-¿Cuánto cuesta luchar por el medio ambiente?
-Implica mucho esfuerzo, dedicación y exponer mi integridad física, exponer a la familia, también limitarle algunas aspiraciones que pueda tener un pueblo, un territorio, una región, porque muchas veces ese rol que desempeñamos los defensores y defensoras vienen con ciertas ideas contrarias, nos estigmatizan, y somos señalados como opositores al desarrollo, a las aspiraciones sanas que puedan tener un territorio, un pueblo o un país.
Es una lucha permanente, titánica, enfrentarse a poderes grandes como los políticos y los intereses económicos. Es una lucha desigual, pero que no podemos hacernos a un lado. Sería más triste que no surgieran personas que se animen a retar y defender sus derechos, estos derechos que están reconocidos en la Constitución o tratados o convenios internacionales. Entonces, cuesta bastante, porque uno se expone demasiado.
Ser defensor de la naturaleza Implica mucho esfuerzo, dedicación y exponer mi integridad física, exponer a la familia, también limitarle algunas aspiraciones que pueda tener un pueblo, un territorio, una región…
-¿Te amenazaron alguna vez?
-Sí, me han desacreditado y estigmatizado, me hicieron ver que la acción de defender derechos de pueblos indígenas y de la naturaleza significa postergar muchas aspiraciones y oponerse al desarrollo. También me calumniaron, diciendo que me beneficio de las ONG, y que me estoy aprovechando de los pueblos indígenas.
Utilizaron las redes sociales en internet, haciendo circular un blog, hablando mal de mi persona y mi familia, que nos beneficiamos de la cooperación y de organismos de apoyo, esto es totalmente falso. Incluso algunos familiares me hicieron llegar su preocupación, de que estoy exponiendo demasiado a la familia y mi propia vida.
Con mi familia tenemos un emprendimiento económico de ecoturismo, que también ha sido amenazada, ellos me dijeron “si tú sigues haciendo eso, si sigues interpelando las acciones o la política del Gobierno, estás exponiendo el negocio familiar”. Entonces me ponen en una situación de difícil decisión, pero mi familia cercana, me dio su respaldo para continuar enfrentando, porque no estoy haciendo acciones que estén alejadas de la realidad y son acciones que están amparadas tanto en la norma nacional como internacional, entonces, lo que vengo haciendo es dar a conocer una realidad, una verdad.
-¿Al final tu familia entendió la situación?
-Si, entendió, pero existe preocupación, un temor que es natural. Sabemos que las amenazas van a continuar, mientras defendamos nuestros derechos, por que estamos tocando intereses políticos y económicos. Entonces uno tiene que lidiar con eso y estamos limitados a realizar nuestras actividades en plena libertad, porque existe una desconfianza de que algo te pueda ocurrir.
Pero siento que hay un poder grande que está asentado permanentemente, y es lo que me ayuda en la tarea de luchar, de defender derechos individuales y colectivos, no dependo de una persona, porque muchas veces el poder que tenemos como personas tiene un límite, pero hay otro poder que emana de la naturaleza y del cosmos, es un poder que no está visible.
Tengo una confianza plena en esa protección que no viene de una persona, ni de un pueblo, que viene de algo mucho más grande. Ese es mi principal soporte, siento que estoy realizando un mandato, una confianza, una tarea de algo que me ha puesto en este lugar. Siento que un poder superior me guía y dice que siga luchando.
-¿Tiene que ver con lo ancestral?
-Tiene que ver con lo ancestral. Yo vengo de una familia donde mi abuelo, bisabuelo y tatarabuelo han sido guías espirituales, de hecho, mi bisabuelo, Francisco Navi, ha sido el último chamán del pueblo Uchupiamonas. Ellos tenían un entendimiento mucho más profundo de esa conexión hombre-naturaleza y de ese respeto que siempre han tenido hacia la Madre Naturaleza, ese es un mundo que hasta ahora me queda por entender y comprender porque no es tan sencillo.
No todas las personas tienen el don de un entendimiento y una comprensión profunda, es una tarea que se va adquiriendo y uno va poco a poco captando sabiduría, entendimiento y habilidades.
-Entonces, él ha dejado un legado muy importante que se ve reflejado en un trabajo. ¿Qué previsiones tomas para evitar el ataque de estos enemigos de la naturaleza?
-Es muy importante estar preparado, tener conocimiento sobre distintos temas, conocer que dice nuestra Constitución, los tratados y convenios internacionales en materia de derechos de los pueblos indígenas y de derechos de la Madre Naturaleza, hay que estar despierto ante cualquier eventualidad o situación, hay que profundizar en los derechos que nos asisten a los pueblos indígenas.
Hay que saber quién está detrás, y como han desarrollado este modelo extractivista, esa información no es tan sencilla de obtener, hay que estar leyendo e investigando. Por ejemplo, con la amenaza de la minería, que es muy grande, como hicieron para que este gravitando y ejerciendo una presión grande, amparado en normas jurídicas, en la política económica, esto me desafía a estar en constante movimiento y preparación.
Ahora con la tecnología escucho talleres sobre pueblos indígenas, de medio ambiente, y me voy nutriendo, los medios de comunicación también ayudan a difundir y hacen conocer la labor que realizamos. Entonces a medida que vas logrando, que ese rol vaya transcendiendo, nos protegemos. Sin duda uno tiene que entender, qué cosas son posibles de hacer y qué cosas no, en tanto vayamos develando lo que está ocurriendo en los territorios y ahora en nuestros Parques Nacionales.
Muchas veces ese rol que desempeñamos los defensores viene con ciertas ideas contrarias, nos estigmatizan, y somos señalados como opositores al desarrollo, a las aspiraciones sanas que puedan tener un territorio, un pueblo o un país.
-Imagino que las vulneraciones y amenazas son considerables ¿Existe algún observatorio que registre las violaciones y vulneraciones que sufren los defensores del medio ambiente?
-Sí, eso va acrecentándose y creo que hay un desafío enorme para las instituciones de la sociedad civil, porque esto no les interesa a los gobiernos, ni a las grandes empresas, porque son los que causan la violencia. ¿Quiénes tenemos que hacer eso? Somos las instituciones que estamos al otro lado, que tienen cierta especialidad o perfil para estos trabajos, ellos tienen que hacer esta sistematización con las comunidades y pueblos indígenas o con actores que están en punto intermedio.
Nosotros, desde la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (CONTIOCAP), con apoyo de la sociedad civil y el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), hemos trabajado la sistematización de violencia hacia defensores y defensoras, y esto ha demostrado distintos niveles de violencia que sufren los pueblos indígenas, tanto verbal y psicológica, bastante grande y muy compleja, y eso tiene una repercusión. No solo debemos considerar la desaparición o el asesinato para denunciar lo que sucede con los defensores y defensoras.
En otros países hay estas estadísticas de asesinatos a líderes y lideresas, como en Colombia, Brasil y Perú, son países donde se da a menudo este tipo de violencia, o en Centroamérica, Honduras y México. Por esta razón hacemos conocer estas violaciones sistemáticas que sufrimos los pueblos indígenas porque queremos prevenir que en Bolivia lleguemos a esos niveles de violencia, que ya se vive en otros países.
El mundo ancestral da fuerza a Alex Villca Limaco.
– Para ver esta parte de soluciones en una realidad que está muy dura, ¿Sos optimista sobre el futuro, y que soluciones se pueden plantear?
-Yo creo que la esperanza es lo último que se pierde, debemos mantenernos y convencernos de que no siempre dependemos de grandes masas para generar cambios. Un cambio puede venir de una persona o de un pequeño grupo, desde ahí es muy importante empezar a generar análisis, debate, una corriente de opinión que vaya llamando la atención cada vez de un determinado espacio, sitio, país o continente. Y creo que ahora hay ese desafío que tenemos de cambiar de dirección.
El modelo económico que nos llevaron los diferentes gobiernos, sean de derecha o de izquierda o de centro, obedecen a un mismo sistema, el discurso puede cambiar, pero el modelo no cambia y eso hemos visto en los últimos años en la realidad boliviana. En Brasil se ha tenido gobiernos de extrema derecha y socialista, pero en el fondo el modelo económico sigue girando. En tanto creamos que eligiendo una u otra corriente política va haber algún cambio, estaremos perdidos. Nosotros tenemos que entender que el cambio no vendrá de los políticos, porque ellos, luchan permanentemente para sostener esto que les tomó bastante tiempo construir.
Es importante que nosotros empecemos a cambiar, trabajar desde el espacio más pequeño, que podamos ir generando un gran impacto a la larga, desde ahí considero que nuestro país tiene grandes oportunidades de salir adelante. El modelo económico extractivista en más de 500 años nos ha enseñado que no es la solución, cómo podemos seguir insistiendo en algo que no ha producido un cambio, hay que tratar de transitar a otro modelo, donde podamos hacer un uso racional de los recursos naturales que están a nuestro alcance.
Tenemos que pensar qué hicieron nuestros antepasados. Hay un enorme desafío para buscar un equilibrio entre qué es el conocimiento occidental y lo que nos han impuesto. El conocimiento y la sabiduría ancestral que han tenido nuestros pueblos y que todavía pervive, pese a ese aplastamiento que hemos tenido por año.
Aquí ninguno tiene que estar por encima del otro, tenemos que buscar un equilibrio, que nos permita realizar estas acciones de aprovechamiento responsable, sostenible y armonioso con la naturaleza y con los pueblos que hemos habitado estos espacios milenariamente, y creo que eso nos puede dar mayores réditos, que puedan generar mayor beneficio en la colectividad.
– ¿Cómo está la salud de la Amazonia?
-Se encuentra en una situación bastante crítica. Nos duele mucho, a quienes estamos haciendo acciones para poder dar a conocer esta problemática, y hacer entender a la sociedad y la comunidad internacional, sobre el riesgo alto que está enfrentando este ecosistema que es el bioma amazónico, la cuenca amazónica, porque realmente la intensidad del aprovechamiento que se hacen de sus recursos no tiene límites.
Es una actividad que prácticamente está terminando con todo y poniendo en alto riesgo de destrucción nuestra Amazonia y creo que desde esa dimensión no es de extrañarse que personajes e investigadores ya están advirtiendo que la Amazonia está llegando a un punto de inflexión, es decir, de no retorno.
Eso nos preocupa porque en los últimos años hemos visto el nivel de destrucción de nuestros bosques. En Bolivia, el 2019 se han perdido cantidades enormes de bosques, hay reportes que hablan de la pérdida de hasta 6 millones de hectáreas en la Amazonia, Chaco, Chiquitania, y junto a ello, millones de vidas de plantas, animales y de microorganismos. Toda esta destrucción nos va a pasar la factura lentamente por que estaremos condenados a vivir con el suelo y agua contaminados, con climas extremos de sequías e inundaciones, realmente somos nosotros los que vamos a sufrir las consecuencias.
Estamos convencidos de que la tierra, la Madre Naturaleza, va a continuar con o sin nosotros, el problema es que no entendemos esa dimensión y estamos haciendo que este espacio que es tan vital, se vaya destruyendo. Si perdemos la Amazonia, su alcance, su impacto, es global, no es solamente para esta región, sino para todo el planeta, porque regula la atmosfera, es un proveedor de agua dulce a escala global, si no tenemos estos elementos, la situación puede agravarse y tornarse caótica. En la actualidad ya vemos la situación de pérdida de grandes humedales como varios sitios Ramsar, de lagos y lagunas.
Pero no solo es la Amazonia, si nos fijamos en otros ecosistemas, como los Andes, en el departamento de Oruro hemos perdido otro lago tan importante como es el Poopó, se ha ido evaporando el agua producto de la acción de la mano del hombre, muchas veces queremos descargar toda la culpa y responsabilidad a los fenómenos naturales, al cambio climático, al calentamiento global, pero no asumimos que esas consecuencias las estamos originando los seres humanos.
Lamentablemente, los responsables de esta gran destrucción que está sufriendo el planeta, son los que tienen el control económico y político y son los que están induciendo a este modelo que quiere terminar con toda la vida que hay en este planeta. Esa es la situación y esperamos que podamos despertar más consciencias.
Sí, me han desacreditado y estigmatizado, me hicieron ver que la acción de defender derechos de pueblos indígenas y de la naturaleza significa postergar muchas aspiraciones y oponerse al desarrollo. También me calumniaron, diciendo que me estoy aprovechando de los pueblos indígenas.
– ¿Cómo es el día a día de Alex Villca Limaco?
-Desde hace mucho tiempo vengo entregando mi vida a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, el derecho al territorio y protección a la Madre Naturaleza. Eso se fue tornando a medida que también el Gobierno central fue avanzando en el modelo extractivista y empezó hacer muy visibles los proyectos de gran impacto.
Recuerdo el tema de las hidroeléctricas, El Chepete y El Bala, en la cuenca del río Beni, y a la par avanzaba las actividades extractivistas de la minería, explotación hidrocarburífera y el agronegocio, que actualmente continua con bastante impulso y abriéndose espacio en la Amazonia a través de la deforestación y los incendios, y eso también da lugar a otras actividades como la ganadería.
También avanzan las propuestas de grandes infraestructuras de carreteras, puentes, hidrovías, que se quieren establecer en lugares que son de alta fragilidad, como son los ríos, las áreas protegidas o los territorios indígenas. Todo esto, hizo que nosotros empecemos a dar a conocer esta situación, porque no cumplen en lo mínimo con los derechos que nos asisten a los pueblos indígenas y a la Madre Naturaleza.
No hay el derecho a la consulta previa, libre e informada, que nos asiste la ley constitucional a los pueblos indígenas, ellos no socializan los proyectos con las comunidades indígenas, simplemente entran a nuestros territorios, a las áreas protegidas, solo dan a conocer a través, de un medio de comunicación estos proyectos y continúan ejecutando.
También gran parte de estos proyectos, son declarados de carácter estratégico y de interés nacional y como tal la sociedad y los pueblos indígenas deberíamos acatar estas decisiones. Esto hizo que mi persona vaya junto a varios defensores y defensoras, a interpelar y dar a conocer estas vulneraciones, que se van dando en muchos lugares de nuestro país.
– ¿Cómo asumes tu lucha?, ¿de manera personal o institucional?
-En el 2015 fui nombrado secretario de Tierra y Recursos Naturales del pueblo Uchupiamonas por un año y medio, fue en ese momento donde empezamos a interpelar la política económica extractivista del Gobierno central, sobre todo aquella idea de convertir a Bolivia en el corazón energético a partir de la construcción de una veintena de centrales hidroeléctricas en nuestro país. Fue a partir de ese momento que asumo este desafío de exigir los derechos fundamentales de los pueblos indígenas y de la naturaleza.
En este cargo tuve la oportunidad de conocer más pueblos y comunidades, y conocí a la mancomunidad de comunidades de los ríos Beni, Tuichi y Quiquibey, el 2017 fui nombrado secretario de comunicación, fui el vocero de esta lucha, representando a 17 comunidades indígenas, en la actualidad somos 19.
Para el año 2018, muchas de las resistencias en nuestro país que estaban distribuidas en diferentes departamentos, pero no estaban articuladas, sino dispersas, lograron conformar en Tariquía la Coordinadora Nacional de Defensa de los Derechos Territoriales Indígena, Originario y Campesino y Áreas Protegidas de Bolivia, que es la CONTIOCAP. En esta conformación de red de resistencias en Bolivia me nombran el portavoz de esta causa a nivel nacional, y fui asumiendo responsabilidades.
Pero más allá de esa tarea encomendada desde el territorio o desde estos espacios que se fueron gestando, soy el que impulsa a exigir que se cumplan nuestros derechos, porque no se cumple el derecho colectivo de los pueblos y se está vulnerando el derecho individual de cada ciudadano en nuestro país. Exigimos al Estado, en sus distintos niveles, y a las grandes empresas, que cumplan y respeten nuestros derechos.
Esta entrevista es parte del Especial: La Amazonia invisible y sus guardianes que no se rinden, que llevó a cabo Revista Nómadas, con el apoyo del Amazon Rainforest Journalism Fund en alianza con el Pulitzer Center.
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DIRECTOR: Roberto Navia. JEFA DE PRODUCCIÓN: Karina Segovia. FOTOGRAFÍAS: Karina Segovia, Lisa Mirella Corti. PRODUCCIÓN Y POSTPRODUCCIÓN DE SONIDO: Andrés Navia. ILUSTRACIONES E INFOGRAFÍAS: Brocha Silvestre. EDITORA DE REDES SOCIALES: Lisa Mirella Corti. DISEÑO Y DESARROLLO WEB: Richard Osinaga. COLABORACIÓN: Manuel Seoane, Diego Adriázola y Daniel Coimbra.
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