad petrolera consolide su ingreso en la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía, en el departamento de Tarija (Bolivia), tiene un alto precio. Las defensoras y defensores de este vergel importante para el mundo, que es fuente de agua para seres humanos y especies incontables de animales silvestres, sufren ataques que van desde “ofertas indecentes” hasta agresiones físicas y desprestigios personales. Pero ningún hostigamiento puede más que la convicción de defender esta casa vital que le pertenece al planeta.
El desarrollo llega con sangre. Es la sangre de los animales silvestres de la Amazonia boliviana la que se está derramando silenciosamente en la ruta que va conociendo el asfalto, cuya construcción avanza en el norte del país, abre las puertas a nuevos asentamientos humanos y acelera la expansión agrícola hambrienta de bosques.
La deforestación a gran escala y la provocada por los avasallamientos, la minería galopante, los fantasmas de las represas que amenazan en construir, los incendios forestales y el avance de una carretera de asfalto, están lastimando la salud de la Amazonia boliviana.
Los indígenas luchan contra las múltiples amenazas que acechan su hogar. La voracidad de la deforestación, los incendios forestales, el narcotráfico y la contaminación de los ríos ponen en peligro su tierra sagrada. Con valentía y conexión ancestral, estos guardianes de la selva resisten, protegiendo el pulmón del planeta y defendiendo su derecho a vivir en armonía con la naturaleza.
Ruth Alipaz ha liderado la resistencia contra proyectos destructivos como las hidroeléctricas y la minería, luchando por la preservación de la Amazonia boliviana y sus diversas especies de aves, mientras aboga por los derechos de los pueblos indígenas y la protección del medio ambiente. Su voz destaca el peligroso proceso de exterminio que enfrentan los pueblos indígenas y cómo están dejándolos sin agua y sin alimentos.
Avasallamientos, incendios y escasez de agua son las duras realidades que enfrentan los indígenas chiquitanos de las tierras bajas de Bolivia, mientras los colonos y la agroindustria avanzan sin contemplaciones. Con el narcotráfico como una amenaza latente, ser defensor del medio ambiente se convierte en un peligroso desafío que despierta la ira de los poderes en juego. Maida Peña, lo sabe.
Marcos Uzquiano, el valiente jefe de Protección de la Reserva de la Biósfera Estación Biológica de Beni, se enfrenta a un peligroso enemigo: los mineros ilegales que amenazan la vida de los guardaparques y la biodiversidad del Madidi, el área protegida más biodiversa del mundo. En esta entrevista, Marcos revela los oscuros secretos detrás de su lucha incansable por proteger el bosque y cómo los mineros ejercieron presión para que el Gobierno de Bolivia lo cambie a otro lugar donde haga “menos ruido”.
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