La investigación de Revista Nómadas reveló, el 26 de enero, la existencia de la mole de acero y la deforestación en los Bañados de Isoso. La presión y la indignación social no se hicieron esperar y movilizaron a las autoridades en la búsqueda de respuestas y soluciones.
El reportaje de investigación: “El puente clandestino de los menonitas lleva la deforestación a los Bañados de Isoso y amenaza al Kaa Iya”, generó críticas a los poderes políticos de Bolivia, que han enviado comisiones para indagar cómo es que se construyó una plataforma, sin permiso y “de la noche a la mañana”.
Más de 200 familias de menonitas compraron 14.400 hectáreas de bosque en los Bañados de Isoso que colindan con el área protegida nacional. Para deforestarlas, construyeron en silencio, sin autorización del Gobierno ni estudio sobre el impacto ambiental, un puente de 150 metros de largo sobre el río Parapetí, que les costó medio millón de dólares. Ya metieron 15 orugas y deforestaron 3.000 hectáreas.
El profesional, considera que tampoco se puede asegurar que la obra no tendrá impacto ambiental sobre el ecosistema que fue construido.
Steffen Reichle es biólogo, fotógrafo, viajero incansable, un hombre que lee los mensajes de los bosques. Revista Nómadas conversó con él y de testigo estaban el gran farallón de fondo de Santiago de Chiquitos, el graznido de las aves y uno de sus perros felices y saludables.
Un incendio forestal no puede dejar nada bueno, pero sí las acciones de los bomberos de una comunidad que, en plena acción contra las llamas, descubrieron la existencia de pinturas rupestres en una roca que estaba siendo alcanzada por el fuego.
En los últimos cuatro años, 181 hectáreas del espejo de agua han desaparecido de la represa de San Ignacio de Velasco. Los afluentes de la cuenca también se han secado mientras la tala destruye los bosques para expandir la frontera agrícola y ganadera.
El valle tiene una extensión de 262.000 hectáreas y a pesar de que la deforestación ya se ha metido dentro del área protegida, es capaz de depurar los tóxicos que producen en las urbes.
Esta es una entrevista para conocer la majestuosidad del Bosque Seco Chiquitano, para llorar agarrado de la esperanza, para amar este pedazo de planeta y para sumar voces y fuerzas en una defensa que no espera muchos mañanas.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), reunida en el Congreso Mundial de Marsella, ha emitido una resolución para pedir a los gobiernos del mundo —entre ellos al de Bolivia— priorizar la protección de los Bosques Secos Tropicales de Sudamérica, entre los que se encuentra el Bosque Seco Chiquitano, golpeado por la deforestación, los avasallamientos, los incendios, la contaminación minera, los hornos productores de leña y la pérdida de biodiversidad.
La producción apícola está cambiando vidas. En diciembre termina el Programa quinquenal de Fortalecimiento de Organizaciones Apícolas, liderada por ADAPICRUZ y la fundación belga Miel Maya. Los resultados apuntan no solo a un aumento en la producción, sino, en todo el proceso y fortalecimiento de asociaciones de San Lorenzo, El Torno, La Guardia, Porongo y Okinawa. Ésta es la historia.
Los campesinos que viven en la comunidad tarijeña donde se encontraron muertos a 34 cóndores a comienzos de este año, se convertirán en los guardianes de estas aves y de todo lo que habita en las montañas. Cerca de 50.000 hectáreas serán elevadas a Área Protegida Municipal. Varias instituciones públicas y privadas se unen para lograrlo.
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